jueves, 7 de septiembre de 2017

LA VIRGEN DEL VALLE FUE CORONADA HACE 106 AÑOS

LA VIRGEN DEL  VALLE FUE
 CORONADA HACE 106 AÑOS
La Virgen del Valle es una de las principales y más celebradas advocaciones en Venezuela. Es venerada de un modo particular por los Margariteños y su fiesta se conmemora el 8 de septiembre, fiesta de la natividad de la Virgen María.
Si buscamos en las más remotas notas históricas sobre los orígenes la legendaria imagen de la Virgen Marinera venerada en la isla de Margarita y su llegada al pueblo del  Valle del Espíritu Santo, encontramos que su aparición en sí data de mediados del siglo XVI.

La iglesia parroquial de Santiago de la Nueva Cádiz en la isla de Cubagua había pedido a España un ejemplar de la Virgen María, conocida bajo la advocación de “La Purísima”. La sagrada figura llegaría al Nuevo Mundo el año 1530, tiempo en que se daba inicio a la evangelización en Venezuela, y fue exactamente entonces cuando la divina efigie  arribó a la ciudad de Nueva Cádiz, procedente de Europa.

Cuenta la historia, que el 25 de diciembre de 1541, un terrible huracán arrasó la Nueva Cádiz y con ella, la parroquia que cobijaba la reproducción de “La Purísima”, venida desde España. Buscando seguridad para la representación de María, los que la habían encargado y hecho venir de la península ibérica, se la llevaron a una propiedad que tenían en El Valle del Espíritu Santo, en la isla de Margarita y allí le construyeron una ermita.
Corría el año 1542. El lugar dio nuevo nombre a la estatua de La Purísima, que desde ese momento empezó a llamarse la Virgen del  Valle. Los estudiosos de la historia mariana aseguran que éste fue el lugar escogido por María para iniciar su devoción en Venezuelaen donde aún permanece, y se le conoce desde entonces como Nuestra Señora de El Valle del Espíritu Santo, Patrona  del Oriente de la República Bolivariana de Venezuela y de la Armada Venezolana.
En 1911, Monseñor Antonio María Durán, VII obispo de Guayana, actuando como legado del Papa Pío X, coronó canónicamente la imagen de Nuestra Señora del Valle y el 5 de septiembre del 1921, fue declarada patrona principal de la diócesis de Guayana, a la que pertenecía entonces la isla de Margarita, por el Mons. Sixto Sosa, gran devoto de la excelsa Madre de Dios. El 16 de marzo de 1981, la Virgen del Valle es declarada por el papa Juan Pablo II como patrona de la Armada de Venezuela. Y es así como, a través de los años, en el estado Nueva Esparta y en toda Venezuela, se le tributan grandes festividades el día 8 de setiembre, “DIA DE LA VIRGEN” y durante el mes de setiembre.

Es oportuno comentar que desde la llegada de la emblemática imagen de la Virgen María ( La Purísima) al Valle del Espíritu Santo a nadie se le ocurrió llamarla “Vallita”, sino Nuestra Señora de El Valle del Espíritu Santo, sencillamente porque ella no se llama “Delvalle”, sino que está en el pueblo margariteño que se llama justamente El Valle del Espíritu Santo, o lo que es lo mismo quien se llama El Valle es el lugar donde se venera a la Virgen Marinera y no la Patrona en sí como se pretende hacer creer a propios y extraños, creando alrededor de la legendaria figura una costumbre que a todas luces rompe con la tradición margariteña.

A propósito de las fiestas por el “DIA DE LA VIRGEN”, a 106 años de su coronación,  sea propicia la ocasión para motivar a nuestros coterráneos y a todos los venezolanos  a que la visiten en su templo, por cierto uno de los más concurridos en toda Venezuela: La Basílica Menor de Nuestra Señora de El Valle del Espíritu Santo, una joya arquitectónica construida a finales del siglo XIX, donde se le venera como Patrona de los pescadores, Patrona del Oriente del país y de la Marina de Guerra Venezolana (La Armada). En este lugar, la devoción por la “Virgen de El Valle” ha venido creciendo rápidamente conforme se han ido conociendo los testimonios de sus milagrosas curaciones y favores otorgados.
Son innumerables los milagros hechos por intercesión de la Virgen del Valle. Entre los más conocidos está el milagro de la perla, según el cual un pescador de nombre Domingo se sumergió en el mar en busca de perlas. Cuando revisaba el manto de coral, fue embestido por la filosa púa de una manta raya. El pescador salió a la superficie y llegó sangrante a la orilla donde fue atendido por los lugareños, quienes, en vano, intentaron parar la infección que había gangrenado la pierna. La pierna se le ulceró hasta la rodilla y sólo su amputación podía salvarle la vida. La esposa del pescador oró a la Virgen del Valle; y a los pocos días la pierna del pescador sanó. Domingo le prometió a la Virgen la primera perla que obtuviera cuando regresara al mar. Volvió al mismo lugar para extraer la valva de una inmensa ostra que halló sujeta al manto de coral. Al abrirla, encontró una perla con forma de pierna y que mostraba hasta el rastro de la cicatriz. La perla en forma de pierna puede ser admirada en el Museo Diocesano de El Valle del Espíritu Santo junto con numerosos objetos de oro, plata y piedras preciosas que le han regalado a la Virgen en pago de milagros concedidos..
Otro hecho milagroso atribuido a la Virgen del Valle señala que en 1608, Margarita experimentó una fuerte sequía. La gente decidió sacar la imagen de la Virgen del Valle en procesión hasta la ciudad de La Asunción. Al llegar a la ciudad, comenzó a llover.
Del anecdotario margariteño también es la reseña de acuerdo con la cual durante la guerra de independencia de Venezuela, una bala pegó en el pecho del general margariteño Juan Bautista Arismendi, pero el proyectil no lo penetró, ya que fue detenida milagrosamente por una medalla de la Virgen del Valle que Arismendi llevaba en el bolsillo del uniforme.
Según otra leyenda, la Virgen estuvo al lado de los patriotas en la batalla de Matasiete, durante la guerra de Independencia. En este sentido, ella animaba a los patriotas y curaba sus heridas, por lo que también se le conoce como la Virgen Patriota.
Ojalá, este humilde esfuerzo  sea aceptado como tal, en protección de la más sana y genuina tradición margariteña, una de las pocas que nos quedan,  que al igual que el resto de las margariteñerías están siendo amenazadas por el arrollador avance de la transculturización que arrasa con todo lo que encuentra en su devastador prurito de enriquecimiento a costa de valores culturales, costumbres o de la misma identidad de los pueblos, de los que se aprovecha en nombre  de  lo que nos trata de imponer el capitalismo salvaje, al que poco le importa otra cosa que no sea la producción de dólares.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo;
Gloria a la Virgen del Valle, que nos cubre con su manto”
( Del cancionero popular margariteño)

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