jueves, 22 de marzo de 2018

Hace 195 años circuló la última edición del semanario creado por Simón Bolívar

El Correo del Orinoco circuló desde el 27 de junio de 1818 hasta el 23 de marzo de 1822/ Foto: Archivo

El 23 de marzo 1822 circuló la última edición (la número 133) del semanario Correo del Orinoco, creado por el Libertador Simón Bolívar en 1818. Su finalidad era contrarrestar los efectos perniciosos de la prensa realista y al mismo tiempo ganar mayor cantidad de adeptos para la causa republicana en el contexto de la Guerra de Independencia.
El Correo del Orinoco llegó a editarse en tres idiomas: castellano, francés e inglés, puesto que el Libertador se trazó el propósito de que, además de circular entre la población de habla hispana, se leyera en las comunidades anglo y francopalantes del Caribe, Norteamérica y Europa.

DE QUIÉN FUE LA IDEA

Desde los días de la Campaña Admirable, Bolívar evidenció su talento como comunicador mediante de proclamas, manifiestos y discursos, que lo dieron a conocer como pensador desde 1812. A ellos se suma extenso epistolario que desarrolló en el curso de su vida pública.
Para el Libertador resultaba indispensable un medio impreso que diese a conocer las victorias militares, y que impulsara la defensa doctrinaria de la causa patriótica. Esto explica que en muchas ediciones del Correo del Orinoco fueran publicados los boletines del Ejército Libertador relativos a las campañas, a fin de que se incrementase la opinión favorable a los patriotas. Y en este sentido, el mayor efecto benéfico que tuvo el semanario impreso en Angostura para la causa emancipadora se produjo en el exterior, por cuanto congregó nuevos prosélitos y les insufló un mayor entusiasmo a los grupos de voluntarios irlandeses e ingleses que al llegar a las posesiones británicas del Caribe se dirigían hacia la ciudad liberad en Guayana, para enrolarse en los cuerpos que se organizaron entre 1818 y 1820 para engrosar las filas del Ejército Libertador, todo lo cual facilitaría la adquisición de armamento por los republicanos en el exterior.

ARTILLERÍA DEL PENSAMIENTO

Para septiembre de 1817, Bolívar le escribió a su amigo Fernando Peñalver, quien estaba en Trinidad: “Mándeme usted de un modo u otro una imprenta, que es tan útil como los pertrechos”.
El primer número del Correo del Orinoco fue publicado el 27 de junio de 1818, y las primeras doce ediciones tuvieron como su principal redactor a Francisco Antonio Zea, a quien sustituiría Juan Germán Roscio, con quien colaboraban José Rafael Revenga, José Ignacio de Abreu y Lima y Manuel Palacio Fajardo. Además de sus boletines militares, proclamas y mensajes, Simón Bolívar haría publicar artículos en tono de polemista, sin firma. Permanecería en circulación durante cuatro años, teniendo como impresor a Andrés Roderick. Su política editorla puede resumirse en las siguientes palabras “Somos libres, escribimos en un país libre y no nos proponemos engañar al público”, que a modo de prospecto se insertan en un artículo de la primera edición del semanario, del 27 de junio de 1818.
En la edición 67, del 17 de junio de 1820, se enuncian los propósitos de orden estratégico que persigue el Correo del Orinoco, y que no son otros que los beneficios de “un periódico que, bien conducido y accesible a toda comunicación importante sea un centinela … y, al mismo tiempo, un catecismo de moral y virtudes cívicas, que mejore la condición del pueblo e instruya y forme la generación que nos ha de suceder”. En la misma edición se señala además un objetivo de orden táctico relacionado con la guerra que vivía el país “destinada nuestra gaceta a ser más bien el vehículo por donde se comunique al extranjero nuestros sucesos, e informemos a nuestros conciudadanos”.

LOS EFECTOS

Quien comprendió de inmediato, desde las trincheras enemigas, la repercusión que tendría en el destino de la guerra el Correo del Orinoco, fue el letrado realista José Domingo Díaz, polemista y redactor jefe de la Gaceta de Caracas entre1815 hasta 1821. Díaz, quien debió estar al tanto de que en su desembarco de Ocumare de la Costa de 1816 el Libertador traía consigo una imprenta, llegó a decir “la imprenta es la primera arma de Simón Bolívar, de ella ha salido el incendio que devora a América, y por ella se ha comunicado con el extranjero”.
El Correo del Orinoco, con cuatro páginas y formato de 36 por 24 centímetros a tres columnas, cumplió a cabalidad los fines para los cuales había sido creado, dando paso con su última edición –y con la nueva realidad política surgida de la victoria de Carabobo de 1821– a un nuevo órgano, la Gaceta de Colombia, que habría de imprimirse en Bogotá para todo el territorio grancolombiano. En conclusión, cumplió las funciones de “artillería de pensamiento, educador de masas de hoy y mañana, portavoz de la creación de un nuevo orden económico y de la información internacional desde el punto de vista de nuestros intereses…y órgano de los pensamientos ajeno”.

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