miércoles, 22 de marzo de 2017

DESACATO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA AL PAPA ES DE VIEJA DATA

DESACATO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL
VENEZOLANA  AL  PAPA  ES  DE VIEJA DATA

El 22 de Marzo de 1994, se conoció un nuevo documento papal suscrito por Su Santidad Juan Pablo II  que prohibía  a los sacerdotes la militancia política y sindical, lo cual causó revuelo a nivel mundial, porque su contenido era una especie de llamado de atención del Jefe de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana a los pastores y apóstoles modernos a no descuidar su labor primordial de salvar almas, por inmiscuirse en asuntos terrenales tan baladíes como la confrontación político-partidista.
Eso lo desconocen los miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana de activa militancia política a favor de la contrarrevolución. El documento se emitió para frenar las acciones humanistas de los sacerdotes inscritos en la Teología de la Liberación. Lo que es bueno para el pavo no lo es para la pava.

En la  práctica, inmiscuidos en muchos aspectos, los dirigentes eclesiásticos se foguean en las altas cúspides políticas de Venezuela. La Iglesia ha usado su poder para expresar y publicitar sus diferencias con las políticas de Estado. Es de notar entonces que la Santa Iglesia Católica siempre ha tomado cartas en los asuntos políticos en el país, desde los inicios de la conquista.

Sin ir muy lejos, viéndose absolutamente fracasada la agenda política de la MUD en 2016, viéndose no consagrados la totalidad de los objetivos de la patronal venezolana y su asfixia económica contra el pueblo, la contrarrevolución venezolana  emprendió con pie derecho (muy a la derecha) a inicios de 2017 una arremetida desde la institución y centro de poder más arcaico de la vida política venezolana: la Iglesia católica, que demostró abiertamente lo que es “un instrumento más de la burguesía”.

En su inédito "Mensaje de Año Nuevo y Jornada Mundial para la Paz 2017", el Arzobispado de Caracas a cargo de su responsable, Jorge Urosa Savino, exhortó a todos los sacerdotes a leer en las misas de año nuevo un panfleto absolutamente hecho a la medida para envalentonar con nuevas aspiraciones a los seguidores decepcionados de la MUD. Esta vez  tuvieron que contar "con el favor de Dios" para intentar levantar la ilusión. Urosa  instó a la feligresía católica a que se "rebelen de forma pacífica y democrática contra la dictadura chavista".

Urosa Savino reincidió en la violación del Segundo Mandamiento al tomar en vano el nombre de Dios, pues nuevamente en actos de eucaristía y en sus homilías enmarcados en su "santa investidura", ha vomitado más de su verbo politiquero rastrero y embaucador, metiendo en líos al hombre invisible y barbudo de las nubes (no me refiero a Fidel, quien se fue al cielo), sino al mismísimo Dios.

Actualmente, la Iglesia, impregnada de prejuicios , sigue interviniendo en las políticas del Estado, y los partidos  de oposición desde hace años han sido influenciados por la curia de diferentes maneras. Es bueno remarcar que las Iglesias, santos lugares de comunión con Dios, son usadas como oficinas para mítines políticos. Los sermones, tienden a ser pintados de política. Al mismo tiempo, las parroquias, dominadas por sacerdotes, son usadas como medio para resolver los problemas sociales que afectan una comunidad. Es de considerar que la Iglesia olvidando  sus vicisitudes, su pasado oscuro (la inquisición) y las varias denuncias que ha tenido,  a través de la Conferencia Episcopal Venezolana  ha logrado  intervenir, opinar e interferir en la situación política del país, haciendo caso omiso a la orden papal.
Lo que sí hay que puntualizar aquí es que un llamado al derrocamiento por parte de la institución más vieja de Venezuela no es de desestimar. Efectivamente la Iglesia católica venezolana no es lo que solía ser, no tienen las cuotas de poder de las que se beneficiaron de manera histórica, no influencian la política como muchas veces lo hicieron y no tienen consolidadas conchupancias con el esplendor de tiempos pasados, pero siguen siendo una instancia de poder subjetivo-simbólico, muy arraigado en la Venezuela que se mantiene conservadora.
Son además grandes lobbystas, siguen "santificando" lo que pueden y en 2002 hicieron las cruces consagrando un golpe de Estado. Hoy lo hacen regando incienso en el diálogo entre el chavismo y la oposición, abogando descaradamente por el fracaso de algo que el propio Papa Francisco ha calificado de positivo para la paz en Venezuela.

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