martes, 31 de enero de 2017

Tres versiones LA HORRENDA MUERTE DEL PROCER JOSE FELIX RIBAS

Tres versiones
LA HORRENDA MUERTE DEL
PROCER JOSE FELIX RIBAS
El 31 de enero de 1815, en Tucupido, Guárico, fue ejecutado José Félix Ribas, ilustre militar venezolano, General en Jefe y prócer de la Independencia de Venezuela.
Durante la independencia, participó en numerosas batallas, pero el episodio más importante fue el de la Batalla de La Victoria (12 de febrero de 1814) en donde logró parar a las fuerzas realistas de José Tomás Boves con unas tropas poco experimentadas formadas principalmente, por jóvenes estudiantes y seminaristas que Ribas había logrado reclutar y en cuyo preámbulo pronunció la famosa arenga: “No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer”.
Sobre su muerte se conocen tres versiones:
La primera versión es de 1984 y relata que fue el esclavo Concepción González, quien delató ante la Justicia de Tucupido a Ribas, que había llegado enfermo al hato “Las dos Palmas”.
Lorenzo Figueroa, “Barrajola”, famoso por su crueldad fue entonces conducido hasta el lecho del héroe, lo trajo dentro de grandes vejaciones a la Plaza Mayor de Tucupido, y el 31 de enero del 1815, lo hizo ejecutar a lanzazos. Le cortaron la cabeza, la frieron en aceite, y en macabra procesión la llevaron a Caracas donde la metieron en una jaula de hierro en el camino para La Guaira, sus brazos y piernas fueron colocadas en los cuatro puntos cardinales del pueblo en represalia a los patriotas de la zona.
Los familiares, para asegurarse de que era su cabeza, llamaron al barbero que le había hecho dos extracciones de muela y fue él quien lo reconoció.
La segunda versión es contada por el propio nieto de Concepción González, el hijo menor de su único hijo, quien aseguró que según le había relatado muchas veces su abuelo a su padre y éste a él, la muerte del héroe había ocurrido de manera diferente.
“El general murió víctima de fiebres palúdicas y fue enterrado por mi abuelo en el hato de “Las dos palmas”. Por supuesto, antes de sepultarlo lo “cintureó”. Ya en Tucupido, mi abuelo llamó la atención por cargar revólver y estar gastando con morocotas y monedas de oro.
Puesto en confesión, llevó a las comisiones realistas al sitio. Desenterrado el cadáver, lo trajeron al pueblo y lo botaron por un barranco, después de cortarle la cabeza, ya en estado de descomposición. Esa fue la razón por la cual la tuvieron que freír en aceite antes de enviarla primero a Guarenas y luego a Caracas”.
La tercera versión, la relata el historiador guariqueño Adolfo Rodríguez, en la que cuenta que Ribas, confiado en el esclavo Concepción González, le mandó a buscar bastimento y medicamentos para las  calenturas que le daban; y al haber llevado dinero en oro atrajo la sospecha de las autoridades realistas de Valle de La Pascua. Algunos dicen que por este motivo lo examinaron, pero lo cierto es que fueron en una mañana fresca de enero a sorprender al ilustre héroe de La Victoria y sus leales compañeros donde dormían.
Desde el 19 de septiembre de 2005, en el 230 aniversario de su natalicio, reposa en el Panteón Nacional un cofre con sus restos simbólicos.
Sin duda, nuestra lucha por la emancipación no puede ser contada sin la participación heroica de José Félix Ribas, que hoy sigue siendo ejemplo e inspiración para las luchas que hoy seguimos dando los patriotas, hoy más que nunca es necesario reivindicar el coraje y lealtad a los ideales de José Félix Ribas, hoy más que nunca no podemos optar entre vencer o morir, hoy, necesario es vencer.
JOSÉ FÉLIX RIBAS

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