EN FRANCISCO DE MIRANDA
SE ABREVIA LA GRANDEZA
Francisco de Miranda nació en Caracas el 28 de marzo de 1750. Hijo del canario Sebastián de Miranda Ravelo y de la caraqueña Francisca Antonia Rodríguez de Espinoza.
A 267 años de su natalicio, siguen sin una explicación convincente las mil y una conjeturas que biógrafos, articulistas, historiadores y analistas de la compleja, brillante, humanista, al mismo tiempo que soberbia y patriótica personalidad de Sebastián Francisco de Miranda, han tratado inútilmente de descifrar.
Porque aquel hombre que igual estaba en el fragor de la lucha en el campo de batalla al norte de Africa que entre las tibias sábanas de Catalina de Rusia o al frente de la Sociedad Patriótica en Caracas, impulsando la independencia definitiva de Venezuela, era, como acertadamente lo describió el historiador Alexander Torres Iriarte,” la síntesis de un pensador que estuvo a tono con los imperativos de su época, el más universal de los venezolanos, en éĺ se abrevia la grandeza”.
Por eso está cada día más vigente la figura de este venezolano de quien se ha dicho, entre tantas otras cosas, que tuvo una trayectoria, si se quiere decir oceánica, tanto por su extensión como por su profundidad. Miranda conjuga tres elementos, impulsar la liberación de las entonces colonias españolas, la unidad de estos territorios y pueblos, se hace precursor y protagonista. Decir “precursor” quizás no basta, ya que Miranda hasta sus últimos días luchó por su convicción independentista, no se quedó sólo en una idea.
La garantía que tenía para tener la posibilidad de liberar a su pueblo, era moviéndose el ajedrez geopolítico de la época. Miranda era un tipo controversial, sus ideas eran de avanzada, si revisamos sus documentos observamos la gran amplitud de temas que abordaba, inclusive la música, era un gran estudioso de la música, abogó por la educación femenina y la humanización de las cárceles, por ejemplo.
Es interesante conocer también de donde surge el proyecto unitario de Miranda, en un contexto donde los intereses estaban tan parcelados y las contradicciones de clase tan evidentes. ¿Cómo nace en el Generalísimo el ideal de la unidad latinoamericana? Es difícil saber con precisión dónde radicó el motor impulsor del pensamiento de la unidad.
Miranda es un héroe, como todos quienes son reconocidos así, que apuesta a una realidad tan compleja que no es comprendido en su magnitud por sus contemporáneos. Podemos inferir que la exclusión misma que sufrió por parte de los blancos mantuanos es un móvil. Otro pudiéramos contextualizarlo en el Miranda viajero, aquel que como él mismo dice “abre el libro del mundo”.
Miranda tuvo contacto con los pensadores más avanzados de su época, era un gran etnógrafo, un gran sociólogo, cuando revisamos los 63 volúmenes de su archivo, cada uno de ellos consta de más de 500 páginas y están escritos en siete idiomas. Fue un gran memorialista de su época, recogió modos de vida, lenguajes, discursos, era muy universal. Su biblioteca constaba de 6 mil volúmenes, la más grande de su época.
Su proyecto integracionista era “sui generis”, vale decir muy personal, partía de la organización de un incanato, que gobernaría el territorio bautizado como Colombia (en homenaje a Colón), en el territorio comprendido desde la margen sur del río Missisipi hasta la patagonia. Con un legislativo integrado por dos cámaras, una integrada por los caciques, y otra de elección popular (al estilo de la organización parlamentaria británica).
Por todo esto, Miranda nos deja vigente la lucha por la libertad, con los imperativos de nuestra época. La necesidad de la unión. Miranda fue el primer mentor teórico de la unidad nuestroamericana. Si en Bolívar podemos encontrar los antecedentes a la Celac y la Unasur, en Miranda podemos encontrar el primer sustento de todo ello.
Miranda usaba el término ‘nuestroamericano’, rescatado posteriormente por José martí, para definir lo que antes era Hispanoamérica y hoy conocemos como Latinoamérica. Junto con la unión y la libertad, Miranda nos dejó también como legado la universalidad del pensamiento.
Siempre es de interés hablar de Sebastián Francisco de Miranda o simplemente de Francisco de Miranda, porque no cabe ninguna duda que es un genuino orgullo afirmar que se trata de un venezolano que sigue dando motivos para que se le comente, como pocos personajes de la historia mundial. Por eso, para que recordemos a este venezolano universal hoy y siempre, les dejo algunas de las conjeturas que se ha formulado más de uno a través de los tiempos sobre su trayectoria.
“¿Quién es este ilustre venezolano del que dijo Napoleón: ". .. Este Quijote, que no está loco, tiene fuego sagrado en el alma..." Y al que el mismo Bolívar calificó como: "... el más ilustre colombiano..."¡Quién es este personaje cuyo nombre está grabado en el Arco del Triunfo; su retrato colocado en la Galería de los Personajes en el Palacio de Versalles y su estatua erigida frente a la del General Kellerman en el propio campo de Valmy, en Francia? ¿ Quién es en definitiva este hombre, que a lo largo de su vida estableció estrechas relaciones con personajes de la talla de Bolívar, Napoleón, Andrés Bello, William Pitt, O' Higgins, Sucre, Catalina de Rusia, Wellington, Dantón y San Martín, entre otros?”
Personajes Históricos Francisco de Miranda
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