Què agradable celebraciòn pude disfrutar en familia este año, con motivo de la despedida del año viejo y la bienvenida del 2019, como muy pocas veces en mis 75 años habìa podido compartir.
Se comprobò una vez màs el refràn popular segùn el cual: "A qioen Dios no le da hijos le da sobrinos", es el sentido de do de lo que quiere significar la filosofìa popular. Y tuve la gratìsima ocasiòn de constatar y confirmar que eso es cierto. Cuando menos lo esperaba, los sobrinos Cabello Càrcega dieron la cara por el resto de la familia, a propòsito de este fin de año recièn pasado y el inicio del Año Nuevo 2019.
Se comprobò una vez màs el refràn popular segùn el cual: "A qioen Dios no le da hijos le da sobrinos", es el sentido de do de lo que quiere significar la filosofìa popular. Y tuve la gratìsima ocasiòn de constatar y confirmar que eso es cierto. Cuando menos lo esperaba, los sobrinos Cabello Càrcega dieron la cara por el resto de la familia, a propòsito de este fin de año recièn pasado y el inicio del Año Nuevo 2019.
El sitio de reuniòn fue la residencia del sobrino Lewis Cabello Còrcega y su apreciada esposa Gina, quienes junto con su hijo Lewis jr, (Lewito) fueron excelentes anfitriones en una noche donde abundò la cordialidad,el amir familiar,la atenciòn e hicieron gala de el càlido espìritu oriental que nos hizo recordar los mejores tiempos con las exquisiteces de la cocina criolla con una exhuberante cena navideña adornada de gustosas hallacas,ensalada de gallina y las bebidas tìpicas de estas tierras donde la tradiciòn sigue siendo la norma a seguir..
Lewis cubrìa el màs mìnimo detalle,recibìa a los invitados, mientras Gina,siempre amorosa,atendìa la cocina, junto con su suegra Rosalina, y Lewito junto con su tìo Kimito estaban pendientes de la mùsica.
En esta fiesta de fin de año estuvieron entre los adultos doña Rosalina Còrcega, progenitora de Lrwis y Arquìmedes ( Kimito ) Cabello Còrcega, quien siempre resulta ser el alma y vida de estas reuniones familiares, por su espìritu alegre, sus dotes culinarias,,su amabilidad y un don de gentes que se pierde de vista.
Vimos tambièn esa noche y al dìa siguiente a doña Martina, madre de Gina, y quien vino desde la poblaciòn de Tacarigua de Sucre, en el Golfo de Paria, donde se juntasel murmullo de las olas marinas con el trinar de las aves cantarinas al compas de las aguas deltanas,en el propio confin del estado Sucre.
Sin duda alguna, fue una noche especial con su amanecer felia, durante la cual departmos con una mujer extraordinaria, Yajaira, la hermana de Gina, quien a pesar de su discapacidad a consecuencia de una ACV, camina ( perdòn,corre) con un bastòn, baila con màs ritmo y sabor que muchos y muchas.Yajaira me comentaba que gracias a su indomable espìritu de mujer puede recorrer diariamente muchos kilòmetros para no dejarse dominar por la condiciòn de discapacitada que sufre.
Bueno y en el ambiente no podìan faltar los reyes de la casa,los niños, que estuvieron animando la fiesta hasta que bien entrada la madrugada los venciò el sueño. Linnarquis y Brayan, hijos de Kimito, y Mariangel, nieta de Lewis y Gina, fueron los representantes de la larga lista de chamos con que cuenta esta gran familia.
Cuando partiò el año acudieron muchos vecinos,conocidos y amigos a dar el Feliz Año, protagonizando escenas conmovedoras,muy agradables por las manifestaciones de cariño de la gente del lugar para con esta querida familia. Y despuès vino la cena.
Y como en las grandes celebraciones, la parranda es para amanecer, aquì tambièn amaneci y los rayos del sol cayeron sobre los parranderos que ya habìan armado la piscina familiar para echarse un chapuzòn que los ayudara a tomar nuevos brìos para seguirla hasta bien entrado el dìa. Lewis me decìa: "Vamos,mi tìo, hasta que el cuerpo aguante".
Pero la cosa no quedò ahì, no señor. Bien temprano los anfitriones sirvieron el desayuno con hallacas calenticas, ensalada de gallina y un sabroso cafè que nos puso en forma a todos. Y como si fuera poco, al mediodìa llamaron a almorzar, con un sancocho de Curbina que todavìa siento el sabor de la bananita verde "que no debe de faltar", como dijo Luis Mariano y lo cantò Gualberto.
Parecìa que estàbamos en carùpano, Cumanà,Rìo Caribe, o en cualquier pueblo de la exhuberante y variada geografìa sucrense, y no en Barcelona, donde vive Lewis,en Tronconal Sexto.. Verdad que no parece? Pues,crèanlo. Asì fue ese parrandòn como hacìa años que no lo disfrutaba y espero que se repita.
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