Asì lo reseñò el portal Radio Comuna El Hatillo
Dos mil presos políticos en huelga de hambre protestan por torturas y condiciones inhumanas en la prisión de la isla del Burro
El 5 de noviembre de 1963, durante el gobierno de AD-COPEI (Acción Democrática – Comité de Organización Partidista Electoral Independiente), presidido por Rómulo Betancourt, más de dos mil presos políticos se declararon en huelga de hambre en protesta por las condiciones inhumanas a que estaban sometidos en la isla del Burro (Carabobo).
Nunca jamás hubo tantos presos políticos en Venezuela. Ni siquiera en las peores horas de la tiranía de Juan Vicente Gómez, ni en la época de la guerra civil entre liberales y conservadores.
La huelga fue iniciada por los parlamentarios presos en el cuartel San Carlos.
A las pocas horas se sumaron los prisioneros de los calabozos de la Dirección General de Policía (Digepol), de La Planta, de la Modelo, en Caracas, Maturín (Monagas), Maracaibo (Zulia), Ciudad Bolívar (Bolívar), Tocuyito (Carabobo) y otras ciudades.
Los detenidos en la isla del Burro hicieron conocer una carta donde denunciaron las condiciones inhumanas de prisión; entre otros firmaron el capitán de fragata Pedro Medina Silva, el capitán de corbeta Víctor Hugo Morales, Eloy Torres, Germán Lairet, Manuel Azuaje, Gastón Carvallo, el capitán Nicolás Hurtado y el teniente Raúl Hernández. En el cuartel San Carlos la solidaridad tuvo como vocero al capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez.
Hoy cuando Organizaciones no gubernamentales presentaron ante el Comité contra la Tortura de la Organización de Naciones Unidas,( ONU ) denuncias sobre este tipo de violaciones en el país, tenemos que echar mano, una vez más, de la memoria para recordar que, coincidencialmente, hace 55 años en Venezuela se produjo la mayor huelga de hambre vista en la historia del país, protagonizada por más de Dos mil Presos Políticos en protesta por las torturas y las condiciones inhumanas en que los tenían en las diferentes cárceles venezolanas, durante el mandato “puntofijista” de Rómulo Betancourt.
Por eso llama poderosamente la atención que organizaciones como Foro por la Vida, Cofavic, el Observatorio Venezolano de Prisiones, Amnistía Internacional, entre otras señalaron en la ONU que “en los últimos meses, en el contexto de protestas contra y a favor del gobierno, ha sido evidente el uso excesivo de la fuerza por parte de los grupos del orden y decenas de manifestantes han denunciado haber sido objeto de torturas y otros tratos crueles”. Estas mismas organizaciones presentaron información al Comité en la que “se evidencia cómo en estos diez años se ha hecho recurrente la práctica de la tortura”.
Por primera vez , Venezuela compareció ante el Comité contra la Tortura de la ONU, que hasta el viernes revisará si el Estado cumple con la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. El Comité contra la Tortura de Naciones Unidas cuestionó este jueves a Venezuela sobre las alegaciones de que los más de 3.000 detenidos durante las protestas del pasado febrero sufrieron torturas o tratos crueles y degradantes.
Dos mil presos políticos en huelga de hambre protestan por torturas y condiciones inhumanas en la prisión de la isla del Burro
El 5 de noviembre de 1963, durante el gobierno de AD-COPEI (Acción Democrática – Comité de Organización Partidista Electoral Independiente), presidido por Rómulo Betancourt, más de dos mil presos políticos se declararon en huelga de hambre en protesta por las condiciones inhumanas a que estaban sometidos en la isla del Burro (Carabobo).
Nunca jamás hubo tantos presos políticos en Venezuela. Ni siquiera en las peores horas de la tiranía de Juan Vicente Gómez, ni en la época de la guerra civil entre liberales y conservadores.
La huelga fue iniciada por los parlamentarios presos en el cuartel San Carlos.
A las pocas horas se sumaron los prisioneros de los calabozos de la Dirección General de Policía (Digepol), de La Planta, de la Modelo, en Caracas, Maturín (Monagas), Maracaibo (Zulia), Ciudad Bolívar (Bolívar), Tocuyito (Carabobo) y otras ciudades.
Los detenidos en la isla del Burro hicieron conocer una carta donde denunciaron las condiciones inhumanas de prisión; entre otros firmaron el capitán de fragata Pedro Medina Silva, el capitán de corbeta Víctor Hugo Morales, Eloy Torres, Germán Lairet, Manuel Azuaje, Gastón Carvallo, el capitán Nicolás Hurtado y el teniente Raúl Hernández. En el cuartel San Carlos la solidaridad tuvo como vocero al capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez.
Hoy cuando Organizaciones no gubernamentales presentaron ante el Comité contra la Tortura de la Organización de Naciones Unidas,( ONU ) denuncias sobre este tipo de violaciones en el país, tenemos que echar mano, una vez más, de la memoria para recordar que, coincidencialmente, hace 55 años en Venezuela se produjo la mayor huelga de hambre vista en la historia del país, protagonizada por más de Dos mil Presos Políticos en protesta por las torturas y las condiciones inhumanas en que los tenían en las diferentes cárceles venezolanas, durante el mandato “puntofijista” de Rómulo Betancourt.
Por eso llama poderosamente la atención que organizaciones como Foro por la Vida, Cofavic, el Observatorio Venezolano de Prisiones, Amnistía Internacional, entre otras señalaron en la ONU que “en los últimos meses, en el contexto de protestas contra y a favor del gobierno, ha sido evidente el uso excesivo de la fuerza por parte de los grupos del orden y decenas de manifestantes han denunciado haber sido objeto de torturas y otros tratos crueles”. Estas mismas organizaciones presentaron información al Comité en la que “se evidencia cómo en estos diez años se ha hecho recurrente la práctica de la tortura”.
Por primera vez , Venezuela compareció ante el Comité contra la Tortura de la ONU, que hasta el viernes revisará si el Estado cumple con la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. El Comité contra la Tortura de Naciones Unidas cuestionó este jueves a Venezuela sobre las alegaciones de que los más de 3.000 detenidos durante las protestas del pasado febrero sufrieron torturas o tratos crueles y degradantes.
Pero ni la ONU, ni ninguna de las ONG nacionales e internacionales denunciaron o acusaron en instancia alguna al gobierno “democrático” adeco-copeyano betancurista por las violaciones del orden constitucional contra los tres mil presos políticos que había en los centros de reclusión repartidos entre el cuartel San Carlos ,La Planta, los sótanos de la digepol, la Cárcel Modelo, Maturín , Mérida, Barquisimeto y la Isla del Burro (ubicada en la Laguna de Tacarigua o lago de Valencia), cuyo estado de salud, en su mayoría, era de pronósticos reservados según la propia policía política del momento conocida como la digepol.
Muchos de los presos políticos estaban en mal estado debido a las fuertes torturas a que eran sometidos diariamente y los parlamentarios a quienes se les tenían secuestrados en el cuartel san Carlos lograron sacar por intermedio de algunos custodios una lista de todos los que se encontraban retenidos dándose a conocer por primera vez en Venezuela el secuestro político del estado. Nunca jamás hubo tantos presos políticos en Venezuela. Ni siquiera en las peores horas de la tiranía de Juan Vicente Gómez, ni en la época de la guerra civil entre liberales y conservadores.
Más que un Estado de derecho, la Cuarta República era un Estado de derecha, sin ningún respeto a los derechos humanos, donde el asesinato que era política de Estado y la Constitución un papel hecho para violarlo. Inexplicablemente, esto ocurría ante la mirada indiferente de la Corte Interamericana de Derechos humanos y de la Organización de Naciones unidas, cuyo Comité contra la Tortura atiende hoy, solícito, una denuncia contra el gobierno Revolucionario venezolano, en una maniobra a todas luces involucrada dentro de la campaña de descrédito internacional que se viene desarrollando insistentemente desde diferentes ángulos.
Muchos de los presos políticos estaban en mal estado debido a las fuertes torturas a que eran sometidos diariamente y los parlamentarios a quienes se les tenían secuestrados en el cuartel san Carlos lograron sacar por intermedio de algunos custodios una lista de todos los que se encontraban retenidos dándose a conocer por primera vez en Venezuela el secuestro político del estado. Nunca jamás hubo tantos presos políticos en Venezuela. Ni siquiera en las peores horas de la tiranía de Juan Vicente Gómez, ni en la época de la guerra civil entre liberales y conservadores.
Más que un Estado de derecho, la Cuarta República era un Estado de derecha, sin ningún respeto a los derechos humanos, donde el asesinato que era política de Estado y la Constitución un papel hecho para violarlo. Inexplicablemente, esto ocurría ante la mirada indiferente de la Corte Interamericana de Derechos humanos y de la Organización de Naciones unidas, cuyo Comité contra la Tortura atiende hoy, solícito, una denuncia contra el gobierno Revolucionario venezolano, en una maniobra a todas luces involucrada dentro de la campaña de descrédito internacional que se viene desarrollando insistentemente desde diferentes ángulos.
En el momento en que estalló la huelga de los presos políticos el cinco de noviembre de 1963 el país se hallaba envuelto en una ola represiva sin precedentes, con más de tres mil prisioneros, tantos, que todas las cárceles no alcanzaban para albergarlos. Era el efecto de la política represiva del régimen de Rómulo Betancourt, al que estos hombres desafiaron con su gesto de protesta.
En cuanto a la consideración de la persona humana, hay una distancia del cielo a la Tierra entre el presente y la Cuarta República. Así lo hizo saber en la ONU durante su presentación la delegación venezolana, quien afirmó rotundamente que la "Revolución Bolivariana es garante absoluta del disfrute de los derechos humanos de todas y todos".
"En nuestro país contamos con un modelo policial y de seguridad humanista que respeta de manera irrestricta los derechos humanos", Una afirmación que fue rebatida minuciosamente a través de preguntas específicas por Jens Modvig, relator del informe sobre Venezuela
Los maltratos físicos y sicológicos a que fueron sometidos los presos políticos durante la república “puntofijista” nunca fueron denunciados. Hubo que esperar la llegada del Gobierno Revolucionario para que se iniciaran las investigaciones sobre la infinidad de casos no sólo de torturas, sino por las muertes y desapariciones de que fueron víctimas hombres y mujeres adversos a las políticas cuartorrepublicanas.
"En nuestro país contamos con un modelo policial y de seguridad humanista que respeta de manera irrestricta los derechos humanos", Una afirmación que fue rebatida minuciosamente a través de preguntas específicas por Jens Modvig, relator del informe sobre Venezuela
Los maltratos físicos y sicológicos a que fueron sometidos los presos políticos durante la república “puntofijista” nunca fueron denunciados. Hubo que esperar la llegada del Gobierno Revolucionario para que se iniciaran las investigaciones sobre la infinidad de casos no sólo de torturas, sino por las muertes y desapariciones de que fueron víctimas hombres y mujeres adversos a las políticas cuartorrepublicanas.
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