jueves, 31 de octubre de 2019

La cruda historia de un hecho real ¿Cómo se venezolanizó Halloween?

¿Dulce o truco? ¡Feliz Halloween!
Hoy se celebra en muchos países Halloween o Noche De Brujas. 
El Halloween se celebraba hace más de 3000 años por los celtas, un pueblo guerrero que habitaba zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia.
En aquel entonces la celebración era llamada Samhain, y con ella los celtas festejaban el fin de año y el inicio de la llamada “temporada oscura” (invierno).
Hacia el siglo VIII; la Iglesia cristiana convirtió el día 1 de noviembre en el día de Todos los Santos y prohibió la celebración del Samhain tildándola de fiesta pagana. Sin embargo, a lo largo de los años, estos festivales se combinaron; y la mayoría llamó “All hallowmas” al Día de Todos los Santos. Mientras que la noche anterior, la más importante porque organizaban todo para la celebración, se conoció como “All Hallows Eve” (Víspera del Día de Todos los Santos). Con el tiempo; su nombre se convirtió en Halloween.
Con la inmigración europea a los Estados Unidos, principalmente la de los irlandeses católicos en 1846, llegó la tradición de Halloween al continente americano.
COMO SE INSTITUCIONALIZA

HALLOWEEN EN VENEZUELA

Hace mucho tiempo atrás (antes de los consagrados 80’s, y por supuesto, antes del Miss Venezuela), en nuestro país florecía aun aquella vieja (y no por eso dejaría de ser buena) época donde las costumbres y las tradiciones eran mantenidas y respetadas por cada persona, recayendo la responsabilidad de transmitir a los mas adultos y de reproducir a los mas jóvenes (lo que conocemos como un proceso DE GENERACION EN GENERACION). Este proceso se vio interrumpido bruscamente gracias a una corriente filosófica emanada de las grandes universidades de EE.UU. y Europa (principalmente en Francia) y que hoy ha servido como herramienta para mantener la instauración del sistema económico imperante (el capitalismo), esa corriente no es otra que el postmodernismo, cuyo pilares fundamentales es la teoría de el Fin de la Historia, el Fin de las Ideologías, de olvidar “lo viejo” e imponer “lo nuevo”, desconociendo el pasado y banalizando cualquier corriente del pensamiento que surja como alternativa para la solución de los problemas de la sociedad desde una óptica critica y objetiva. 

Es así como se vinieron manejando las cosas desde principios de la década de los 80’s, y se radicaliza esta metodología utilizada por los países hegemónicos (Imperialistas) con la caída del muro de Berlín y la desintegración del bloque soviético. De esta manera empezó el bombardeo de imágenes, sonidos y costumbres a través de distintos aparatos ideológicos (la escuela, la iglesia, la universidad, y muy especialmente, los grandes medios de comunicación) que solo difundían el mensaje del imperio mas descarado, peligroso y destructor que se haya visto en cualquier sociedad de este planeta, ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA. Es allí donde pisa tierra venezolana la Coca-Cola, la PEPSI, Mc. Donalds, el POP, el ROCK, los grandes autos de lujo, la vida de ricos y famosos, HOLLYWOOD, y por supuesto, Halloween. Esas tradiciones y costumbres originales de la cultura de Venezuela que tanto orgullo nos dio (y algunas todavía nos siguen dando orgullo), solo quedaron en aquellos viejos libros de escuela, y que muchos hoy, (los mas viejos sobre todo) recordamos con nostalgia. Nuestra cultura le dio paso a la cultura de otro, fenómeno que se conoce con el nombre de TRANSCULTURIZACION. 

Podemos sacar de esta lectura varias conclusiones. Debemos entender que Halloween es una tradición cultural de otro pueblo, por lo cual debe ser respetado y admirado como cualquier otra tradición cultural de cualquier otro pueblo de este planeta. Pero así como “todos” los pueblos debemos respetar la cultura de los demás, no se entiende como un pueblo en particular, partiendo del hecho de ser el “imperio de turno”, se puede dar el lujo de imponer “su” cultura y “sus” tradiciones. Si nos percatamos de los hechos históricos, es una cadena repetitiva de “imperios que imponen” y “pueblos que se dejan”, los Celtas tenían su cultura hasta que llegaron los Romanos y la modificaron para imponer la suya, luego a esa fusión se le incorporo el estado eclesiástico y la modifico a su conveniencia. Se mantiene esa cultura en Europa hasta que invaden los pioneros (los genocidas) y como representan al “imperio de turno” imponen sus costumbres a los indígenas hasta desplazarlos (en todo punto de vista), y como no se acostumbran, ahora lo imponen a todo el mundo. 

Con todos estos elementos de base, es posible entender como es que un grupo de personas, en su mayoría jóvenes, actualmente celebren en todos los países de Latinoamérica, y muy particularmente en Venezuela el Halloween, sin tener ni la mas mínima idea de lo que hacen. Una minoría lo practica por una cuestión de estatus derivada de la gran clase dominante y aburguesada de nuestro país (estatus que han obtenido gracias al robo sistemático y a la permanente explotación de la clase trabajadora, y no de su trabajo y esfuerzo como nos hacen creer los ricos); otros por que son manipulados por nuestros grandes medios de comunicación que defienden los intereses de estas clases explotadoras (a estos jóvenes que se hacen llamar “clase media”, preferiría llamarlos “ALIENADOS”: esta palabra no deriva de alíen –extraterrestre-, un alienado es aquel sujeto que no tiene conciencia de lo que hace y dice, y que por no tener conciencia es utilizado como un objeto o herramienta en defensa de intereses particulares); afortunadamente en la mayoría del pueblo (ese que siempre ha sido oprimido), aun se mantienen “nuestras” tradiciones, los jóvenes del pueblo prefieren esperar las fiestas del carnaval para disfrazarse, y no lo hacen en octubre. Es por eso que por más que el nuevo imperio pretenda imponer su famosa “noche de brujas”, siempre chocara con la raíz histórica del pueblo venezolano. Seria muy bueno preguntarnos si en USA ¿algún día permitirán que se celebre la paradura del niño? ¿O el baile de san Juan en el Bronx?, si tanto difunden la “diversidad cultural”, no seria tan malo que compartiéramos la cultura de los pueblos, ¿o no? 

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