Comer en la calle es muy difícil para quienes ganan salario mínimo / Foto: Rafael Salazar
Desayunar en la calle es un lujo en la actualidad. Tan sólo basta hacer un recorrido por algunas zonas de Puerto La Cruz o Barcelona para corroborar que en un menú sencillo (un tequeño y un jugo natural) se pueden gastar hasta 20 mil bolívares; es decir, la mitad de un salario mínimo establecido por el Estado (Bs 40 mil).
Estos altos costos le impiden a la ciudadanía adquirir la primera comida del día en la calle. Los precios varían dependiendo del sitio y la forma de pago.
Por ejemplo, en un puesto informal una empanada cuesta Bs 3 mil. Si se trata de un negocio más grande, donde hay punto de venta, vale entre 10 y 16 mil bolívares, dependiendo del relleno.
Para quienes prefieren los alimentos ofrecidos en panaderías el gasto es mayor aún. Y es que una canilla tiene un valor de Bs 3.500, mientras que los famosos cachitos están en Bs 15 mil. Los jugos pasteurizados y los refrescos, en presentaciones pequeñas, se ubican por encima de los Bs 8 mil.
Otras opciones
Algunas personas buscan otras opciones menos tradicionales para abaratar costos. Unas de esas son las mazorcas sancochadas, las cuales son ofrecidas en el mercado de Puerto La Cruz y sus adyacencias en tan sólo Bs 1.000.
Por otro lado, un café negro pequeño, que generalmente es usado para acompañar los desayunos en la calle, se consigue a partir de 3 mil bolívares.
Dado a que el salario mínimo es de apenas 40 mil bolívares, la mayoría de las personas prefiere desayunar en casa para no gastar “tanto dinero”.
Dueños de locales y puestos ambulantes aseguran que ya no venden la misma cantidad de desayunos de años anteriores.
“La situación está dura. Las ventas están difíciles y lo que hacemos en un día casi no nos alcanza para llevar la comida a la casa”, señaló la vendedora Lourdes Guillén, quien además refirió que debido a lo costoso de los productos están en la obligación de aumentar los precios constantemente.
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