Como un golpe de Estado han sido calificados dos hechos políticos que ocurrieron en forma casi simultánea, y que evidentemente estaban previamente acordados por sus factores determinantes, situación esta que no permite establecer cuál pudo ser primero, si la autojuramentación del presidente de la Asamblea Nacional como Presidente interino, o las garantías de reconocimiento inmediato ofrecidas por el gobierno de Estados Unidos.
Todo ocurrió el mismo día, el 23 de enero, clásica fecha política venezolana, pero estaba siendo promovido desde hace ya bastante tiempo, con intentos de infiltración en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. El ministro de Defensa lo recordó en su intervención de ese día, reiterando cómo habían fracasado en todos esos intentos. En varias ocasiones, el presidente Maduro y el propio ministro Padrino López los habían denunciado.
Conocido es que Washington, desde le llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, tiene casi obsesivamente el propósito de desestabilizar al Gobierno venezolano y promover su derrocamiento. No lo ha ocultado y ha advertido con una invasión militar, que la han detenido dos factores: primero, la falta de apoyo en los gobiernos latinoamericanos unos más decididos que otros; y en segundo lugar, informes confidenciales militares del propio EE.UU. sobre sus inciertos resultados. Podríamos añadir un tercero, y es la reacción de los pueblos de los países de la región, que, por supuesto, los asesores estadounidenses no están en capacidad de analizar, pero que pueden tener alcances inimaginables.
El presidente Maduro, el viernes, declaró enfáticamente que hay “un golpe mediático internacional contra Venezuela” que estimularía acciones internas en torno al “gobierno del autojuramentado”. Desde el miércoles se pretende crear un clima de violencia entre venezolanos, que llevó al ministro Padrino a calificarla de “altísima peligrosidad”, y que ha generado preocupación en el exterior desde donde exhortan a reforzar la búsqueda del diálogo. Tarea nada fácil, pero sigue siendo la vía pacífica y democrática para encontrar salidas a esta crisis agudizada con las últimas posiciones de Washington, y que Moscú considera “injerencias gravísimas”.
Sea un golpe de nuevo tipo que experimenta EE.UU. o un golpe en desarrollo, como ha sido calificado, lo que también es cierto es que se trata de un golpe chucuto, pues no lograron derrocar al gobierno legítimo y constitucional que presidirá Maduro hasta el 2025.
Los 13 años de Evo
Trece años se cumplieron de Evo Morales como presidente de Bolivia, y 10 de la declaración de ese país como estado plurinacional, suficiente tiempo para transformarlo. Hoy es considerada como la economía más estabilizada de toda América Latina y proporcionalmente, la de mayor crecimiento. ¡Quién lo iba a creer! Que un gobernante indio hiciera el milagro. En el último informe de su gestión reveló, por ejemplo, que ha construido 50 hospitales, 34 de ellos de segundo nivel; y que la deserción escolar que era de 8,5% la bajó a 1,5%, por supuesto, se construyeron 16.733 unidades educativas. La clave está en que ha gobernado para el pueblo y junto a él, y no ha tenido las presiones desde Washington.
La complicada Colombia
Difícil la situación en Colombia después de que el Gobierno de Duque rompió negociaciones con el ELN. El primer nudo es en sus relaciones con Cuba, primer garante de las negociaciones y sede de los encuentros bilaterales. Según los protocolos firmados, en circunstancias como estas, el Gobierno colombiano debe garantizar el retorno a sus bases a los representantes guerrilleros en un plazo de 15 días. Pero ese plazo fue desconocido con las órdenes que dio al Ejército para reanudar los ataques a los puestos elenos y solicitó la deportación de los líderes ELN que está en Cuba. A buena parte de la población colombiana le angustia la posibilidad de la reanudación de la guerra, reforzada con la declaración de Iván Márquez (Farc) reconociendo que fue un error entregar las armas.
- En tres mil millones de dólares se estiman las pérdidas anuales por el contrabando de gasolina en México, que estuvo siendo tolerado por los últimos presidentes de ese país. López Obrador está enfrentando ese problema con decisión, así como otras fuentes de corrupción. Menuda tarea la que tiene por delante.
- Plenamente justificada la indignación y respuesta del presidente Maduro al plazo de que le da el gobierno de España, de 8 días para que convoque elecciones. Parece que será la posición de otros países europeos.
- Omar Vizquel sigue en nómina de los aspirantes al Salón de la Fama del Béisbol. En la segunda votación alcanzó 182 contra 156 de la primera. Subió del 37% al 42,8%. Se recordó que Luis Aparicio fue electo en la sexta votación, y que en la primera empezó con 27,8%.
- Al fin nos llegó un almanaque 2019 venezolano. De “Épale”, “Convivir para vivir”, es su lema.
- Mi nota de los altos precios generó respuestas. Alguien me pregunta si llegará el momento en que con anaqueles llenos, no habrá cómo comprar, tanto habrán subido los precios, pero con los ingresos iguales. Y otro me sugiere que le insinúe al gobierno que escuche al padre Molina. Sino lo oyen a él, menos me leerán a mí.
- De un gran titular de Ultimas Noticias del 22 de noviembre de 1979: “MILITARES A LA CALLE A controlar los precios”. Pero hoy mucha gente lo pide.
- Vergonzoso lo que hicieron los Leones del Caracas el miércoles: dejar de jugar porque no había condiciones, y como explicó Guzmán, el béisbol es una fiesta y el país no está para fiestas. Como si esa consigna se la hubiesen dictado políticos de la derecha.
- Aunque ustedes no lo crean, Juan Guaidó cree que se puede ser “presidente” sin contar con un gabinete; no se atreve a nombrar a nadie por falta de dinero, de millones acordados para su gobierno.
(Eleazar Díaz Rangel)
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