La Sensación Jarocha
María Antonia del Carmen Peregrino Alvarez, vino al mundo el martes 17 de octubre de 1912 en el barrio La Huaca del puerto mexicano de Veracruz.
Cuentan que no cantaba, sino que arrullaba, y lo que dijo cantando aún conmueve, dejando en los bohemios y románticos un aire de orfandad que aún les envuelve el alma, a grado tal que se ha perdido la cuenta de cuánto se ha escrito de María Antonieta del Carmen Peregrino Álvarez, Toña La Negra, por quien se desbordan torrentes de admiración al ser una de las voces con trayectoria más emblemática no sólo de la música popular de México, sino de la América nuestra.
Símbolo de una irresistible presencia, significativa para millones de habitantes del subcontinente, esta mujer sin par, fallecida el 19 de noviembre de 1982 en la capital de su país, sembró sentimiento, y lo sembró bien, de tal suerte que cuando se conoció la noticia de su partida, sus admiradores se preguntaban si el mundo podría seguir andando sin ella. Y sí, seguía caminando, pero mal, para estar claros, porque cuando se trata de sacar las cuentas en torno a las voces femeninas que han integrado esencia, conciencia, calidad y sentido social de pertenencia a un pueblo y a una raza, el saldo no es favorable.
Antes de morir La Sensación Jarocha, ordenó que fuese sepultadade manera inmediata y sin ninguna pompa. Cinco días antes de sufallecimiento, cantó por vez postrera en la ciudad de Monterrey. Llegó la madrugada del viernes 19 de noviembre de 1982, y Toña la Negra nos dijo adiós, cuando era examinada en la Central Quirúrgica de la ciudad de México. La reseña periodística decía así: “México. Una de las más famosas cantantes mexicanas, Toña la Negra, murió de un infarto cardíaco, afirmaron voceros médicos de un hospital privado de la capital mexicana. Estaba a punto de cumplir medio siglo de actividad artística profesional”.
"Este amor salvaje", "Por qué negar", "Obsesión", "Mentiras tuyas", "Y sin embargo te quiero", "Noche criolla", "Pesar", "Vereda tropical", "Cada noche un amor", "Angelitos negros", "Lágrimas de sangre", "Estás equivocado", "De mujer a mujer", "Como golondrinas", "Diez años" y "Cenizas", que dice: "Después de tanto soportar la pena de sentir tu olvido, después que todo te lo dio mi pobre corazón herido, has vuelto a verme para que yo sepa de tu desventura, por la amargura de un amor igual al que me diste tú...". Esos son algunos de sus títulos repartidos en casi cien acetatos.
En alguna de sus interpretaciones, ella, en nombre de la negritud, pedía piedad para el que sufre.
No necesitó promover escándalos ni asumir posturas de diva para destacarse, y lo jarocho, lo veracruzano -el haber nacido en la alegría de un puerto que fue llave y entrada de la cultura española a México en 1519- lo transpiraba con dulzura, y de ahí su permanencia en el corazon de todos.
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