Este 26 de marzo, se conmemora el Día Mundial de la lucha contra el Cáncer de Cuello Uterino, con el fin de alertar y concienciar sobre la prevención de esta enfermedad.
Es el cáncer cervical, que inicia en el cuello uterino, la parte inferior del útero (matriz) y desemboca en la parte superior de la vagina.
A escala mundial, es el tercer tipo de cáncer más frecuente en las mujeres. En Venezuela, el segundo, después del cáncer de mama. Y es mucho menos común en los Estados Unidos debido al uso rutinario de citologías vaginales (pruebas de Papanicolau).
Y abarca el 6% de los tumores malignos en las mujeres, registrándose como el más frecuente en mujeres jóvenes. Afecta en edades comprendidas entre los 35 y 55 años. Generalmente, es causado por el virus del papiloma humano (VPH), el cual se transmite a través de relaciones sexuales.
También, existen otros factores de riesgo: Inicio precoz de la vida sexual, número elevado de hijos, diabetes, hipertensión, menopausia después de los 52 años, niveles de estrógenos elevados. Tener relaciones sexuales a una edad temprana o múltiples parejas sexuales.
Se incluyen, además, tener una madre que haya tomado durante su embarazo el medicamento DES (dietilestilbestrol) a principios de los años 60 para prevenir el aborto espontáneo y un sistema inmunitario debilitado.
Y es el VPH uno de los factores de riesgos más preponderante en el desarrollo de cáncer de cuello uterino. Tomar medidas contundentes para su prevención, es la clave.
Pero, del VPH se conocen más de 100 tipos virales, 13 son considerados de alto riesgo para el desarrollo de cáncer. La mayoría de las veces no causan ningún síntoma, algunos tipos manifiestan verrugas, mientras que otros generan infecciones.
Todas las mujeres, particularmente entre los 25 y 64 años de edad, se deben realizar un chequeo anual, para descartar o diagnosticar de forma oportuna esta patología. Se trata de un examen sencillo y lo ideal es realizarlo una vez al año. Y para prevenir el cáncer cervical, los especialistas recomiendan realizarse al menos una vez al año un examen citológico.
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