martes, 26 de febrero de 2019

Precios de disfraces infartan y le quitan colorido al Carnaval


Foto: Gustavo Ortiz
Foto: Gustavo Ortiz


La hiperinflación se coronará como reina indiscutible de los Carnavales de este año. Padres y vendedores afirman que los elevados costos de prendas con las que niños participan en las comparsas harán imposible que se mantenga la tradición.
Este año el rubro de disfraces experimentó un incremento de 12.000% respecto a 2018, según se constató en recorrido hecho en comercios dedicados a la venta de ropa infantil en el centro y este de Caracas.
En locales ubicados Sabana Grande, La Hoyada y La Candelaria los precios van de los Bs 20.000 a los Bs 180.000. Trajes que actualmente cuestan Bs 150.000, el año pasado costaban el equivalente a Bs 12,50 (para entonces BsF 1.250.000, cuando el sueldo mínimo era de BsF 248.510, expresión previa a la reconversión monetaria, vigente desde el 20 de agosto pasado).
La abismal diferencia de costos ha obligado a comerciantes y consumidores a crear sus propias alternativas. Marilia Vilera, dueña de una tienda de ropa para niños localizada en el bulevar de Sabana Grande, explicó que desde esta temporada optó por ofrecer disfraces por encargo, debido a la casi nula importación de este tipo de productos.
“La gente viene, nos dice qué quiere y de acuerdo con el tipo de telas les decimos un precio aproximado por la mano de obra”, contó Vilera, quien detalló que los precios varían entre Bs 25.000 y Bs 100.000. Sin embargo el costo final se determina al momento de la entrega.
La confección artesanal tiene como desventaja las limitaciones en la variedad de telas, insumos, hilos y aplicaciones, por lo que los compradores, además del bolsillo, deben ajustar sus requerimientos a la disponibilidad del mercado.
El costo referencial del metro de tela tipo satén, de las más usadas para la elaboración de disfraces, ronda los Bs 12.000 en mercerías del centro de Caracas. Para los padres prescindir de la costumbre es la más probable de las opciones. Los que no, se debaten entre reciclar trajes de algún conocido o comprar piezas usadas.
“Un disfraz usado cuesta Bs 10.000, eso es casi la mitad de todo mi sueldo en un mes. Aún no decido si comprarlo, porque la comida es mi prioridad en este momento y comprar un traje nuevo o mandarlo a hacer es imposible”, confesó Zayuri Hernández, madre de un niño de 8 años que para este año desea disfrazarse de Spiderman.
Pocas son las opciones que se ajustan al salario mínimo, que por la escasez de efectivo no servirá ni para papelillo.

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