viernes, 10 de agosto de 2018

Dia del Cardiólogo




Dia del Cardiólogo
Este  10 de agosto se celebra en el territorio nacional el día del cardiólogo y extraemos el comunicado de la Sociedad Venezolana de Cardiología y la posición de los cardiólogos venezolanos ante la crisis de salud:
La Sociedad Venezolana de Cardiología, en asamblea extraordinaria realizada en el marco del XLIX Congreso de esta sociedad médica, en cumplimiento con su deber ético y moral, y en concordancia con el Art 25 de la Ley del Ejercicio de la Medicina, ha decidido fijar posición y expresar públicamente su preocupación por la muy grave situación que los pacientes con enfermedades cardiovasculares están padeciendo en Venezuela.
De todos es sabido que las enfermedades cardiovasculares ocupan el primer lugar como causa de muerte en el país. En el último anuario estadístico disponible del MPPS del año 2013, se registraron 44.126 muertes por causas cardio-cerebro vasculares lo que representó en ese año el 29,44 % del total de muertes en nuestro país, entre las cuales la más frecuente fue y continua siendo el infarto del miocardio. Para ese momento disponíamos de varias clases de medicamentos y de material médico quirúrgico para atender a nuestros pacientes, tanto en la consulta como en las emergencias, así como en la hospitalización y podíamos resolver en forma aceptable -aunque no óptima- la gran mayoría de los casos, según los estándares nacionales e internacionales de calidad en atención médica.
En la actualidad, Venezuela atraviesa una de las mayores crisis económicas de su historia, esto lo demuestra la caída del Producto Interno Bruto (PIB), con un -1,1% en el tercer trimestre de 2013, – 2,7% en el tercer trimestre de 2014, para llegar a – 7,1% en el tercer trimestre de 2015 . De hecho Venezuela ocupa el primer lugar en el índice de miseria mundial (Hanke´s World Misery Index) desde al año 2013. A esto se suma una inflación de escala logarítmica, que ya alcanzó los 3 dígitos, su resultado: la mayor destrucción de la capacidad productiva individual y colectiva en este momento en el mundo, y la más grande en lo que va de siglo XXI. Esta crisis ha impactado en forma dramática al sector salud y específicamente al área cardiovascular, lo cual es sin lugar a ninguna duda preocupante y notorio.
La Federación Venezolana de Farmacéuticos estima que el desabastecimiento de medicamentos se ubica entre el 95% y 100% para las Enfermedades Crónicas No Trasmisibles (ECNT), como la hipertensión arterial, la diabetes y la dislipidemia. Todos factores de riesgo para enfermedades cardio-cerebro vasculares ¿La causa? un deficiente e ineficiente presupuesto para la salud, así como la falta de divisas asignadas a este sector.
En consecuencia, en nuestros hospitales carecemos de la suficiente y oportuna disponibilidad de medicamentos para atender los casos de emergencias cardiovasculares como síndromes coronarios agudos, insuficiencia cardíaca aguda, crisis hipertensivas, ictus, entre otros. No hay reactivos de laboratorio para hacer un diagnóstico bioquímico oportuno, no hay suficiente disponibilidad del más elemental y necesario stock de soluciones de rehidratación, las salas de hemodinamia se encuentran cerradas o funcionando parcialmente por falta de material o por deterioro de los equipos, no hay suficiente disponibilidad de dispositivos de electro-estimulación, no se cuenta con insumos suficientes para realizar una cirugía cardiovascular adecuada.
Este drama se agrava día a día y constituye un acto de inequidad porque los más afectados son los pacientes con menos recursos. A esto se agregan los problemas que se originan por la imposibilidad de cumplir con un ambiente y alimentación adecuados para la atención del paciente hospitalizado.
La consecuencia es que estamos tratando los infartos del miocardio -la principal causa de muerte en Venezuela- como lo hacíamos en la década de los 80 del siglo pasado; cuando no había trombolíticos ni stents ni angioplastias agudas; para esa época la mortalidad aguda por infarto era de 15% y en el siglo XXI en los países donde hay todos los recursos, como sucedía en Venezuela hasta hace apenas unos meses, la mortalidad aguda por infarto es menor al 2%.
Por lo brevemente descrito estamos seguros de que la mortalidad por enfermedades cardiovasculares va en aumento exponencial, lo cual nos impide cumplir con la meta de reducir en un 25% el riesgo de mortalidad prematura por infarto del miocardio, accidente cerebro-vascular y otras ECNT para 2025, establecida en el año 2012 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la cual Venezuela es signataria.
Por lo tanto, el objetivo de este manifiesto es proponer la búsqueda de una solución a esta realidad que nos afecta a todos por igual, sin consideración de nivel socioeconómico, grado de instrucción o tendencias políticas.
En ese sentido, la Sociedad Venezolana de Cardiología propone las siguientes soluciones:
  • Que se garantice en forma universal para toda la población la disponibilidad de los medicamentos para la prevención y tratamiento de eventos cardiovasculares, así como los insumos necesarios para su adecuada asistencia médico-quirúrgica.
  • Que se organice una red nacional interconectada de atención de emergencias cardiovasculares, con centros de referencia regionales y por niveles, dotados en forma suficiente y adecuada, que cubra el territorio nacional y con capacidad de referir, retomando los lineamientos del programa nacional cardiovascular tanto a nivel de emergencia como a nivel de atención primaria ambulatoria haciendo énfasis en programas de prevención cardiovascular integral con proyección hacia la comunidad.
  • Exhortamos a todos los organismos involucrados: Ejecutivo Nacional, Ministerio Del Poder Popular Para La Salud, Asamblea Nacional, Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la República, Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Organización Panamericana de la Salud, a fin de avocarnos a instrumentar rápidamente las medidas necesarias para solventar la crisis.
La Sociedad Venezolana de Cardiología, consciente de su deber, pone a disposición su capacidad técnica y científica para asesorar en todo lo referente al diseño e implementación de las políticas necesarias para superar la crisis de la salud cardiovascular.
Por último, como sociedad médica nacional exhortamos y exigimos a todas las instancias del Estado a facilitar con compromiso de servicio, dejando completamente de lado cualquier diatriba política, la apertura de las líneas de ayuda internacional que cubran la contingencia actual para la atención, tratamiento y cuidado de los pacientes.
Propuesto y aprobado en asamblea general extraordinaria de la Sociedad Venezolana de Cardiología En Caracas el 5 de Julio de 2016.

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