Obra de Pedro Emilio Coll
“EL DIENTE ROTO” CRITICA LA
MEDIOCRIDAD BUROCRATICA
El 20 de Marzo de 1947 falleció en Caracas el escritor y periodista venezolano Pedro
Emilio Coll, uno de los grandes creadores literarios de nuestro país. Nació el 12 de julio de 1872 en la capital de la República.
Junto con Luís Urbaneja Archepohl y Pedro César Dominici, fundó la
revista Cosmópolis que está considerada como la publicación que inicia el
movimiento modernista de la literatura venezolana.
También fue colaborador de “El Cojo Ilustrado”, allí publicó muchos de
sus cuentos, entre ellos “El Diente Roto”, considerado por muchos como su obra
más singular.
Este cuento de Don Pedro Emilio Coll, es universal, y caracteriza a
algunos personajes que pertenecen a nuestro terruño y más allá de nuestras
fronteras.
A Juan Peña, el personaje principal de "El diente roto", le
acompañaba un profundo silencio, pero no el silencio que distingue a los
eruditos en sus sabias reflexiones, sino el que acompaña a los que están alejados
del ingenio y del saber.
El cuento de "El diente roto " fue escrito por Pedro Emilio
Coll probablemente para evidenciar la incompetencia de algún Académico que
presidía una Universidad sin llegar a ser docto , o de algún Ministro que no
tenía idea del cargo o cartera del Ministerio que presidía, o de un diputadillo
que ocupaba un escaño sin tener conocimientos ni credenciales… seguramente Juan
Peña integró muchas comisiones de esas que abundan en los Congresos , pero eso
no fue un problema para él , con levantar su mano y permanecer en el más
absoluto silencio , su ignorancia nunca fue puesta en entredicho.
Probablemente a su paso algunas personas exclamaban ¡Allí va el
diputado! ¡Allí va el Ministro! Allí va el Académico! Sin embargo Juan en su
fuero interno sabía que no dominaba las leyes, que no dominaba la ciencia, ni
tampoco la gerencia. Sin embargo eso no le quitaba el sueño, en vez de contar
ovejitas, él se entregaba a Morfeo tocándose su diente roto.
Y al despuntar el alba, Juan, tal vez, decía: - Que se esperen los
científicos con sus investigaciones, que se engaveten las leyes en los
anaqueles, que no se tomen decisiones en los Ministerios, primero necesito
pensar y pensar- , y decía para sus adentros, - en lo que voy a hacer con mi
diente roto.
Lo que no se imaginaba Pedro Emilio Coll era que en tiempos modernos, en
pleno siglo XXI su amada Venezuela estaría gobernada por ¡unos cuantos dientes
rotos!
Además de crítico y novelista también se destacó como político y
diplomático: en 1911 la Academia de la Lengua lo incorporó como individuo de
número. Fue cónsul general de Venezuela en París, e individuo de número de la
Academia Nacional de la Historia, en la que trabajó como bibliotecario en 1941.
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