El 18 de diciembre de 2013, la Asamblea General aprobó su primera resolución relativa a la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad, en la que condena todo tipo de ataques contra los trabajadores de los medios de comunicación, y proclama el 2 de noviembre como el «Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas». La fecha se eligió en conmemoración del asesinato de dos periodistas franceses en Malí en 2013.
Durante la última década, más de 700 periodistas han sido asesinados por cumplir con su tarea de informar al público. Es preocupante que tan sólo el 10 por ciento de estos crímenes haya concluido con una condena. La impunidad envalentona a los criminales y al mismo tiempo tiene un efecto aterrador sobre toda la sociedad, en particular, sobre los propios periodistas. La impunidad conduce a más violencia, y se establece así un círculo vicioso.
Esta histórica resolución insta a los Estados Miembros a que tomen medidas concretas para prevenir las agresiones contra los periodistas, asegurar que los responsables sean llevados ante la justicia y garantizar el derecho de las víctimas a las reparaciones. Asimismo, exhorta a los Estados a promover un entorno propicio y seguro en que los periodistas puedan realizar su labor de manera independiente y sin interferencias.
El enfoque en la impunidad de la resolución deriva de la preocupante situación que durante el último decenio, más de 700 periodistas han sido asesinados por llevar noticias e información al público. Sólo este año, la Directora de la UNESCO, Irina Bokova, condenó más de 70 asesinatos de profesionales que trabajan en los medios de comunicación, hasta septiembre de 2015.
Durante la última década, más de 700 periodistas han sido asesinados por cumplir con su tarea de informar al público. Es preocupante que tan sólo el 10 por ciento de estos crímenes haya concluido con una condena. La impunidad envalentona a los criminales y al mismo tiempo tiene un efecto aterrador sobre toda la sociedad, en particular, sobre los propios periodistas. La impunidad conduce a más violencia, y se establece así un círculo vicioso.
Esta histórica resolución insta a los Estados Miembros a que tomen medidas concretas para prevenir las agresiones contra los periodistas, asegurar que los responsables sean llevados ante la justicia y garantizar el derecho de las víctimas a las reparaciones. Asimismo, exhorta a los Estados a promover un entorno propicio y seguro en que los periodistas puedan realizar su labor de manera independiente y sin interferencias.
El enfoque en la impunidad de la resolución deriva de la preocupante situación que durante el último decenio, más de 700 periodistas han sido asesinados por llevar noticias e información al público. Sólo este año, la Directora de la UNESCO, Irina Bokova, condenó más de 70 asesinatos de profesionales que trabajan en los medios de comunicación, hasta septiembre de 2015.
Estas cifras no incluyen a los muchos más periodistas que a diario sufren de ataques no mortales, como la tortura, las desapariciones forzadas, la detención arbitraria, la intimidación y el acoso, tanto en situaciones de conflicto y no de conflicto. Por otra parte, existen riesgos específicos que enfrentan las mujeres periodistas, incluyendo ataques sexuales.
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