ALEJANDRO OTERO EL COLORRITMO
Y EL ARTE ABSTRACTO GEOMETRICO
Alejandro Otero Rodríguez fue un pintor y
escultor venezolano. Destacan sus obras escultóricas de gran formato, del
género de arte cinético, muchas de las cuáles son exhibidas en Venezuela,
Estados Unidos y Europa. Nació el 7 de
marzo de 1921 en El Manteco, estado Bolívar. Su infancia
transcurrió en Ciudad Bolívar, a los 17 años se trasladó a Maracay para
formarse como maestro.
Llega a Caracas en 1938 donde prosiguió sus estudios en la Escuela de
Artes Plásticas entre 1939 y 1945.. Desde 1945, en que viajó a París, su vida
se desarrolló por temporadas entre la capital francesa y Caracas. Cursó sus
estudios en la Escuela de Altos Estudios de La Sorbona de París. En Francia
vivió desde 1945 a 1949. Concluido su periodo de formación, los viajes a Europa
le hicieron encontrarse con el arte "de todos los tiempos".
Es en estos años cuando pintó la serie “Cafeteras” (objetos cotidianos,
sintetizados en líneas y planos).Allí formó parte del grupo de artistas
venezolanos “Los Disidentes”, que rompió con la tradición figurativa. Abandonó
la pintura en sí para dedicarse a un arte abstracto-geométrico.
En 1955, sus “colorritmos”, o
sea, la profundización en los problemas de la luz y el espacio a través de
tablones alargados atravesados de un lado a otro por bandas paralelas, le
dieron mucha fama al presentarlos en el Museo de Bellas Artes de Caracas. A
partir de ese año, alternó la pintura con proyectos arquitectónicos (Ciudad
Universitaria de Caracas, murales de mosaico y aluminio, y vitrales). En 1958
le fue concedido el Premio Nacional de Pintura por uno de sus
"colorritmos", con lo que consigue el reconocimiento oficial a sus
innovaciones estéticas.
En 1961 inició otra etapa con sus
ciclos de relieves blancos y monocromos (Pincel y cuadrado blanco), que es
seguida por la llamada serie de papeles coloreados (intensos collages de
espíritu pop con objetos tecnológicos pegados). Sus experimentos se suceden y
en 1967 reaparece su interés por la construcción de máquinas artísticas y
lúdicas (Vertical vibrante oro y plata, Noria hidrocromática o Torre acuática).
A partir de este momento, su obra fue una constante búsqueda de nuevas
formas de expresión, sobre todo en el campo de la escultura. (Delta solar y
Estructura solar, 1977; Aguja solar, 1982). Otero eliminó de su pintura el
color, el sujeto y la forma. Aquí vemos como pasó por varias etapas en que
ensayaba con collages y con objetos en relieve.
El mismo Otero explicaba que para
entender su propia pintura tuvo que aprender escultura. Sus numerosas
exposiciones en Venezuela y en el exterior lo convirtieron en un artista
Internacional, galardonado en varias oportunidades.
Alejandro Otero murió en Caracas el 13 de agosto de 1990. Después de su muerte, se le dio el nombre de “Alejandro
Otero” al antiguo Museo de Arte La Rinconada.
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