“El bastión de la dignidad petrolera, como muchos conocen a la Refinería Puerto La Cruz (RPLC) por su heroica posición y trabajo durante el paro sabotaje de 2002, cumple 67 años comprometida con todo el pueblo de Venezuela, así como con el pleno desarrollo energético de la patria y el continente”.
Ese compromiso e hidalguía que demostraron los trabajadores de la refinería porteña en medio de aquel triste episodio de la historia venezolana, es un símbolo de inspiración para los jóvenes y el personal con alta experiencia que, en la actualidad, entregan el todo por el todo para ejecutar los procesos de esta instalación operacional.
Richard Urbaneja, coordinador del Frente Nacional de la Juventud Petrolera en la zona norte de Anzoátegui, da fe de la gran responsabilidad que actualmente tienen los jóvenes dentro de la RPLC. “Somos protagonistas de la transformación que ha tenido Sotilli y el país entero”, dijo.
Acotó que estos cambios son impulsados por una empresa con valores socialistas, digno legado que dejó Hugo Chávez Frías.
“Anteriormente todas las ganancias de PDVSA se las distribuían entre toda la junta directiva y el imperio (EE.UU.); ahora son del pueblo”.
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