A las tantas matrices de opinión sobre Venezuela que se han desplomado en los dos meses que han transcurrido del año 2019 debe añadirse la que sostiene que el país sufre un cada vez más profundo aislamiento internacional.
La pulseada entre poderosas coaliciones que acaba de producirse en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es una prueba de que si algo no está Venezuela es aislada. Por el contrario, es uno de los epicentros de la confrontación geopolítica actual, una pugna que tiene claras reminiscencias de la Guerra Fría.
A cada paso se demuestra que, ante la agresión de Estados Unidos y de un coro de países europeos y latinoamericanos con gobiernos de derecha, ha insurgido una también muy potente alianza de países que apoyan a Venezuela en todos los foros internacionales, incluyendo este que es clave para la paz y la guerra.
Esta realidad ya se había constatado de manera reiterada en el seno de la Organización de Estados Americanos en 2018, a pesar de la histérica conducción que de ese organismo multilateral hacen Washington y su principal peón, el secretario general Luis Almagro. Todos los intentos por hacer cristalizar el tan machacado aislamiento de Venezuela han fracasado sistemáticamente.
En lo que va de 2019 el apoyo a Venezuela se ha evidenciado nada menos que en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, donde han naufragado los intentos de EEUU, primero de presentar a Venezuela como una amenaza para la paz internacional y luego de legitimar la injererencia extranjera en asuntos nacionales basándose en operaciones de bandera falsa y en una manipulada acción “humanitaria”.
La titánica confrontación de este jueves en el Consejo de Seguridad, en la que dos proyectos de resolución fueron vetados, es una prueba de que Venezuela es actualmente el foco de una medición de fuerzas en la que está juego nada menos que la vigencia de las más elementales normas de convivencia del Derecho Internacional.
Aparte de China y Rusia (las dos superpotencias que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad y vetaron la propuesta de EEUU), otra nación de mucho peso específico en el contexto actual, como lo es Sudáfrica se sumó a la coalición provenezolana. Países como Costa de Marfil e Indonesia optaron por abstenerse tanto en este proyecto como en el presentado por Rusia.
El borrador de Washington, que exige repetir las elecciones presidenciales bajo una serie de condiciones impuestas, tuvo el respaldo de sus aliados naturales de Europa, incluyendo los otros dos miembros permanentes del Consejo (Francia y Reino Unido), así como Alemania, Polonia y Bélgica, integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Adicionalmente recibió el respaldo de Kuwait, República Dominicana y Perú. Este último es el “representante” del Grupo de Lima en el Consejo de Seguridad.
Cuando se votó el proyecto de Rusia, a esta nación, China, y Sudáfrica se sumó el apoyo de Guinea Ecuatorial, que se abstuvo ante el de EEUU. El borrador ruso planteaba la negociación como fundamento de la solución a los problemas venezolanos en un contexto de no injerencia.
En el debate previo, el embajador ruso Vasily Nebenzya, volvió a acusar a EEUU de pretender derrocar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro mediante la fuerza militar.
(LaIguana.TV)
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