El 31 de agosto de 1993 el Congreso de Venezuela destituye al presidente Carlos Andrés Pérez, tras la suspensión procesal tres meses de su cargo, y ratifica a Ramón Velázquez como presidente.
Por primera vez se llevó a cabo el enjuiciamiento constitucional de un Presidente de la República. En efecto, Carlos Andrés Pérez, quien había sido electo por segunda vez como Presidente para el período 1989-1994, fue enjuiciado en 1993: la acusación del Fiscal General de la República dio lugar a que la Corte Suprema de Justicia declarara con lugar el antejuicio de mérito el día 20 de mayo de 1993 y el Senado autorizó dicho enjuiciamiento y por tanto suspendió al Presidente Pérez de su cargo el 21 de mayo, luego en agosto de ese mismo año destituido del cargo por decisión del Congreso de la República.
Para cubrir primero la falta temporal y luego la falta absoluta del Presidente Pérez, el Congreso en sesión conjunta de sus cámaras, mediante votación secreta celebrada el día 4 de junio de 1993, eligió como presidente temporal y luego como nuevo Presidente de la República por el resto del período constitucional, el senador Ramón J. Velásquez. Mientras esta elección parlamentaria tuvo lugar, se encargó por breve lapso entre el 21 de mayo y el 4 de junio de ese año al entonces Presidente del Congreso, Octavio Lepage.
Venezuela, había estado experimentando un proceso de cambio, que estaba conduciendo al desmoronamiento del sistema político propio de un Estado Democrático Centralizado de Partidos, que se agotó, el cual se había iniciado en los años cuarenta, y luego se consolidó a partir de 1958.
En todo caso, los venezolanos tenemos como reto fundamental que este proceso de cambio y de transformación que se está operando en el país, se produzca en el marco del régimen democrático, pues lo que se está extinguiendo no es la democracia, sino el sistema político que se estableció para operar esa democracia, es decir, el sistema político democrático centralizado de partidos.
Carlos Andrés Pérez, ha sido el único presidente venezolano destituido del cargo por hechos de corrupción, situación a la que llegó el país por las políticas erradas de la llamada Cuarta República, que él liderizó y propició en sus gestiones de gobierno. En un libro semibiográfico del historiador Agustín Blanco Muñoz, bautizado en Miami, Estados Unidos, “el gocho” reveló que la estaba pagando.
El Mandatario fue destituido por sus propios compañeros de partido en 1993. El 27 de mayo la Corte Suprema incoó proceso y el 31 de agosto el Congreso de la República destituyó definitivamente a Pérez "en resguardo de la convivencia pacífica de los ciudadanos y para garantizar la vigencia del orden democrático". La democracia representativa había firmado su partida de defunción.
El Gran Viraje de CAP sumergió al pueblo en la pobreza
Sin duda alguna, el eslogan electoral de Carlos Andrés Pérez (CAP), con el que llegó a la presidencia de Venezuela por el partido Acción Democrática en 1974, “democracia con energía”, fue literalmente la línea de su conducta política: la persecución implacable de sus adversarios políticos.
En su primer gobierno es indudable su sagacidad política, para hacerse ver como un partidario de la izquierda de la socialdemocracia. Fue por eso que en su primer periodo de gobierno nacionalizó todas las industrias estratégicas del país: el petróleo, el hierro y la industria del aluminio; procesos que académicos, sectores políticos de izquierda, intelectuales y el mismo fundador de la OPEP, Juan Pablo Pérez Alfonso ( AD ) calificaron de “una nacionalización chucuta”, porque se mantenía la relación de dependencia con el gran capital transnacional. Los resultados de su primer Gobierno fueron una Nación endeudada como nunca antes y una inflación galopante, preludio del Viernes Negro del expresidente Luis Herrera Campins (1983).
CAP regresó en 1988 a la contienda electoral, en la que ganó por un amplio margen otra vez. Bajo los dictámenes de Washington, se rodeó de una tecnocracia formada en ese país bajo el catecismo neoliberal. Esa tecnocracia fue la artífice del “paquetazo”. Un auténtico paquete para los sectores medios empobrecidos de Venezuela. No hay que ser muy sagaz para prever las consecuencias sociales de estas medidas: acentuación de la pobreza y la agudización de las ya escandalosas diferencias sociales en el país.
No contento con gobernar para los tecnócratas (se recuerdan sus “Iesa Boys” comandados por Miguel "Paquetico"Rodírguez) y de espaldas al pueblo, Pérez malversó 250 millones de bolívares (17 millones de dólares para la época) de la partida secreta del Ministerio de Relaciones Interiores, transformarlos en dólares y según sus palabras “atender gastos de seguridad y defensa del Estado en el exterior”, caso por el cual la justicia lo condenó a dos años y cuatro meses de prisión pero, como sobrepasaba los 70 años de edad, le fue conferido el beneficio de casa por cárcel. La teoría que se maneja es que los dólares en cuestión fueron destinados a Nicaragua para brindarle protección a la Presidente recién electa para la época, Violeta Barrios de Chamorro y a la vicepresidente Yesseany Medina Parra. Todas estas actuaciones, proseguía el sumario de la acusación, habrían formado parte de un plan de Pérez para convertirse en una especie de paladín de la democracia y el progresismo en el continente americano.
Este fue un mal comienzo para su segundo periodo, porque incluso dentro del partido AD comenzaron las voces disidentes con respecto al paquete neoliberal. Fue como un preludio del 4 de febrero de 1992, fecha en la que un grupo de oficiales intentaron deponerlo con las armas. El movimiento revolucionario bolivariano salido de las Fuerzas Armadas no alcanzó ese objetivo, pero el deterioro institucional se agudizó
En marzo de 1993 se inició una maniobra “legal” para apartar a CAP de la presidencia, el Fiscal General de la República, Ramón Escobar Salom, introdujo una solicitud de antejuicio de mérito en su contra por el delito de "peculado doloso" y "malversación"; esta acusación se realiza justo 4 meses después del último intento de golpe de estado. La destitución de CAP se desató por denuncia del periodista José Vicente Rangel, y esto generó que el Fiscal General de la época acusara penalmente a CAP y que posteriormente el Congreso autorizara su enjuiciamiento.
CAP era en ese entonces, el personaje central de odio entre la población, en el veían representado la opresión de las clases dominantes, su instrumento. El imperialismo y las clases dominantes consideraron la opción de salir de CAP y así poder evitar otra posible insurrección, esta vez mejor preparada.
No es exagerado sentenciar que Carlos Andrés Pérez ha sido el peor presidente que ha tenido Venezuela porque es el gran culpable de que nuestra patria no se haya desarrollado en un momento histórico crucial, pese a tener los recursos e ingresos para ello. Prefirió entregar el país a los grandes intereses extranjeros y ser, como reza el refrán popular, el ícono del adequismo que robaba y dejaba robar. Fue tal el despilfarro y la corrupción en esa época de la Cuarta República, que todavía hoy la estructura del Estado está montada sobre ese tinglado que el Gobierno Bolivariano no ha podido terminar de liquidar.