viernes, 30 de junio de 2017

La Misión Sucre, instaló asamblea informativa y el arranque del Plan Chamba Juvenil en el estado Anzoátegui.



Desde la Cancha deportiva "Las Mercedes" del municipio Fernando Peñalver, bajo la conducción de Henry Martinez coordinador de la Misión Sucre en el estado Anzoátegui, se realizó asamblea informativa, para el registro y sistematización del Plan Chamba Juvenil, iniciativa impulsada por el presidente Nicolás Maduro.



La cual contó con la participación del Alcalde del municipio Peñalver, Jhony Gagarin y el Legislador del CLEANZ Oscar Silva, las Misiones Educativas, FFM, JPSUV y más de 500 jóvenes acudieron al llamado de convocatoria para la cual se sumaron para respaldar esta actividad que organiza el gobierno nacional en todo el país.

Así mismo como despliegue por el Movimiento "Somos Venezuela" se sumaron otros coordinadores y triunfadores de la Misión Sucre en cada uno de sus municipios con actividades informativas al Plan Chamba Juvenil que captará 11.000 jóvenes en el estado.


Por: Adriana Méndez
Anzoátegui

jueves, 29 de junio de 2017

En el Infocentro "Cacique Toronoima" se registró a jóvenes de la comunidad en el Plan Chamba Juvenil.

A partir del día lunes 26 de junio se estará registrando para el Plan Chamba Juvenil en el Infocentro Cacique Toronoima del municipio Guanta estado Anzoátegui, acatando las instrucciones del presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro, se han registrado aproximadamente 50 jóvenes con edades comprendidas entre 17 y 27 años, quienes manifestaron no estar incursos en alguna ocupación laboral.




Raisa Ramos habitante del sector 14 de septiembre se acercó al Infocentro para registrarse en el sistema Plan Chamba Juvenil www.inj.go.ve. con la esperanza de salir seleccionada en cualquiera de los sectores que escogió en el registro, “tenemos varias opciones de participar en la especialidad que mas nos guste" “me gusta la especialidad de enfermería, soy bachiller y quisiera tener la oportunidad de prepararme en alguno de los cursos y poder tener la oportunidad de ejercer la profesión en alguna institución de salud cercano a la localidad, indicó la joven. 


Por: Adriana Méndez 
Anzoátegui.

lunes, 19 de junio de 2017

HACE HOY 18 AÑOS QUE SE NOS FUE “P A P A L O”

HACE HOY 18 AÑOS QUE
SE NOS FUE “P A P A L O”
En alguna oportunidad escuché una frase, entre las muchísimas ingratas que he tenido la oportunidad de escuchar a lo largo de mi vida, que suena como una sentencia: “Quien pierde un hijo, pierde su vida”. Y si eso es verdad, yo he perdido la vida tres veces, porque he perdido a tres hijos.
Hoy me toca recordar al primero que me arrancó un pedazo de mi existencia, hace 18 años, el 19 de Junio de 1999. Se llamaba JUANPABLO DE JESUS QUIJADA CABELLO, hoy todo el que lo conoció lo sigue recordando como “PAPALO”. Cuando se desprendió de la altura del cerro El Morro, en Lechería, en aquella desgraciada madrugada de junio, apenas contaba 18 años de edad, era un niño grande con casi dos metros de altura y más de cien kilos de peso, pero era un niño que vivió fugazmente la cortísima vida que por designios de Dios le tocó transitar en el plano terrenal. “PAPALO” se fue y dejó en mí un recuerdo imborrable. Me queda el consuelo de pensar que debe estar en otro plano mejor que en este valle de lágrimas.
Es cierto que en esta vida hay enseñanza para todo y toda clase de asignaturas, al menos en nuestra cultura, no hay una muy importante: cómo actuar ante una pérdida, cuando se trata de un ser querido, como lo es un hijo.
Y la vida está llena de frases hechas: “le acompaño en el sentimiento; le doy el pésame; hay que seguir; la vida sigue; tiene que animarse, él o ella no querrían verle llorar; el tiempo lo cura todo…” Frases que, por mucha voluntad que pongan en ellas los que las dicen, no nos ayudan nada. Y no hay palabras para consolar el dolor.
No hay frases para transmitir solidaridad ni consejos para sobrevivir. Cada uno tiene que encontrar su camino de supervivencia. El tiempo no cura nada, solo ayuda a “aprender a vivir” con ello, a dulcificar el dolor, porque nadie podría sobrevivir mucho tiempo con el mismo grado de dolor. Moriría.
Así, pues, cada vez que me da esa punzada en lo más profundo de mi ser, al recordar a mis seres más queridos a quienes he perdido, recurro al único que me sirve de consuelo en este mundo, Dios, y le digo: “Hágase tu voluntad”.