El 18 de noviembre se celebra el día de la Chinita. que según la
tradición zuliana, llegó a Maracaibo sobre las olas del lago, en 1749.
La historia relata que una mujer acababa de lavar su ropa en las orillas
del lago de Maracaibo, cuando vio flotando una tabla de madera que guardó para
usarla como tapa de una tinaja de agua que tenía en su casa. Al día
siguiente, mientras colaba el café, escuchó golpes como si alguien llamara y al
ver la tabla, ésta brillaba y aparecía en ella la imagen de la Virgen Chinita.
La mujer gritó ¡Milagro! ¡Milagro! Y numerosas personas acudieron a presenciar
el momento. En la actualidad, la casa de esa humilde mujer es un lugar
donde los creyentes veneran a la Virgen.
Por ello, durante todo el mes se llevan a cabo celebraciones en su
honor, la gaita suena con especial alegría en todo el Zulia y se hace el
llamado Amanecer Gaitero. Muchas personas se reúnen en la madrugada del día 18
en la plazoleta de la Basílica y le cantan las Mañanitas y el cumpleaños feliz.
Conoce la historia del Día de la Chinita
Hoy se celebra una de las festividades religiosas con más repercusión en Venezuela: El Día de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá. Dicha celebración tiene lugar cada 18 de noviembre en la ciudad de Maracaibo y se extiende a otras localidades del Estado Zulia.
De acuerdo con la tradición zuliana, la Chinita llegó a Maracaibo sobre las olas del lago. En el año 1709, una sencilla mujer acababa de lavar su ropa en las orillas del lago, cuando vio flotando una tablita de madera fina, la cual recogió pensando en que le podría ser útil para tapar la tinaja de agua que tenía en su casa.
El 18 de noviembre de ese año, cuando la mujer estaba colando el café, escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando. Fue a ver lo que sucedía y quedó asombrada al notar que la tablita brillaba y que aparecía en ella, la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Tras la conmoción gritó ¡Milagro! ¡Milagro!
Luego de lo sucedido, numerosas personas acudieron a presenciar el prodigio, convirtiéndose por esto la casa de la humilde mujer en un lugar de veneración de la Virgen por parte de múltiples creyentes.
Cuenta la leyenda, que la Virgen era llevada en los hombros del pueblo hacia la Catedral del Maracaibo, pero la imagen se puso tan pesada que impidió seguir moviéndola. Finalmente, después de muchos ruegos al cielo y súplicas, uno de los presentes exclamó: “Tal vez la Virgen no quiera ir a la iglesia matriz y prefiera la de San Juan de Dios”.
Entonces la procesión cambió su rumbo hacia la iglesia de la gente humilde de la ciudad y la imagen recuperó su peso normal. Es por esto que, desde ese día la querida Chinita se quedó en su templo, hoy consagrado como basílica, al pueblo zuliano.
Desde hace unos 100 años aproximadamente, la celebración religiosa comienza a conjugarse con actividades populares, convirtiéndose en una festividad nacional con proyección fuera de nuestras fronteras.
La fiesta adquirió el nombre de Feria de La Chinita, y uno de sus principales atractivos hasta el día de hoy, continúa siendo la ejecución de la gaita, un género musical autóctono del Zulia, en cuyas letras se rinde homenaje a la Virgen.
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