lunes, 6 de agosto de 2018

LA IMPORTANCIA DEL TRIUNFO EN JUNÍN, 6 DE AGOSTO DE 1824



Es bueno señalar que el general Antonio José de Sucre, no combatió en Junín, estaba al mando de la Infantería, la cual cuando  llegó al lugar de la batalla ya no era menester su participación.
Ahora vayamos a la batalla y su importancia en la liberación de América del Sur de los españoles: los realistas tenían 14 años invictos en sus luchas contra los independentistas en el Perú, contaban con un poderoso ejército que superaba los 10.000 hombres,  comandados por oficiales  expertos en batallas en Europa y con una  moral  muy alta, se sentían todos poderosos y pensaban que nadie los podía batir, mas  con la derrota en  Junín se les acabó tal pensamiento y se comenzaron a desmoralizar. “La superioridad moral de los realistas de un golpe pasó a los independentistas”. [2] Los soldados del ejército español después de la batalla de Junín,  no tuvieron un día de descanso, se mantuvieron en marcha todo el tiempo,  hasta su derrota final en Ayacucho, esperaban ser atacados por los patriotas en cualquier momento.  

La batalla de Junín fue la más sangrienta batalla en Sur América, en ella no se disparó un solo tiro, se hizo con lanzas,  espadas  y sables. Se enfrentaron las caballerías patriotas y realistas.  Nuestros llaneros, acostumbrados desde niños a montar caballos,  llevaban sus riendas en las rodillas, así tenían sus dos manos libres para cargar lanzas y  alzarse sobre sus caballos hasta un metro, con sus lanzas en manos,   más flexibles y más largas, casi metro y medio más que la de los españoles.  Comandados por sus jefes Carvajal, Silva,  Escobar, Sandoval y Camacaro   “realizaron prodigios de habilidad y bravura, y los dos últimos rescataron a Necochea, prisionero con siete heridas desde el comienzo de la lucha. Miller y  Suárez, como había ordenado el Libertador cargaron de flanco con éxito”.  Utilizaron su acostumbrada destreza del “Vuelvan Caras” Hacer como si huyen y de sorpresa devolverse en veloz carrera. Así,   nuestros llaneros con sendas lanzas a mano, herían y matabas a los realistas, levantándolos de sus cabalgaduras al herirlos. Esta batalla en un principio tuvo como triunfadores a los españoles, y en ratos pasaba de mano en mano y estuvo a punto de que se tocara el clarín para la retirada de los patriotas, apuntó el colega economista Ignacio Silva Sucre [3] en una conferencia dada en el Rotary Club de Antímano sobre la batalla de Junín, pero la carga de nuestros llaneros logró la victoria.

 La batalla de Junín como el  Libertador llamó posteriormente esa llanura cercana a un lago,  solo duró una hora, la caballería española  fue puesta  en retirada y Canterac llevó sus soldados al Cuzco. [4] Con ella quedó libre del dominio español un inmenso territorio, desde Trujillo hasta Huaraz y en la Codillera  Blanca hacía Huánuco.

Los españoles perdieron 19 oficiales, 345 soldados fueron muertos y heridos.   100 fueron hechos prisioneros. Los cuales, se sobre entiende, no pudieron estar presentes en la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824.   

                “Las cargas de nuestros llaneros, dice el coronel O’ Conner, hacía temblar la tierra, mientras el cielo de Junín brillaba radiante la estrella de Bolívar
Esta batalla formó parte de la gesta emancipadora dirigida por el Libertador Simón Bolívar por la independencia de las naciones de la América meridional.

La Batalla de Junín se libró el 6 de agosto de 1824, en las pampas cercanas al lago Junín, en la cordillera central peruana. Fue el penúltimo enfrentamiento armado entre el Ejército patriota y el realista, por la independencia de América del Sur.
Tras la declaración de independencia de Perú en 1821, el Ejército español permanecía pernoctando en los alrededores del lago Junín, por lo que los patriotas marcharon hacia allí para librar al territorio del dominio imperial.
Del lado patriota comandaba Simón Bolívar, Libertador y en ese momento presidente de la Gran Colombia.
El general José de Canterac dirigía las fuerzas de la corona española.
¿Cuántos hombres lo integraban?
Los españoles se encontraban divididos en dos grandes tropas en las tierras altas del Cuzco. Al mando del general De Canterac había seis mil soldados y 1.200 jinetes, y bajo las órdenes del general Jerónimo Valdez había unos 14.000 soldados.
Los patriotas tenían entre siete u ocho mil soldados y unos 1.300 jinetes, en su mayoría originarios de Colombia, Argentina, Perú y Chile. Entre ellos se puede mencionar a los Húsares del Perú, al mando del argentino Isidoro Suárez, y a los Húsares de Colombia, encabezados por el venezolano José Laurencio Silva.
¿Cómo fue el enfrentamiento?
Bolívar aprovechó que sus enemigos estaban divididos para emprender el ataque. Los jinetes del Ejército español atacaron a la vanguardia de los patriotas con golpes de sables y los llaneros venezolanos respondieron con sus lanzas.
Al anochecer, el general de Canterac se retiró ante la posibilidad de intensificar la pelea en la difícil llanura. La batalla no duró más de una hora por lo que la victoria obtenida por los patriotas fue relativamente rápida y la mayor parte de ambas milicias no tuvo que intervenir en el combate.
El general José de San Martín había proclamado a Perú un país libre e independiente tres años antes

¿Cuántas pérdidas dejó?
La baja por parte de los realistas fue de unos 364 soldados y una centena de prisioneros, lo que pudo haber originado la pérdida de hasta tres mil soldados por enfermedad o deserción.
Por parte de los americanos, al menos unas 45 personas fallecieron y una centena fueron heridos.
¿Qué significa esta victoria para la historia de América Latina?
Este triunfo preparó el escenario que se generaría más adelante en la Batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, donde Antonio José de Sucre se enfrentaría por última vez al Ejército español y consolidaría el cese del dominio español con la independencia de América del Sur.
Simón Bolívar estuvo al frente del Ejército patriota en la gesta emancipadora de Suramérica

"Soldados, vais a completar la obra más grande que el cielo ha podido encargar a los hombres... El Perú y la América entera aguardan de vosotros la paz, hija de la victoria. ¡Vosotros sois invencibles!”.
Simón Bolívar

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