Entre 1960 y la actualidad, se produjeron 266 agresiones sexuales a víctimas menores de edad por parte de religiosos / Foto: Internet
El arzobispo y cardenal de Santiago, Ricardo Ezzati, deberá declarar ante un tribunal en el juicio que se le sigue al excanciller de la diócesis, Oscar Muñoz, por abusos sexuales, dijo el arzobispado en un comunicado este martes en la noche, en un nuevo escándalo para la Iglesia Católica en Chile.
En Rancagua, a 80 kilómetros al sur de la capital, el juez Emiliano Arias inició una investigación contra Muñoz, quien se autodenunció como autor de un abuso sexual. Sin embargo, un allanamiento a la diócesis de Santiago permitió reunir evidencias de que habría participado en al menos otros cuatro, y que los siguió perpetrando incluso después de su declaración.
Arias había dado a entender de forma clara en declaraciones recientes que se podría investigar a Ezzati por encubrir a su excanciller.
Este escándalo se sumó otro el lunes, cuando la Fiscalía Nacional divulgó una compilación de abusos de la Iglesia Católica y de congregaciones religiosas que señala que, entre 1960 y la actualidad, se produjeron 266 agresiones sexuales a víctimas menores de edad por parte de sacerdotes, párrocos, personas ligadas a escuelas y religiosos.
Expertos en la historia de la institución en Chile atribuyeron el martes el alto número de víctimas a los malos filtros para ingresar a los seminarios y a la mala formación de los curas.
Los chilenos quedaron conmocionados en la víspera con el detallado informe de la fiscalía. Según el reporte, desde 2010 hasta la fecha, 158 curas, párrocos y personal de colegios abusaron gravemente de 144 niños en sus lugares de estudio. El encargado de la fiscalía para delitos sexuales contra menores, Luis Torres, agregó que con anterioridad a la entrada en vigencia de la nueva justicia procesal penal, entre 1960 y 2010, los abusados llegaban a 266.
Opiniones
Cristián Parker, doctor en sociología y experto en sociología de la religión de la Universidad de Santiago de Chile, señaló a The Associated Press que aunque no es la única causa, “el estilo de formación (en los seminarios) genera condiciones favorables para que proliferen este tipo de desviaciones, de conductas reñidas con la moral”.
A su vez, Marcial Sánchez, experto en historia de la iglesia chilena, afirmó a la televisión estatal que “los filtros son pésimos… y tiene que ver con la formación de los sacerdotes que hoy sigue siendo una formación anacrónica”. También recordó que el papa Francisco recientemente dijo a los 31 obispos activos del país que en Chile “hay una cultura de abuso de conciencia; abuso de poder y abusos sexual”, como ocurrió en Boston, Estados Unidos, Irlanda y México.
“Lamentablemente estoy seguro de que en otros países sucedería lo mismo. Ya estamos conociendo casos hoy en Perú, en Ecuador y en Argentina, de a poco esto se va a empezar a levantar”, añadió Parker. Asimismo, destacó que la iglesia local, desde el punto de vista de la organización, “tiene una cultura cerrada” y “muchas de las cosas que suceden quedan en la propia institución”.
Tanto Sánchez como Parker coincidieron en que la solución al problema ha sido lenta.
“El filtro que hay hoy, y me atrevería decir que hasta hace unos meses atrás, era pésimo”, opinó Sánchez. Parker, por su parte, declaró que la formación de los sacerdotes es un proceso de cambio lento y generacional que podría tomar unos diez o quince años.
Luego de despertar fuertes críticas por defender férreamente al obispo Juan Barros, acusado de encubrir abusos sexuales del mayor pedófilo de la historia chilena hasta el momento, Francisco ordenó investigar la situación, lo que condujo a la renuncia de cinco obispos activos.
Según Sánchez, para que la iglesia chilena recobrara credibilidad el papa podría aceptar más renuncias dado que tras el escándalo los 31 obispos del país presentaron su dimisión. Sin embargo, esto podría tomar tiempo.
Santiago de Chile / AP
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