El Maestro de la Expresión Gestual
ALIRIO
RODRIGUEZ DE JOYERO DE
EL CALLAO A
PINTOR DE RENOMBRE
El 4 de abril
de 1932 nació en El Callao, estado Bolívar, el destacado pintor Alirio
Rodríguez, laureado en varias ocasiones y autor de exposiciones de renombre
dentro y fuera del país.
Su obra constituye un reclamo del espacio cósmico (tanto lo interno como lo
externo del hombre). Siente inclinación por las reacciones primarias: El grito,
el horror, el alumbramiento, el vacio total. En este sentido, es un artista del
vértigo, a cuyo logro se presenta una técnica gestual que es desarrollada por
medio de un color en espiral, tenso y continuo, que describe elipses y órbitas
alrededor de los personajes.
Artista
Plástico, pintor, dibujante, y vitalista, hijo de Arturo Rodríguez Lozada y
Teodora Borges Santi, la primera profesión que Alirio aprendió en El Callao, fue la de joyero. Desde muy joven mostró
su fuerte inclinación por el arte, por lo que con apenas 15 años de edad fue
enviado en 1947 a la Escuela de Artes Plásticas Aplicadas de Caracas, donde
estudió hasta 1955.
Simultáneamente,
realizó algunas exposiciones de sus primeras obras en la capital y en Valencia,
siempre mostrando una tendencia al arte figurativo.
En 1958,
Rodríguez se estableció en Italia, donde continuó durante tres años sus
estudios en el Instituto de Artes de Roma.
Durante este
tiempo, pintó varias obras que reflejaban el trauma de las masacres y violencia
dejada por la segunda Guerra Mundial en la mente de los europeos.
Una vez que
regresó a Venezuela, su trabajo vuelve a lo figurativo, y es nombrado titular
de la cátedra de dibujo y pintura y jefe de la sección de Arte Puro de la
Escuela Cristóbal Rojas.
A partir de
este momento, inició una serie de muestras que le dieron reconocimiento como
uno de los mejores exponentes del arte contemporáneo venezolano del siglo 20.
En sus obras refleja la
imagen del hombre en el espacio; figura dinamizada y martirizada por fuerzas
ocultas, intenta elaborar una cronografía tomando como base los instintos y las
reacciones psíquicas que experimenta el ser humano. Busca expresar el drama
dentro del hombre mismo y nos da la imagen de éste en forma de una lucha
libradora por la posesión y descomposición del espacio que lo circunscribe y
que a la vez forma parte de él. Lo pinta inmerso en su contingencia inmediata.
En su derecho y hasta en su deber de sobrevivir.
Entre sus
obras destacan el gran vitral de la sede del Tribunal Supremo de Justicia
(TSJ), en Caracas, y exposiciones en Venezuela, Estados Unidos, Colombia,
Ecuador, Bélgica y otros países.
En 1962
recibió el premio Arturo Michelena y el galardón oficial de pintura del Salón
de Arte Venezolano. También ha recibido reconocimientos por parte de la
Gobernación de Bolívar y el Museo de Bellas Artes.
Su obra
representó a Venezuela en la XXXVII Bienal Internacional de Arte de Venecia, y
en 1997 se realizó en su nombre la VI edición de la Feria Internacional del
Arte.
Entre 1989 y
1990 participó en diferentes exposiciones colectivas, como Ocho proposiciones en un mismo espacio (Galería Uno, Caracas), Gran formato (MBA), 50 años de pintura en
Venezuela a través de los Premios Nacionales (Museo de Arte La Rinconada, Caracas), Figuración, fabulación. 75 años de pintura en América Latina (MBA), Espacio y volumen. 7
artistas venezolanos (Galería de Arte Ascaso,
Valencia, Carabobo), Grandes maestros de la
plástica nacional (Galería Muci, Caracas), Imaginarios y paisajearios (Centro Armitano Arte, Caracas) y en la Moss Gallery (San
Francisco, California, Estados Unidos).
Su obra tiene representación en: Museo de Arte Contemporáneo, Museo de Bellas
Artes, Galería de Arte Nacional, Museo Alejandro Otero y Fundación Celarg.
“El solo hecho de estimar que nuestro mundo vive, con la naturalidad
impuesta por los titulares, la posibilidad de su aniquilamiento,
justifica hoy más que nunca, si se quiere, el compromiso de una pintura social” (Alirio Rodríguez)
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