domingo, 24 de septiembre de 2017

NATALICIO DE LA HEROÍNA VENEZOLANA LUISA CACERES DE ARISMENDI

(Miércoles, 25 de Septiembre de 1799)
NATALICIO DE LA HEROÍNA VENEZOLANA
LUISA  CACERES  DE  ARISMENDI
Entre las mujeres que representan tanto a la heroína de extraordinario relieve como a la mujer del hogar que anima con su ejemplo a su esposo y a cuantos saben de su valor cívico y alta calidad moral, está Luisa Cáceres de Arismendi.
Luisa Cáceres nació en Caracas en el 25 de Septiembre de 1799 y murió en la misma ciudad el 28 de Junio de 1866. Su padre, José Domingo Cáceres, era una personalidad representativa de la cultura caraqueña de su tiempo: latinista, gramático, historiador y pedagogo. Y tuvo por esposa a doña Carmen Díaz.
El autor de la primera biografía que se escribió sobre Luisa Cáceres, don Mariano Briceño, recuerda que iniciándose el año de 1814, Luisa Cáceres que acababa de cumplir quince años empezó a figurar en los grupos sociales de la clase social a que pertenecía y de Inmediato se distinguió porque "en su cuerpo competían lo acabado de sus formas con la sencilla gentileza de su porte, y a las bellas facciones de su rostro daban expresión particular la pureza de su alma y los cándidos Pensamientos de su Infancia."
Recuerda asimismo Mariano Briceño que en las fiestas de Nochebuena de 1813, presentados Por José Félix Ribas se conocieron Juan Bautista Arismendi y Luisa Cáceres Díaz. Arismendi quedó profundamente impresionado por los encantos Personales, la Inteligencia y personalidad de la Joven. Arismendi era viudo de doña María del Rosario Irala. Las necesidades de la guerra obligan al General Arismendi a marcharse a la Isla de Margarita en donde reclamaban con urgencia de su presencia directoria.(...) Los Cáceres logran llegar ante la amenaza de Boves que sitia la ciudad, huyen a la Isla de Margarita donde Juan Bautista Arismendi los recibe con alegría y el 4 de diciembre de 1814 celebra su matrimonio con Luisa Cáceres.

A lo largo del resto de su vida mantuvo esa justa preeminencia de máxima heroína, de fundadora de la patria, atenta a intervenir en los grandes acontecimientos con su presencia, su influencia y su palabra acatada y respetada. En junio de 1866, a la edad de sesenta y siete años, murió en Caracas. La República agradecida le acordó los honores del Panteón Nacional a sus restos y numerosas instituciones, plazas y monumentos perpetúan su nombre ejemplar.


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