El 6 de junio de 1885, fallece en Maracaibo, a los 80 años de edad, el capitán Anselmo Belloso Rodríguez, quien forma parte de esos zulianos que con arrojo, valentía y amor por la Patria contribuyeron con la Independencia de Venezuela y parte de la América del Sur.
Su féretro fue cargado en hombros de su pueblo. Recibió del Gobierno de turno los merecidos honores correspondientes a su rango. En abril de 1883, Antonio Guzmán Blanco, presidente de la República de Venezuela, declara al capitán Belloso Rodríguez, Ilustre Prócer de la Independencia.
Sus restos descansan en el nicho 6 del Panteón del Estado, desde el 16 de enero de 1997. Gracias a su destacada participación en la gesta emancipadora, el capitán Anselmo Belloso Rodríguez es declarada una Persona Consagrada en el Zulia.
Para recordar la memoria de tan destacado prócer, una plaza ubicada en la avenida 3F con calle 79, en Maracaibo y a la Escuela Técnica Industrial de San Francisco, ubicada en la avenida Unión de Sierra Maestra, municipio San Francisco del estado Zulia, llevan el nombre del capitán Anselmo Belloso.
Hijo de Joaquín Belloso e Isabel María Eduviges Rodríguez. Entra en el servicio de las armas en 1821, en calidad de aspirante en el movimiento que estalló el 28 de enero, mediante el cual Maracaibo hizo su pronunciamiento en favor de la causa republicana.
Integró la división que, bajo el mando del general de división Rafael Urdaneta, marchó a reunirse con el Ejército Libertador en San Carlos, estado Cojedes. En Barquisimeto, pasó a la orden del coronel José de la Cruz Carrillo, cuando este jefe llevaba a cabo su diversión sobre San Felipe y Valencia, durante el desarrollo de las operaciones de la Campaña de Carabobo.
Terminada esta campaña, siguió a Coro, a la orden del coronel Justo Briceño y tomó parte en las acciones ejecutadas en aquella provincia. Después de la capitulación del coronel Juan Gómez, en La Vela de Coro el 9 de enero de 1822, pasó a Maracaibo y allí actuó contra las fuerzas realistas mandadas por el mariscal de campo Francisco Morales.
Siguió a Gibraltar y de allí a Betijoque, donde permaneció hasta su incorporación a las fuerzas que combatieron en la Batalla Naval del Lago de Maracaibo (24.7.1823). En esta acción recibió una herida.
Ese mismo año, como integrante del batallón Zulia (después llamado Caracas), marchó a Perú y fue incorporado a la división que mandaba el general José María Córdoba. Combatió en la Batalla de Ayacucho (9.12.1824).
Después de esta acción siguió con el mariscal Antonio José de Sucre hacia el Alto Perú y acompañó al Libertador Simón Bolívar al viaje conocido como “La Apoteosis”, cuyo final fue la ciudad de Potosí, Bolivia. Por eso su nombre figura entre los fundadores de esta Nación.
En 1828, regresó a Quito y tomó parte en la campaña contra las fuerzas peruanas que habían invadido a Guayaquil (1829). Combatió en la Batalla del Portete de Tarqui (27.2.1829), como ayudante del general Ignacio Luque.
En 1831, marchó a Panamá como plaza de una brigada de artillería; era capitán para entonces. El mismo año, el coronel Tomás Herrera invadió el istmo con una expedición armada del Ejército de la República de Colombia. En aquella ocasión, Belloso presenció el fusilamiento del general Luis Urdaneta y del coronel Eligió Alzuru. Regresó ese año a Maracaibo, donde mandaba el general Francisco Esteban Gómez.
En 1836, prestó servicios al Gobierno cuando estalló la Revolución de las Reformas; igualmente, en 1848, cuando el levantamiento en armas del general en jefe José Antonio Páez.
Por sus importantes actuaciones obtuvo las condecoraciones: Estrellas de los Libertadores en 1823 y Vencedores en Tarqui en 1828.
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