Un día como hoy muere Andrés Eloy Blanco
En sus escritos, Andrés Eloy Blanco reflejó el sentir del pueblo/ Foto: Archivo
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Tal día como hoy, hace 64 años, falleció en un accidente automovilístico en México, Andrés Eloy Blanco, insigne poeta, ensayista, dramaturgo, cuentista y orador venezolano.
Nacido en Cumaná el 6 de agosto de 1896, a los veinte años ganó los Juegos Florales de Guayana, con el poema Canto a la Espiga y al Arado. La consagración nacional la va a recibir cuando su Canto a España obtiene el Primer Premio en el Concurso Hispanoamericano de Poesía, auspiciado en Madrid por la Real Academia Española.
Graduado de abogado en 1918, en la Universidad Central de Venezuela, su actividad política en oposición al régimen gomecista, lo llevó varias veces a la cárcel y al destierro. Finalizado el gobierno de Gómez, Andrés Eloy Blanco fue al Congreso Nacional; en 1947 fue elegido Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente y fue Ministro de Relaciones Exteriores durante el mandato de Rómulo Gallegos.
Desterrado en México tras la caída de Gallegos, pereció víctima de un accidente automovilístico, a los 57 años de edad. Sus restos fueron llevados al Panteón Nacional.
En sus escritos, Andrés Eloy Blanco atendió siempre a lo que decía la gente, la calle, de allí la gran popularidad de sus versos. Como cuentista, especialmente en La gloria de Mamporal, criticó las famas pueblerinas; como dramaturgo, se asomó en la mejor de sus piezas, Abigail, a las lecciones bíblicas; como periodista fue uno de los más afamados columnistas de la prensa venezolana; como biógrafo, se ocupó de la figura del sabio José María Vargas.
Como orador político y literario, cautivó a las multitudes venezolanas de los años treinta y cuarenta, y lo siguió haciendo hasta su muerte en el exilio. De hecho, su última intervención pública, pocas horas antes de perder la vida, fue un discurso, en el cual llamó a lo mejor del espíritu venezolano a seguir viviendo.
El conjunto de sus obras está recogido en libros como Tierras que me oyeron; El huerto de la epopeya;Navegación de altura; La aeroplana clueca; Baedeker 2000; Poda; Carta a Juan Bimba; Giraluna y Vargas, Albacea de la Angustia, entre otros.
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