A 30 años del asesinato en San Salvador de los sacerdotes jesuitas hispano-salvadoreños la justicia de ese país continúa obstaculizada para culminar la investigación sobre el escalofriante caso que aún genera gran indignación entre los salvadoreños y la comunidad internacional.
Los que hoy son reconocidos como mártires de la lucha por la justicia social en Centroamérica, en las difíciles décadas de los 70 y 80, aún esperan por la reivindicación de sus causas por parte de la justicia universal.
El hecho ocurrió el 16 de noviembre de 1989, dos días después que el alto mando militar había ordenado realizar un cateo a la universidad Centroamericana en búsqueda de 200 guerrilleros del FMLN y no habían encontrado ninguna evidencia ni rastro de haber estado allí una fuerza subversiva.
Efectivamente, el 16 noviembre de 1989, en el marco de la llamada “Operación Centauro” fueron asesinados en El Salvador 6 sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras por miembros de una fuerza élite del ejército. Los asesinos actuaban presuntamente bajo las órdenes del entonces presidente Alfredo Cristiani Burkard.
Efectivamente, el 16 noviembre de 1989, en el marco de la llamada “Operación Centauro” fueron asesinados en El Salvador 6 sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras por miembros de una fuerza élite del ejército. Los asesinos actuaban presuntamente bajo las órdenes del entonces presidente Alfredo Cristiani Burkard.
Por el caso fueron juzgados y encontrados culpables varios jefes militares de 2do nivel que luego fueron amnistiados. Actualmente la compañía de Jesús en El Salvador y los familiares de las víctimas persiguen enjuiciar a los autores intelectuales.
Aunque ha transcurrido un largo tiempo, la justicia salvadoreña sigue paso a paso, ante numerosos obstáculos, el caso tipificado como delito de lesa humanidad.
La justicia internacional, por su parte, evade la apertura del caso de lesa humanidad, aún cuando en la masacre están involucradas personas de nacionalidades distintas a la salvadoreña.
En este sentido, la abogada española Almudena Bernabéu pidió ante la Audiencia Española, justicia universal contra los asesinos de los seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras, muertos bajo la presidencia de Cristiani.
Aunque ha transcurrido un largo tiempo, la justicia salvadoreña sigue paso a paso, ante numerosos obstáculos, el caso tipificado como delito de lesa humanidad.
La justicia internacional, por su parte, evade la apertura del caso de lesa humanidad, aún cuando en la masacre están involucradas personas de nacionalidades distintas a la salvadoreña.
En este sentido, la abogada española Almudena Bernabéu pidió ante la Audiencia Española, justicia universal contra los asesinos de los seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras, muertos bajo la presidencia de Cristiani.
El entonces presidente contó con el apoyo, reconocido públicamente, de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), de la embajada de Estados Unidos y de diplomáticos que representaban a oligarquías latinoamericanas, entre ellos, el venezolano Leopoldo Castillo, apodado luego “el mata curas”, precisamente por tener vínculos directos con los militares salvadoreños que asesinaron a los sacerdotes.
La repuesta a esta petición de Bernabéu dada por la Corte Suprema de Justicia (CSJ), indica que es “improcedente”, según reseña el portal cujucuyo.wordpress.com.
“La Corte Suprema de Justicia parece desconocer que desde hace más de 50 años, ningún Estado se puede esconder detrás de su soberanía para violar la ley internacional”, dijo la abogada Almudena Bernabéu, querellante, al conocer el fallo en el Caso Jesuitas, en la Audiencia Nacional de España.
Bernabéu, actuando a nombre del Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA, siglas en inglés) y la Asociación Pro Derechos Humanos de España, interpuso la querella en Madrid, admitida por el polémico Juez Eloy Velasco, en la Audiencia Nacional de España, que está conociendo la causa como de “lesa humanidad”.
"Operación Centauro" era el nombre código para el plan de eliminación física de personal religioso que estuviera bajo sospecha severa de colaborar con las guerrillas salvadoreñas.
El crimen es recordado en Venezuela precisamente por la presunta participación del periodista y ex diplomático Leopoldo Castillo, también conocido como “El Ciudadano”, por ser el conductor del programa “Aló Ciudadano” que se transmitía a través de Globovisión, en contraposición al espacio televisivo que hacía el Presidente venezolano Hugo Chávez.
Esta implicación de Castillo en el tenebroso crimen perpetrado contra 6 sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras, obedece a que e l proyecto "Operación Centauro" implicaba a agentes cubanos radicados en Miami y al embajador de Venezuela en El Salvador, Leopoldo Castillo, de quien se ha dicho era la fuente de los servicios de inteligencia que identificó a las víctimas.
"Operación Centauro" era el nombre código para el plan de eliminación física de personal religioso que estuviera bajo sospecha severa de colaborar con las guerrillas salvadoreñas.
El crimen es recordado en Venezuela precisamente por la presunta participación del periodista y ex diplomático Leopoldo Castillo, también conocido como “El Ciudadano”, por ser el conductor del programa “Aló Ciudadano” que se transmitía a través de Globovisión, en contraposición al espacio televisivo que hacía el Presidente venezolano Hugo Chávez.
Esta implicación de Castillo en el tenebroso crimen perpetrado contra 6 sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras, obedece a que e l proyecto "Operación Centauro" implicaba a agentes cubanos radicados en Miami y al embajador de Venezuela en El Salvador, Leopoldo Castillo, de quien se ha dicho era la fuente de los servicios de inteligencia que identificó a las víctimas.
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