Yulimar Rojas exhibió su medalla más sufrida y “sentimental”. La nueva referencia del triple salto mundial, mostró la dorada que se ganó hace 8 días en los Mundiales de sala de Birmingham. La hazaña le valió el título de bicampeona en la especialidad.
Entre risas, la portocruzana relató que vio peligrar su participación en el mundial británico por causa de una lesión a dos meses de la cita, y de la profusa nevada que cayó sobre algunas ciudades británicas a inicios de marzo.
Entre risas, la portocruzana relató que vio peligrar su participación en el mundial británico por causa de una lesión a dos meses de la cita, y de la profusa nevada que cayó sobre algunas ciudades británicas a inicios de marzo.
Durante un entrenamiento en España, Rojas se hizo daño en la fascia del pie derecho. El primer diagnóstico parecía alejarla de Birmingham. El largo tratamiento implicaba al menos un mes en dique seco.
Foto: AFP
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Y después de su milagrosa recuperación, una fuerte nevada demoró tanto su llegada a Birmingham que su entrenador, el cubano Iván Pedroso, temió que no podría asistir a la cita.
La saltadora de 22 años arribó a Birmingham a solo horas de la prueba. Rojas no descansó más de cinco horas antes de inscribirse en la prueba de triple salto. Venía de un viaje de casi 48 horas que inició en Madrid se retrasó por el mal tiempo.
“Hasta tenía la misma ropa, porque las maletas las tenía por ahí también, dando coñazos”, dijo en una de sus frecuentes muestras de espontaneidad.
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Reveló que luego del periplo no se sentía a tope. Sus primeros cuatro saltos dejaron en claro que no estaba cómoda, pero salió a competir en busca de “algo histórico”.
Antes de su última oportunidad, Rojas marchaba quinta, pero voló 14,63 metros, lejos de su mejor registro aunque aun así la mejor marca del año, para colgarse la presea dorada.
La jamaicana Kimberly Williams y la española Ana Peleteiro fueron segunda y tercera, respectivamente. Por su parte, la colombiana Caterine Ibargüen, aquejada por una lesión, no se presentó.
“Cuando tienes un objetivo claro en la vida por más que te pasen cosas, si sigues ahí, vas a salir ganador. Esta medalla fue muy sentimental por esa parte, me enseñó a seguir, a que nunca desista”, señaló Rojas en un encuentro con los medios.
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“Aférrate, siempre mantente concentrado y centrado en lo que deseas, así vas a cumplir tus sueños”, añadió la triplista.
Este consejo, que Rojas asegura ha transformado en su código de conducta, también se lo ofreció a una joven atleta a la que primero le sacó sonrisas y luego lágrimas antes de un compartir en el maltrecho Estadio Olímpico Brígido Iriarte de Caracas.
“Lloré porque verla es una emoción, es mi ídolo. Me dijo que persiga mi sueño, que no me rinda aunque a veces pierda, que use las derrotas como impulso para ganar”, dijo a Efe Julianni Mujica, una velocista y estudiante de 14 años.
El ministro de deporte Pedro Infante, dijo a Efe que esta última medalla demuestra el talante luchador de Rojas. Señaló que es una mujer “ejemplo de juventud que batalla y logra sus objetivos”, pero no pierde “nunca su humildad”.
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“Yulimar representa esas historias de sacrificio, de lucha”, agregó.
El nuevo reto de la venezolana es avanzar en el humilde mecenazgo, pese a que solo cuenta con 22 años.
Para ello lanzó una fundación, el “Team Rojas 45”, que intentará apoyar a los atletas más desposeídoscon pequeños aportes.
“Unos zapatos, algo de equipación”, explicó.
Con información de EFE
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