miércoles, 14 de marzo de 2018

El 15 de marzo de 2002: Falleció el poeta popular carupanero Luis Mariano Rivera



Luis Mariano Rivera Font n
ació el 19 de agosto de 1906, en el caserío Canchunchú Florido, pueblo cercano a Carúpano estado Sucre,  y falleció el 15 de marzo de 2002 en Carúpano, estado Sucre. Fue un cantante, compositor, poeta y dramaturgo popular venezolano.

Su vida, como la de cualquier campesino de la zona de Paría, estuvo marcada por las carencias y necesidades que caracterizan la pobreza de las zonas rurales de Venezuela. A temprana edad se quedó huérfano, llegó a ser peón de la hacienda de su propio padre y su educación formal fue sólo hasta el tercer grado de primaria.                                      Sin embargo, a pesar de su condición de ser un casi analfabeto, enseñó que las ganas que dicta la perseverancia por ser un hombre digno pueden ser más fuertes de las que uno cree. A los 38 años, motivado por una corrección ortográfica que le hiciera un muchacho (había escrito “depocito de yelo” en vez de “depósito de hielo”) decide ir a una escuela donde aprendió a leer y escribir bien.
La cosmogonía poética de Luis Mariano Rivera nace en Sucre, en "esa tierra de Gracia" que contiene como espejo de su sonora naturaleza y origen lírico de su imaginería, el Valle de Canchunchú Florido, tan cantado y ritualizado, tan humanizado y poetizado por la voz indeleble y el cuatro secular de nuestro más grande cantor de la naturaleza, la vida y la humildad del amor, como lo fue Luis Mariano. Su obra nace pero no muere en Sucre. Nace,  para crecer como un ser vivo y sumarse al universo y a la polifonía, a la herencia plural que nos han dejado trovadores y poetas exponentes no sólo de tradiciones occidentales, sino de otras latitudes.                                                                                              Sucre ha acobijado desde los tiempos del llamado descubrimiento de América, una tradición tan rica como múltiple de "cantares ajenos", que no es otra cosa que la base desde donde se ha edificado la cultura musical de ese hermoso y peninsular estado venezolano.                                                                                Cantares ajenos que se articulan y dan aliento a la historicidad a través de existencia de juglares tan míticos como místicos que han poblado nuestra América y en cuyas voces están sin duda los sonetistas y coplistas latinos más antiguos, Propercio, Góngora y Quevedo: juglares, cantautores, poetas de la libertad, como Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Facundo Cabral, Lilia Vera, Cecilia Todd, Gualberto Ibarreto y otros tan raigales o arraigados como Luis Mariano Rivera: poeta universal y por excelencia de la naturaleza como metáfora vivificante de la condición humana y amorosa que lo define como el hombre que sembró  un recuerdo imperecedero, a la hora de contar  la historia de Lucerito, cuando  se le otorgó  la hasta entonces inédita condición de Ecociudadano de Venezuela, , como reconocimiento a su condición de hombre integralmente debido a su pasión por la defensa de la naturaleza en todos sus órdenes. La dimensión lírica de esta vocación, la plasma Luis Mariano en una canción compuesta a su Negra, fuente permanente de su inspiración, de nombre Lucerito.     
 En ese valle florido que bordea a Carúpano, nuestro trovador convirtió su vida en una experiencia de canto sencillo y puro. La naturaleza y el campo fueron sus metáforas vivientes. Inspirado en ellas escribió acerca de su gente, de su familia, de sus compañeros. "Canchunchú florido", "La Guacara", "Cerecita", "El Mango", "La Pascua es hermosa, "El Rancho", "Lucerito", son legados de esa obra en la que se transparenta un espíritu consagrado a la belleza, a la costumbre vital del hombre sencillo y llano, a su amor por el paisaje humano y popular.                                                                               De este modo tanto en La Guácara como en la Negra Ciriaca, Luis Mariano da cuenta de la miseria cotidiana de la realidad que debe soportar su gente. " …el niño del campesino, el muchacho barrigón cuando el hambre lo atormenta lleva mi cuerpo al fogón" o "la pobre negra Ciriaca preparaba que almorzá con las patas en el suelo y la cabeza arrará" "…Un puerco flaco con hambre junto al fogón le gruñía y un negrito barrigón lloraba por su comía.                                                                                                                     Luis Mariano exaltó el amor y el apego a lo nuestro, popularizando y reivindicando en algunas de sus canciones nuestros elementos culinarios: el casabe, la arepa blanca y sabrosa, "el dulce criollo oloroso que se hace con papelón", el sancocho a la oriental y "la botellita de ron que no debe de faltar". También Luis Mariano en su canto enalteció los valores de la igualdad y la dignidad: " Allá en nuestro campo hay humildes flores que no tienen nombres pero dan olores; flores que no entran a regio salón pero son felices de su condición."                                                                                                                           No se puede  dejar de expresar  emoción y agradecimiento ante la presencia de Doña Máxima Marcella y Alejandro, compañera eterna e hijo de Luis Mariano; a Hernán Marín y a los integrantes de la agrupación "Canchunchú Florido", grupo musical creado por Luis Mariano en 1963. Especial reconocimiento al Consejo Nacional de la Cultura, de la Universidad de Oriente, a la Biblioteca Nacional, al Banco Central de Venezuela y a la Fundación Bigott, instituciones y a todos los intérpretes, cantores y cantoras, amigos, que han hecho posible este homenaje a Luis Mariano Rivera, digno y raigal exponente de la identidad venezolana y de nuestros valores más significativos que son los que nos proponemos recuperar en nuestra V República

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