San Benito, también conocido como el Moro, fue hijo de negros esclavos manumisos. Nació hacia 1525 en el pueblo siciliano de San Fratello, y murió a finales del siglo XVI (1589) en la ciudad de Palermo.
En Venezuela su culto se extiende desde el Zulia hasta Trujillo sin saltarse Mérida. Por celebrarse en el mes de diciembre San Benito es incluido en gaitas y festividades navideñas.
En Venezuela, los primeros indicios apuntan a que el culto fue introducido por los sacerdotes franciscanos en los años 1600, en las plantaciones y haciendas del Sur del Lago de Maracaibo, como forma para evangelizar a los esclavos africanos que trabajaban en las mismas.
Todo indica que el origen del culto a San Benito en Venezuela se ubica en los alrededores de la población de Bobures, y desde allí se propagó por toda la Cuenca del Lago de Maracaibo y los Andes.
Aunque no se manejan cifras oficiales de sus seguidores, el culto y el fervor a este santo se ha extendido por todo el occidente del país llegando a estados del centro occidente como Lara y Yaracuy, que desde el 27 de diciembre se unen a esta popular celebración.
San Benito en los Páramos merideños
San Benito en los Páramos merideños
Desde entonces se le rinde culto y de los poblados más lejanos del páramo merideño, bajan desde la madrugada del 29 de diciembre hombres, viejos y niños, descalzos, con las caras pintadas de una unción negra, vestidos de negros y con una capa roja, sombrero de cogollo con un abanico de colores, lentes y un trabuco, formando un ejército que reúne a más de 3 mil personas.
Estos salen en procesión quemando pólvora y acompañando al Santo en procesión hasta la iglesia de la plaza, donde el mismísimo arzobispo oficia una misa, lo acompañan también los Giros, que son grupos de baile ataviados de uniformes coloridos y unos sombreros floreados que van acompañados de música de violines, al culminar la misa todos los pintados de negro emiten una descarga a unísono de la pólvora que hace retumbar al pueblo y el Santo venerado se queda en la iglesia.
San Benito es muy querido en esta zona, ese día en las puertas de las casas se saca al santo. Se colocan pequeños altares iluminados y llenos de flores, al pasar la procesión descargan pólvora a cada imagen del Santo. En esta región creen en San Benito y durante todo el año se preparan para pagar sus promesas. Esta celebración engrandece al pueblo que es visitado por numerosas personas.
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