Hay varios factores a considerar de cara a las elecciones presidenciales
Estados Unidos ha anunciado en las últimas semanas que, de realizarse las elecciones presidenciales en Venezuela el próximo domingo 20 de mayo, impondrá más sanciones económicas contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro. Incluso la administración liderada por el magnate Donald Trump evalúa invadir militarmente nuestro país.
Según varios analistas consulltados por la agencia internacional AFP, estas nuevas medidas podrían generar un “apretón de tuercas” mucho más duro contra Venezuela. También se espera que aumenten las sanciones hacia altos funcionarios gubernamentales, incluyendo familiares y asociados.
Las presiones, según el abogado venezolano Mariano de Alba, podrían provenir no solo de Washington, sino también de parte de la Unión Europea y de los países latinoamericanos alineados con los intereses de EEUU. Para el jurista un embargo petrolero parece “poco probable”, sobre todo luego de que la estadounidense ConocoPhillips tomara el control de los activos de Pdvsa, tras ganar un litigio de más de 2.000 millones de dólares.
Según el presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano, Michael Shifter, “Trump no tendrá más remedio que mostrar mayor dureza”. “Una medida más drástica -detener las importaciones de petróleo desde Venezuela- parece ahora menos probable, ya que eso podría exacerbar la crisis humanitaria del país, fortalecer a Maduro políticamente y abrir el camino para una mayor participación rusa y china en Venezuela”, consideró.
Por su parte, el integrante del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Wola, por sus siglas en inglés), David Smilde, precisó que, antes de un bloqueo total, la Casa Blanca podría tomar medidas contra la industria petrolera venezolana y aplicar más sanciones a las compañías aseguradoras de los buques petroleros.
Para Smilde “existe un riesgo claro de acción militar de parte de los Estados Unidos”, sobre todo considerando la llegada de “halcones” a la Casa Blanca, entre estos el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el asesor de seguridad nacional, John Bolton. No obstante, destacó lo siguiente: “Aunque el Gobierno dice repetidamente que ‘todas las opciones están sobre la mesa’, la intervención militar estadounidense sigue siendo altamente improbable”.
El funcionario no descartó que, luego de los comicios, el descontento se apodere aún más de los militares que hoy día forman parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb). “Será cada vez más difícil mantener alineados a los militares a medida que la crisis económica empeore”, aseveró.
Finalmente, el miembro del Instituto Brookings, Richard Feinberg, señaló que actualmente “no existe una política coherente y factible” de parte de la administración de Donald Trump. “Creo que la retórica de la administración Trump sobre Venezuela, como en Cuba, está más orientada a complacer a las respectivas comunidades en el exilio que a obtener resultados reales en esos países”, insistió.
Toda esta campaña que intenta ablandar a la opinión pública y a la comunidad internacional se va haciendo más intensa a medida que pasan los días, la guerra psicológica varía desde las promesas de Ledezma hasta las amenazas de operadores mediáticos.
Ninguno de los que claman por la intervención han querido asumir el fracaso estruendoso del ejercicio de la política y de sus nuevos liderazgos, sino que han optado por la intervención de un tercero, afianzando así la narrativa hollywoodense del superhéroe que les salva. Ya no se requieren más pruebas de la alienación de cierta intelectualidad intoxicada por su propio imaginario.
Antes que buscar asumir sus riendas, promueven la demolición del Estado para imponer las condiciones de una clase que ha mostrado su poca empatía con las mayorías, lo que está alineado con el plan del Estado Profundo que encabezan Trump y la red de intereses de su entorno.
Queda claro que se niegan a aceptar que ellos y muchos de sus seguidores también saldrían afectados en un escenario bélico, de ahí lo miserable de un planteamiento que es fundamentalmente suicida. Incluso para quienes buscan "salvar" pidiendo bombardeos y cascos azules.
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