viernes, 29 de septiembre de 2017

Se cumplen 82 años del natalicio de Víctor “el Chino” Valera Mora

Se cumplen 82 años del natalicio de Víctor “el Chino” Valera Mora

Foto:Vasco Szinetar
Este sábado, 30 de septiembre, se cumplen 82 años del natalicio del poeta trujillano Víctor Valera Mora, quien con sus versos desenfadados retrató la lucha social, sin dejar de tomar en cuenta el canto al amor y el erotismo.
El “Chino” Valera Mora nació el 21 de octubre de 1935 en Valera, estado Trujillo, luego de padecer la prisión política (1958) se graduó de sociólogo en la Universidad Central de Venezuela y luego incursionó en la lucha revolucionaria de la década de 1960, la cual acompañó con su libro Canción del soldado justo (1961), donde expresa los temas reivindicativos que más le preocupan.
Sus preocupaciones sociales, su identificación con el obrero y el campesino, la lucha de clases, un declarado sentimiento socialista, el canto a los guerrilleros combatientes”, explica Gabriel Jiménez Emán en la Nueva antología (2004) que reúne los textos del poeta, publicada por Monte Ávila Editores.
Sostiene Jiménez Emán que en el “Chino” conviven por igual “los orbes sociales o ideológicos con los mundos sensibles e intelectivos” en los cuales lo sublime del amor se troca en lo cotidiano y político, tema éste en el que “el humor le sirve para ironizar los mecanismos del poder”.
Los rasgos de Valera Mora coincideron con una época “y se han proyectado en décadas sucesivas con un enorme poder sugestivo, creando expectativas firmes en el terreno literario, a ser reevaluadas en el siglo XXI”, sostiene el poeta en su prólogo.
“Jamás la canción tuvo punto final. / Siempre deja una brecha, una rendija, / algo así, como un hilito que sale, / donde el poeta venidero pueda / ir halando, ir halando, ir halando / halando hasta el mañana. / Nosotros los poetas del pueblo, / cantamos por mil años y más…”, declama el “Chino” en en los versos de “Nuestro oficio”.
Valera Mora publicò también los libros Con un pie en el estribo ( 1962), Amanecí de bala (1971), 70 poemas estalinistas (1979) y un libro póstumo: Del ridículo arte de componer poesía (1979-1984); trabajó en la dirección de cultura de la Universidad de Mérida (1969) y como promotor cultural en el Consejo Nacional de la Cultura (1981).
Desde el 30 de abril de 1984 a este poeta de oficio puro lo sobreviven sus versos revolucionarios.
Entre sus poemas más destacados se encuentra Oficio Puro, donde el excéntrico autor realiza una serie de preguntas que sin duda podrían poner a sonrojar o pensar a cualquier mujer en esos minuciosos detalles que quizás olvida después de hacer el amor.

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