lunes, 19 de marzo de 2018

Transportes escolares han dejado de prestar servicio por altos costos

Unidades usadas para el traslado escolar requieren mantenimiento / Foto: Arturo Ramírez 


Miguelina Ramírez lleva más de 9 años prestando servicio de transporte escolar en planteles de Puerto La Cruz.
Según relató, con esta actividad se pagó sus estudios y ahora se “medio ayuda” con los gastos del hogar.
Señaló que ha pensado en desistir de ejercer el oficio, porque lo que percibe no le alcanza para el mantenimiento de su camioneta Ecosport.
“Los representantes siempre quieren pagar lo mínimo, y los entendemos porque las cosas cada vez están más caras, pero deben comprender que también somos padres de familias y tenemos gastos, sumados a lo que debemos invertirle en los carros”.
Manifestó que su rutina comienza a las 6:00 de la mañana y termina en horas de la tarde.
“A un niño que viva en Los Cerezos (Puerto La Cruz) y estudie en Guaraguao le cobro 300 mil bolívares al mes; y con el aumento salarial debo hacer otro ajuste, porque esa tarifa no me va a dar resultados”.
Si el estudiante ve clases en un plantel de Chuparín la tarifa supera el salario mínimo, que desde el 1 de marzo fue ubicado en 392.646,46 bolívares, según decreto firmado por el presidente Nicolás Maduro.
Raúl Guillén tiene 10 años ofreciendo traslados para escuelas de Lechería y Barcelona. Señaló que para esta última zona cobra hasta 600 mil bolívares. “Los padres me la chillan, pero les resulta mejor que pagar el pasaje diario. Les saldría más caro y perderían tiempo”.
A diferencia de Ramírez y Guillén hay prestadores del servicio, como Luis Gómez, quien llevaba más de 15 años dedicado a este oficio, que han desistido de hacerlo, argumentando que lo que perciben no les alcanza “ni para hacer el cambio de aceite”.
A la camioneta, modelo Terios, de Gómez se le explotó un neumático y no ha podido “completar el dinero para comprarlo”.
“A principio de año tuve que notificar a los representantes que no podía seguir transportando a los niños, porque no pude reunir para cambiar el caucho. Prácticamente ese era mi sustento. Ahora estoy buscando cómo sobrevivir”, manifestó.
Julieta Romero, vecina del casco central de Puerto La Cruz, aseveró que pagaba 100 mil bolívares para que le llevaran a sus hijos a un colegio ubicado en la calle Buenos Aires de Puerto La Cruz.
“Gano salario mínimo y aun así me las ingeniaba para pagar el transporte, porque me resultaba más cómodo que cancelar el pasaje diario. Podía pagar por transferencia. Hace un mes, la señora del transporte nos informó que lo dejaría de hacer porque no consiguió para reparar su carro”, relató la mujer.
No da
Milagros García fue otra de las que optó por dejar de hacer transporte escolar.
Según dijo, en el cambio de aceite y filtro gastó casi 10 millones de bolívares. “Cada muchacho me pagaba 180 mil bolívares. Quise aumentar y los representantes se quejaron. No puedo darle ruleta al carro, sin obtener ingresos para su mantenimiento”.
Romina Carvajal tiene dos niños: uno cursa preescolar y otro tercer grado.
Mencionó que desde principios de año está buscando quien les haga transporte y no ha hallado.
“Las pocas personas que ofrecen transporte escolar ya no tienen disponibilidad y hay quienes cobran cuotas por encima de los 300 mil bolívares, por cada niño. Lo que gano no me alcanza para pagar tanto”, aseveró.

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