El fatídico “Martes 13”
UN MARTES 13 DE DICIEMBRE MUJER
MATA A
2
HOMBRES POR UN GATO
Hay crímenes violentos, pasionales, accidentales, de lesa humanidad,
magnicidios, parricidios, uxoricidios, filicidios…la gama del horror criminal
puede ser muy amplia, pero uno de los peores, de los más incomprensibles, es el
crimen fútil: aquel que se comete por motivos absurdos, y en esta categoría, al
parecer, está el caso de Cibell Naime Yordi, quien mató a dos personas por un
gato, cuya figura hace perfecta combinación con la fatídica superstición basada
en la creencia del Martes 13 como “Día de la mala suerte”.
Esta historia conmovió a toda la Venezuela de un ayer no muy remoto, en
1994, cuando no era común que matasen a alguien por un par de zapatos, un
celular o dos paquetes de harina precocida, por la alevosía con la que actuó la
bella, pero retraída joven, al asesinar a sangre fría a Miguel Antonio Tauil
Musso de 30 años y a Juan Carlos González Acosta, de 19, simplemente porque el
primero se negó a devolverle el dinero que le había pagado por un gato angora.
Una niña bien
Shauki Naime, un exitoso obstetra de origen libanés, levantó, junto a su
esposa Salam, una familia en la que las
decisiones del patriarca eran santa palabra y para imponerlas no se escatimaba
en severos castigos físicos contra sus hijos.
En ese acomodado, pero rígido hogar del este de Caracas, creció Cibell,
la última de las hijas del matrimonio Naime Jordi, para quien su familia tenía
muchos planes en ese año de 1995: luego de que la joven de 18 años de edad se
graduara del colegio sería enviada al Líbano, para contraer nupcias en un
matrimonio arreglado.
Pero el socarrón destino muchas veces desbarata nuestros planes y
para ello usa los recursos menos pensados, en este caso la tragedia empezó con
un gato, pues la hermosa y sobreprotegida nena quería una mascota y eso fue el
comienzo de su perdición y la de dos jóvenes.
Fatídico aviso de prensa
Tauil Musso además de ser abogado se dedicaba con éxito a la venta de
mascotas, sobre todo de perros y gatos de raza. El negocio crecía y crecía, por
lo que decidió empezar a publicar avisos en la prensa, uno de los cuales, que
anunciaba la venta de una camada de bellos gatos angora, atrajo la atención de
Cibell. La joven se puso en contacto telefónico con Musso, para concretar la
venta y acordaron el pago de 20 mil bolívares por la anhelada mascota.
Solo había que resolver un pequeño detalle: ella no tenía el dinero, ni
forma lícita de conseguirlo, por lo que pese al terror que sentía por su padre
y sus duros castigos, optó por sustraerle un cheque del para entonces famoso
Banco Unión, de un talonario a nombre de la firma Digital Médica.
Con sumo cuidado la joven falsificó la firma de su padre y le pagó a
Tauil, quien a cambio le entregó el enigmático gato, el cual de inmediato llevó
a su casa asegurándole a los suyos que se lo había regalado una amiga.
A los pocos días Shauki Naime notó la ausencia del cheque y empezó a
interrogar a sus hijos y sus sospechas recayeron en Cibell, a quien dio un
ultimátum para que lo devolviera.
Desesperada, la joven contactó a Tauil y le pidió, le suplicó, le rogó,
que le devolviera el dinero, porque sino “mi papá me va a matar” ante lo cual
el abogado se negó, argumentando que en ese negocio no había devoluciones.
Fatídico martes 13
Ante lo infructuoso de sus súplicas y la presión cada vez mayor de su
padre, Cibell maquinó un plan para ese martes 13 de diciembre de 1994.
Temprano en la mañana tomó un taxi hasta la casa de la familia de Musso
en Los Naranjos ( Guarenas) y esperó a
que el joven llegara, incluso se tomó un café que le ofreció la madre del
abogado.
Luego de un rato llegó Tauil Musso junto a su amigo Juan Carlos González
y al ver a la joven Cibell intentó desprenderse de ella, pero esta ya tenía
todo fríamente calculado y lo convenció de que una de sus tías estaba
interesada en comprar un cachorrito salchicha y lo esperaba a la entrada de la
urbanización.
El incauto joven le dijo a su amigo que los acompañara para poder
hablar con la presunta tía y todos abordaron la camioneta Toyota Samurai negra
de Musso.
Durante los interrogatorios policiales posteriores la joven confesó que
una vez dentro del vehículo, a unas pocas cuadras de la vivienda, volvió a
pedir el cheque o los 20 mil bolívares y ante una nueva negativa sacó una
pistola que había sustraído de la colección de su padre, una Walter PPK, calibre 7. 65,
que ocultaba en su bolso y le disparó a ambos en la cabeza, primero a González
y luego a Musso. Luego abandonó rápidamente el sitio.
Pese a que varios testigos presenciales del hecho describieron los
rasgos de la joven homicida, no había mayores pistas y pasaron varios días
hasta que las autoridades pudieron dar con su paradero.
La ruta del dinero
En los primeros días de enero, luego de la que familia Naime Jordi
regresara de El Tigre, Shauki recibió un estado de cuenta del Banco Unión, en
el que aparecía reseñado el cobro de un cheque por 20 mil bolívares realizado
por Tauil.
De inmediato Shauki buscó en la guía telefónica y se comunicó con
la vivienda de Miguel Tauil, uno de cuyos hermanos le explicó que el joven que
además de abogado “se dedicada a la venta de mascotas de raza” había sido
asesinado.
Fuera de sí, enajenado por la furia, Shauki Naime confrontó a su
hija sobre lo ocurrido. Aunque al parecer no la relacionaba aún con el crimen
la golpeó fuertemente en el rostro, causándole lesiones en un ojo y un enorme
moretón en la mejilla izquierda.
Así, con el rostro amoratado, a los pocos días la antigua PTJ
detuvo a Cibell, gracias a que el rastreo del cheque los llevó hasta ella.
La joven admitió los hechos y fue condenada a 30 años de prisión,
pena que empezó a cumplir en el Instituto de Orientación Femenina de Los Teques
(INOF), a donde ingresó abrazada de su gato.
De acuerdo con la sentencia del tribunal sexto
en lo penal, del 16 de diciembre de 1998, Naime cumpliría su pena el 6 de marzo
del año 2022, a las 11:45 de la noche. Esta fue una de las primeras sentencias
a 30 años dictadas en el país.
Unos años después fue trasladada al anexo femenino de la Penitenciaría
General de Venezuela, en San Juan de Los Morros y en el año 2005, pese a las
objeciones y diligencias realizadas por el Ministerio Público y los familiares
de las víctimas le fue concedido una suerte de beneficio de “libertad
vigilada”, por lo que podría entrar y salir de un sitio de reclusión asignado
por un juez.
Desde entonces no hay certeza de su paradero, solo leyendas urbanas,
como la que circuló por redes sociales en 2008, cuando aparecieron supuestas
fotos suyas tomadas en una celebración familiar.
La versión que cobra más fuerza es que vive en la ciudad de El Tigre,
estado Anzoátegui, pues su padre tiene intereses económicos en esa zona, aún
así la Fiscalía no descarta que esté en Colombia, o haya ido a dar por fin al
Líbano, su destino original para un matrimonio arreglado.
No falta quien diga que “el amigo de un amigo” la ha visto, feliz, toda
sonreída ella, haciendo compras en un supermercado de cualquier ciudad del Sur
Oriente venezolano.
Su destino es un misterio, al igual que el del famoso gato que la
acompañó durante su días de reclusión en el Instituto Nacional de Orientación
Familiar, INOF, de Los Teques.
La otra versión
Allegados a la joven habrían hecho circular una versión totalmente
distinta a la del crimen por un gato y asoman un sórdido crimen pasional.
En 1994 corrió de boca en boca que Cibell era novia de uno de los
muchachos y el día del asesinato había quedado en verse con él, a escondidas,
pues su padre no aprobaba la relación amorosa y tenía todo arreglado para el
matrimonio en el Líbano.
Cuando llegó a la urbanización Los Naranjos, para encontrarse con su
novio vio como él se besaba apasionadamente con otro hombre dentro de la
camioneta.
Cibell entró en shock y en un ataque de ira sacó el arma que había
robado de la colección de armas de su padre y les disparó a ambos en la cabeza,
matándolos antes de que pudieran reaccionar.
Según esta versión -nunca confirmada- las familias de los muchachos,
avergonzados por el giro que podría tomar el caso callaron, y en complicidad con las autoridades inventaron la historia del
gato y esa fue la que se impuso.
En mucha gente quedó un amargo sabor de boca, ¿Se
trataba acaso de una nueva imposición del poder económico sobre la aplicación
de la justicia?
La verdad solo la saben el Altísimo y la propia Cibell, esté donde esté.
Hoy el caso del gato todavía se mantiene fresco en el
colectivo venezolano.
Lo cierto es que el “Doble Crimen de Los Naranjos” viene a
reforzar la historia y misterio sobre el
origen del Martes 13, lo cual hace que sean muchos los que creen que hoy no es
un día cualquiera, y muchísimas personas
alrededor del mundo sufren ante esta fecha un temor ingobernable, una fobia
cuyo nombre técnico es Trezidavomartiofobia.
Y usted, qué opina?
La ASESINA esta en Libano, disfrutando como si NADA !!
ResponderBorrarLa ASESINA esta en Libano, disfrutando como si NADA !!
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