viernes, 4 de mayo de 2018

Calles del hambre siguen con buenas ventas


Muchas de estas calles son más conocidas por los locales de comida, que por su nombre. Y es que, desde hace más de 10 años sirven como punto de encuentro luego del trabajo o para disfrutar de una cena fuera de casa.
A pesar de la actual situación económica que atraviesa el país, estos lugares continúan con vida. Así lo resaltaron algunos de los comerciantes consultados, quienes aseguraron que los comensales se van contestos y con “el estómago lleno”.
Atrás quedaron aquellos sencillos carros de perros calientes. Actualmente, son pequeños locales con todas las comodidas los que ofrecen el tradicional hot dog, hamburguesas de varios estilos, parrillas y pizzas.
Desde las siete de la noche, estos comerciantes reciben a comensales de todas las edades.
“Gracias a Dios, a pesar de todo, nos sigue yendo bien. Hay días no tan buenos, pero no hay que rendirse. Los fines de semana, se mueve mucho más que los días de semana”, manifestó el dueño de un local en la conocida calle del hambre, ubicada en Lechería, Manuel Orellano.
Aseveró que la gente asiste con la esperanza de disfrutar de un momento diferente.
En el municipio Urbaneja, la calle del hambre es conocida por ser la parada obligada, después de las discotecas.
Los locales se han reinventado y se pueden conseguir las populares “balas frías”, pero también comida mexicana y árabe.


Variedad en Sotillo
En Puerto La Cruz, existen dos sectores con esta vida nocturna. En el Paseo Colón, el lugar de comida permanece con clientes hasta antes de la medianoche.
En Chuparín, a la altura de Polisotillo, está la otra calle del hambre.
Ahí, un local en particular, para ganar la atención del público ofrece los tradicionales “pepitos”, pero de dos metros. “Lo piden las familias de siete personas y comen todos con un sola comida”, señaló el vendedor, Giovanni Córdoba.

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