Un día como hoy, en 1822, muere en el asalto al Hato Juana de Ávila, el teniente coronel José Rafael de las Heras, cubano de nacimiento, pero criado en Maracaibo, quién ya se había distinguido al servicio de Simón Bolívar.
Entre los lazos históricos que unen a los pueblos de Cuba y Venezuela, no puede pasarse por alto al cubano José Rafael de las Heras, teniente coronel del ejército venezolano y destacada figura en la Independencia de la Patria de Bolívar.
Nacido en La Habana, de las Heras viaja a Venezuela en 1818, fecha en que se incorpora al ejército republicano, en el comando del batallón Tiradores de la Guardia.
En enero de 1821, se encontraba en Trujillo con el propósito de participar en la liberación de Maracaibo, en poder de los realistas y el 29 de aquel mes fue ocupada la ciudad por sus tropas.
Al terminar la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821, de las Heras se encontraba entre los combatientes más destacados. Aseguran los historiadores que satisfecho Bolívar, de la conducta observada durante la acción de Carabobo, por el intrépido jefe de las Heras, accedió gustoso a la petición que le hizo en el campo de batalla de libertar la isla de Cuba, al concluir la guerra de la América del Sur.
El valiente guerrero caribeño sellaría con su vida los servicios prestados a su querida Venezuela al encomendársele, el 24 de abril de 1822, la liberación del Hato Juana de Ávila, sitio ubicado cerca de la ciudad de Maracaibo, donde los realistas se habían hecho fuertes. El teniente coronel de las Heras sucumbió en el asalto combatiendo heroicamente por la Independencia de Venezuela.
La batalla del Hato Juana de Ávila
La batalla del Hato Juana de Ávila, comenzó a las tres de la tarde y transcurrida media hora, los frentes no cedían terreno.
En una segunda etapa, el teniente coronel José Rafael de las Heras, espada en mano decidirá apartarse y tomar distancia, para lanzarse montado sobre su brioso corcel, señalando a sus tropas hacia donde estaba el comandante realista, pretendiendo concentrar el ataque sobre el punto de mayor poder de fuego, pero su caballo cae en una trinchera y el prócer saldrá proyectado estrellándose contra una gigantesca piedra, inmolando allí mismo su vida.
La otra columna española estaba desplegada en tierra, por el Hato de La Hoyada, con el Capitán Juan Ballesteros al frente y buscaría un lugar propicio para plantar combate.
En ese empeño estuvo y penetraría monte adentro hasta llegar al Hato de Juana de Ávila, ubicando sus tropas en mejores posiciones, parapetados detrás de cercas de curarire a pique, y de enormes piedras de ojo.
Los oficiales que acompañaban a Heras, sucesivamente fueron ocupando la línea de mando mientras otros caían muertos o heridos. Manuel León, fue sustituido por Paredes y éste por Ochoa, de manera que en estas circunstancias los sargentos Carlos, Bruno y Fermín Mas y Rubí, comandando sus compañías, con ejemplar heroísmo cumplirán la última orden de su comandante que acababa de morir delante de ellos y arrasarán, con un denodado esfuerzo, al resto de las tropas realistas.
Los valientes fueron arrollando y envolviendo a sus contrarios, entre quienes se halla el mismo capitán realista Ballesteros, que fue herido de muerte, y mientras sus hombres, unos huyen y otros se rinden ante los patriotas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario