sábado, 13 de abril de 2019

Concentración: 13 de abril es el Día de la Milicia Nacional Bolivariana, del Pueblo en Armas y de la Revolución de Abril


La recuperación de la continuidad democrática el 13 de abril de 2.002, luego del golpe de Estado del mismo año, se afincó sobre un hecho fundamental, inédito en la historia de Venezuela después de la jornada del 23 de enero de 1.958, que es lo que más se le parece en tanto fenómeno de unidad, que no de objetivos y naturaleza de los mismos:  la unión cívico-militar.
Aquella vez (23 de enero de 1.958) se unieron en una voz los diferentes factores de la sociedad (pueblo, clero, empresariado, partidos políticos y militares) para obligar a la renuncia de un militar (Marco Pérez Jiménez) que se había hecho por la fuerza con el poder político, más allá de las reglas del juego democrático.
Pero en está ocasión (13 de abril de 2.002) se juntaron en puro militares y pueblo (dos factores nada más) para reponer a otro militar pero elegido democráticamente, cuyo derrocamiento era apoyado por el resto de los componentes del entramado social, como la Iglesia, agentes mismos del Estado, el empresariado y la representación de una oposición política apátrida y pro estadounidense, para no decir imperialista.
Con el resultado por todos conocidos:  la reposición de un presidente en sus funciones de Jefe de Estado.
Diremos que podrá no ser inédito el hecho de la unión cívico-militar para el acometimiento de una acción política, independientemente del apego de los otros factores; pero no creo podamos decir lo mismo cuando esa unidad se da únicamente entre militares y pueblo (entre dos componentes de la organización social nada más), mucho menos con el objetivo alcanzado con éxito, esto es, la reposición de un Presidente de República en el poder, en este caso Hugo Chávez.
Lo corriente es que presidente depuesto, depuesto se quede después de un golpe de Estado, según registro de la historia.  Ni necesidad tenemos de ir tan lejos en el tiempo para verificarlo:  allí tenemos a Manuel Zelaya, defenestrado por los factores del poder político y económico de su país, a quien ni siquiera la fuerza de los organismos internacionales (OEA, ONU) pudieron reintegrarlo en sus funciones.
Más atrás en el tiempo tenemos el caso de Allende, en Chile, quien ─peor aun─ fue asesinado.  Los ejemplos se desbordan. Un pueblo ignorante y desprevenido es el caldo de cultivo para el mantenimiento en el poder de una derecha política abusiva y explotadora. Allende tuvo el desacierto de no organizar a las masas hacia un cultivo sostenido (y defensivo) de la conciencia democrática y republicana, que sólo se quedó en el germen impulsivo y teórico.
De modo que lo inédito cobra relieve para el caso de la gesta venezolana, incluso a escala mundial:  pueblo y militares reponen a un derrocado gobernante por primera vez en la historia democrática.
El militar patriota se negó a apoyar u obedecer las acciones u ordenes contraconstitucionales de sus altos mandos, y el pueblo (desarmado) coadyuvó en la cristalización de esa actitud en protesta, canalizándola hacia el final logro del reestablecimiento democrático.  De allí que no haya habido mucho trecho después de la asonada para dotar al pueblo de poder, de armas (milicia es pueblo en armas), sobre la base de la observación de la experiencia exitosa de la juntura cívico-militar.  Un pueblo armado, concienciado de la legalidad y el amor patrio, está llamado a coadyuvar a sus fuerzas armadas para ejercer acciones de “seguridad, defensa y desarrollo integral de la Nación”¹, o, como reza el artículo 43 de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Bolivariana (decreto 6.239, Gaceta Oficial 5.891), para “contribuir en garantizar su independencia y soberanía”.² 
El artículo 44 de la misma fuente recoge ese espíritu protestatario y cívico de la gesta del 13 de abril de 2.002 que, de haber estado organizado y dotado de armas para su defensa, sugiere el no acaecimiento del fatídico 11 de abril, día de muerte y golpe de Estado:  “La Milicia Bolivariana tiene como misión entrenar, preparar y organizar al pueblo para la Defensa Integral con el fin de complementar el nivel de apresto operacional de la Fuerza Armada Bolivariana, contribuir al mantenimiento del orden interno, seguridad, defensa y desarrollo integral de la nación[…]”.  Es decir, con seguridad habría impedido muchos Carmona.
Y de allí, también, que ese día y esa gesta se hayan escogido como baluartes para asignarle un día de conmemoración a la milicia en Venezuela.  El 13 de abril es el Día de la Milicia Nacional Bolivariana del Pueblo en Armas y la Revolución de Abril, además de día de Júbilo Nacional, según Gaceta Oficial del 13 de abril de 2.010, (Presidencia de la República N° 7.362, publicado en la Gaceta Oficial Nº 39.401). Según la vida, la experiencia y los hechos.

“Es decir, con seguridad habría [un pueblo organizado en milicia] impedido  muchos Carmona”

A 35 mil milicianos les tocó en suerte conmemorar esta primera celebración en la avenida Bolívar de Caracas, participando de un juramento hecho por el mismo Presidente de la República, en medio de una parada cívico-militar.  Vinieron de varias partes del país, en sus diferentes expresiones:  milicias campesinas, estudiantes de la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Bolivariana (UNEFA), cuerpo combatiente de las instituciones y el pueblo organizado.
Se hizo el siguiente juramento, de boca del Presidente de la República, a la vez que desenvainaba y blandía la espada de El Libertador, Simón Bolívar:
Juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma hasta que no consolidemos la independencia integral de la República Bolivariana de Venezuela construyendo junto a nuestro pueblo la revolución socialista.  Lo juro.
Las siguientes son imágenes de esta magnífica e importante fecha, tomadas de entre las filas de la milicia misma; se transcribe, además, la letra del himno miliciano:
(1) Hasta aquí en el Museo Histórico Militar, antes de salir a la Av. Bolívar:
       
(2) Preliminares en y alrededores de la Av. Bolívar, esperando la lleganda del Presidente de la República:
         
(3) Llegada del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Av. Bolívar:
       
(4) Nota curiosa:  Un opositor tocó una cacerola (una sola) desde el Edificio Parque Central, y esta miliciana le respondió, en tono jocoso, naturalmente:

(5)  Más imágenes de otras páginas.

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