domingo, 4 de marzo de 2018

Hugo Chávez, un lector empedernido


Sólo en 378 programas del Aló Presidente, Chávez llegó a recomendar más de 530 títulos. Durante sus años como presidente, no existía mejor publicidad para un libro que la de ser nombrado por él
  “Hay que aprender a amar a los libros, a quererlos, a cuidarlos y a interpretarlos. Mientras uno más lee, más sabe y más se va liberando y va aprendiendo”. El 24 de abril de 2007, durante la transmisión del programa 284 de Aló, Presidente, el mandatario Hugo Chávez recordó una de sus máximas como amante de la lectura que fue.
Con una basta cultura lograda a partir de su encuentro con autores y textos de aquí y de allá, numerosas fueron las citas, recomendaciones y promoción realizada por el líder que este lunes 5 de marzo arriba a un lustro de su partida física.
A cada una de sus alocuciones asistía acompañado de una pila de obras que le servirían para sustentar sus ideas y con las que despertaría la curiosidad de la gente, sin contar que, además, dispararía las ventas.
Como promotor de los beneficios de la lectura llegó incluso a ordenar la edición de textos que luego se repartirían de manera gratuita, muchos de ellos enmarcados en el Plan Revolucionario de Lectura, que buscaba convertir a la nación en un pueblo de lectores. “Leer, leer y leer, consigna de todos los días. Lectura para la conciencia”, diría Chávez al lanzar el proyecto.
Su perseverante objetivo se vería recompensado al conseguir la declaratoria por parte de la Unesco, de que Venezuela era un país libre de analfabetismo, el 28 de octubre de 2005, tras los alcances de la Misión Robinson–programa social de carácter educativo que para la fecha logró la alfabetización de un millón 484 mil 543 venezolanos– a partir del cual emprendería una nueva estrategia educativa impulsando la lectura.
La mejor publicidad para un libro
Sólo en 378 programas del Aló, Presidente, Chávez llegó a recomendar 532 títulos y textos, según un trabajo del Minci.
Figuraban entre ellos el libro Las más hermosas cartas de amor entre Manuela y Simón (editado por El perro y la rana en 2007), también Don Quijote de La Mancha (Miguel de Cervantes) y Los miserables (Víctor Hugo), estos últimos clásicos de la literatura universal que promovían la libertad del pensamiento.
Y es que, a decir verdad, Chávez encontraba en la lectura las claves para razonar, ejecutar y hacer comprender muchas de sus acciones, siempre rodeado de asesores de lectura que le mantenían engullendo obras.
Durante sus años como presidente, no existía mejor publicidad para un libro que la de ser nombrado por él.
A los ya mencionados se sumaron el de Eduardo GaleanoLas venas abiertas de América Latina, libro obsequiado por Chávez al entonces primer mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, el 19 de abril de 2009, durante la V Cumbre de las Américas que se celebró en Trinidad y Tobago. Esta acción catapultó significativamente la obra (pasó de la posición 60.280 de la lista de los títulos más vendidos en línea por Amazon.com a la décima en un solo día, agotando la edición en inglés). El texto del escritor uruguayo analiza la historia de América Latina desde la colonización europea y el saqueo de los recursos naturales por parte de países imperialistas.
Muchas de las expresiones de Chávez eran reflejo de textos como Así hablaba Zaratustra, de Federico Nietzche, cuya esencia reivindica la aceptación de los aspectos negativos y positivos de la naturaleza del hombre.
Previo a esto, durante sus primeros años al poder, Chávez propinaba pasajes de El Oráculo del Guerrero, texto escrito por el argentino Lucas Estrella que, según llegó a rumorarse, le obsequió María Isabel Rodríguez en tiempos de noviazgo y que se convertiría en el más leído por los venezolanos a finales del siglo XX; un tratado de 36 capítulos, al estilo de los grandes clásicos orientales, que alcanzó las superventas en Venezuela como libro de bolsillo. Hasta los buhoneros lo vendían como pan caliente. Fue toda una novedad.
Fuera del país, en múltiples ocasiones, Chávez echó mano a su intelecto y lógica sustentando sus comentarios en textos como Hegemonía o SupervivenciaLa estrategia imperial de los Estados Unidos, de Noam Chomsky, recomendado en 2006 ante una plenaria en Naciones Unidas. El libro, del puesto 160.772 del ranking de ventas de Amazon.com ascendió al séptimo lugar.
Criticando al capitalismo Chávez también popularizó la obra Más allá del capital, de István Mészáros, que disfrutaba por su profundidad y agudeza.
El 27 de marzo de 2012 otro nuevo betseller engrosaría la lista de opciones compartidas: Bolívar, acción y utopía del hombre de las dificultades, de Miguel Acosta Saignes, ganador del premio Casa de las Américas en 1977. El texto descubría a Bolívar en su contexto histórico, como estratega, comunicador y guerrero.
El trabajo de algunos autores venezolanos también fue promovido. La Transición Venezolana al Socialismo, de Jorge Giordani (recomendado en un evento de la Misión Madres del Barrio); Abril golpe adentro, del actual ministro de Cultura y periodista Ernesto Villegas; y Del 11 al 13, escrito por José Roberto Duque, fueron ejemplo de ello.
Ciertamente en todas estas piezas radica su legado, ese que establece que cualquier transformación parte del intelecto.
“Si todos somos Chávez, debemos ser lectores y promover ese afecto íntimo que él tenía por la lectura”, recordó el actual Presidente de la República, Nicolás Maduro, en el Teatro Teresa Carreño, durante la inauguración de la Feria del Libro de Venezuela en 2013. El legado de Chávez de promover la lectura continúa

No hay comentarios.:

Publicar un comentario