*Con más de 3.000 años de historia, el casabe es un alimento ancestral originario de los aborígenes venezolanos.
Sin duda alguna este es uno de los alimentos más sanos el cual es consumido, no solo en Venezuela sino en América Latina. El casabe es un pan ácimo, delgado y circular hecho de harina de yuca que se asa en un budare, comal o plancha.
Para la época colonial, los colonizadores no consumían este alimento, puesto que lo consideraban insípido y mísero. Sin embargo, al no poder cultivar el trigo en muchas zonas cálidas, comprendieron que el casabe es perdurable para el almacenamiento, además de ser liviano para transportarlo.
El casabe es hecho a base de yuca amarga, que es procesada para extraerle el ácido cianhídrico y transformarlo en harina, para así, prensarlo y obtener las conocidas tortas que luego son llevadas al fuego para la cocción.
Descubriendo la yuca
La yuca es uno de los cultivos alimenticios americanos más antiguos e importantes, sin embargo a partir del siglo XVI ha contado con una extraordinaria difusión. Dada sus características de cultivo tropical de gran versatilidad fue expandida por todo el mundo.
Muchos conocedores de este tubérculo coinciden en que su origen es caribeño, entre las cuencas del Amazonas y del Orinoco en la región nororiental del país.
Está se presenta en dos variedades: amarga y dulce, dependiendo de los niveles de ácido cianhídrico.
El vocablo yuca procede la lengua Caribe ‘yog ca’ que significa “se amasa molida”. Aunque, también es conocida como mandioca, manioc, mañoco, rumí, are, guacamote.
Para la realización de casabe la yuca que se utiliza es la de tipo amargo, la cual es descrita por el banquero y comerciante de origen florentino, Galeotto Cey como:
“Una raíz de la cual se hace pan y bebidas en todas las Indias y se la encuentra de dos clases llámase la una ‘caribe’ y la otra ‘boniata’. Caribe es un vocablo indio que significa cualquier cosa fuerte, venenosa, cruel, iracunda. De esta yuca Caribe hay bastante en esta isla (Santo Domingo) y en todas las otras, pero en Tierra Firme hay poca, y sí mucha de la otra que llaman ´boniata’, esto es dulce y no venenosa como la Caribe.
Quien comiera estas raíces (la yuca amarga) así crudas y sin exprimir el jugo, rápidamente se le hincha la lengua, saliéndole gran mucosidad por la nariz, siente gran estupor en la cabeza, grandísima sed y fuego en el estómago, con un hinchamiento cruel”.
Cey, impresionado por lo que había experimentado durante su permanecía en la región centroccidental de Venezuela, entre 1544 y 1550, se interesó mucho por el “pan de yuca llamado casabe“.
Igualmente, relató que “primero cosechan estas raíces, después con una caña o leño como cuchillo, le quitan la concha marrón…después de pelada la rallan, con una piedra áspera o corteza de árbol, o rallador hecho a propósito. Después toman esa ralladura y la ponen en una cesta de cañas plegadas, largas y delgadas y a tales recipientes llaman sebucán”.
Cabe destacar, que la extracción del ácido cianhídrico se convirtió en tradición con lo que actualmente se conoce como el baile del sebucan.
A través de los años se han perfeccionado las técnicas de los aborígenes, al punto tal, que se ha convertido en un legado de nuestra identidad gastronómica.
Para la época colonial, los colonizadores no consumían este alimento, puesto que lo consideraban insípido y mísero. Sin embargo, al no poder cultivar el trigo en muchas zonas cálidas, comprendieron que el casabe es perdurable para el almacenamiento, además de ser liviano para transportarlo.
El casabe es hecho a base de yuca amarga, que es procesada para extraerle el ácido cianhídrico y transformarlo en harina, para así, prensarlo y obtener las conocidas tortas que luego son llevadas al fuego para la cocción.
Descubriendo la yuca
La yuca es uno de los cultivos alimenticios americanos más antiguos e importantes, sin embargo a partir del siglo XVI ha contado con una extraordinaria difusión. Dada sus características de cultivo tropical de gran versatilidad fue expandida por todo el mundo.
Muchos conocedores de este tubérculo coinciden en que su origen es caribeño, entre las cuencas del Amazonas y del Orinoco en la región nororiental del país.
Está se presenta en dos variedades: amarga y dulce, dependiendo de los niveles de ácido cianhídrico.
El vocablo yuca procede la lengua Caribe ‘yog ca’ que significa “se amasa molida”. Aunque, también es conocida como mandioca, manioc, mañoco, rumí, are, guacamote.
Para la realización de casabe la yuca que se utiliza es la de tipo amargo, la cual es descrita por el banquero y comerciante de origen florentino, Galeotto Cey como:
“Una raíz de la cual se hace pan y bebidas en todas las Indias y se la encuentra de dos clases llámase la una ‘caribe’ y la otra ‘boniata’. Caribe es un vocablo indio que significa cualquier cosa fuerte, venenosa, cruel, iracunda. De esta yuca Caribe hay bastante en esta isla (Santo Domingo) y en todas las otras, pero en Tierra Firme hay poca, y sí mucha de la otra que llaman ´boniata’, esto es dulce y no venenosa como la Caribe.
Quien comiera estas raíces (la yuca amarga) así crudas y sin exprimir el jugo, rápidamente se le hincha la lengua, saliéndole gran mucosidad por la nariz, siente gran estupor en la cabeza, grandísima sed y fuego en el estómago, con un hinchamiento cruel”.
Cey, impresionado por lo que había experimentado durante su permanecía en la región centroccidental de Venezuela, entre 1544 y 1550, se interesó mucho por el “pan de yuca llamado casabe“.
Igualmente, relató que “primero cosechan estas raíces, después con una caña o leño como cuchillo, le quitan la concha marrón…después de pelada la rallan, con una piedra áspera o corteza de árbol, o rallador hecho a propósito. Después toman esa ralladura y la ponen en una cesta de cañas plegadas, largas y delgadas y a tales recipientes llaman sebucán”.
Cabe destacar, que la extracción del ácido cianhídrico se convirtió en tradición con lo que actualmente se conoce como el baile del sebucan.
A través de los años se han perfeccionado las técnicas de los aborígenes, al punto tal, que se ha convertido en un legado de nuestra identidad gastronómica.
Diversos usos
Quizá para la mayoría de nosotros este es un elemento clave en nuestro menú. Con la ingesta de este alimento proveemos al organismo de vitaminas, minerales y fibra. Por esto es una excelente opción a la hora de hacer dietas, ya que facilita la digestión.
Entre las vitaminas a resaltar de la yuca están las del grupo B, necesarias para mantener los tejidos corporales. Igualmente, tiene concentración de vitamina C que refuerza el sistema inmunitario del organismo.
Además, el casabe es una rica fuente de minerales como el calcio, hierro, magnesio y potasio.
Del mismo modo, proporciona infinidad de fibra que ayuda a la eliminación de toxinas.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) la yuca es la cuarta fuente de calorías del trópico después del arroz, maíz y el azúcar.
Según expertos nutricionistas este alimento tiene bajo contenido de proteínas, es libre de grasa y sal, no requiere conservantes para su preservación y puede durar hasta ocho meses en almacenamiento.
Para comer con todo
El casabe es muy versátil y se puede consumir de maneras diversas. Funciona como base de un desayuno o cena bien sea que se le agregue queso, atún o vegetales. Es el acompañante ideal de sancochos y sopas, así como la pareja perfecta de las salsas o dips en una celebración.
Además, es el componente básico del dulce llamado “naiboa”, que consiste en una especie de sándwich hecho con dos tortas de casabe y relleno con papelón rallado o melaza.
El casabe que consumimos normalmente en Venezuela es elaborado en varias versiones: el tipo galleta (delgado y crujiente, que tiene solo una capa de harina de yuca) y el familiar (más grande y con dos capas).
Recientemente, y ante su evidente potencial como acompañante, su formato ha sido reducido a pequeños discos conocidos como casabitos que se han ido ganando su lugar en los anaqueles y mesas venezolanas.
Este alimento se elabora principalmente en algunas comunidades de los estados Bolívar, Monagas, Anzoátegui, Sucre, Miranda, Guárico y Carabobo, pero debido a que en los últimos años este producto ha alcanzado altos niveles de consumo, particularmente en la región oriental, su elaboración continúa expandiéndose a otras áreas de la geografía nacional.
Aunque se han elaborado varias frases que relacionan al casabe con la falta de sabor, pueden llamarle insípido pero de su textura y cualidades nutricionales nadie reniega.
Quizá para la mayoría de nosotros este es un elemento clave en nuestro menú. Con la ingesta de este alimento proveemos al organismo de vitaminas, minerales y fibra. Por esto es una excelente opción a la hora de hacer dietas, ya que facilita la digestión.
Entre las vitaminas a resaltar de la yuca están las del grupo B, necesarias para mantener los tejidos corporales. Igualmente, tiene concentración de vitamina C que refuerza el sistema inmunitario del organismo.
Además, el casabe es una rica fuente de minerales como el calcio, hierro, magnesio y potasio.
Del mismo modo, proporciona infinidad de fibra que ayuda a la eliminación de toxinas.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) la yuca es la cuarta fuente de calorías del trópico después del arroz, maíz y el azúcar.
Según expertos nutricionistas este alimento tiene bajo contenido de proteínas, es libre de grasa y sal, no requiere conservantes para su preservación y puede durar hasta ocho meses en almacenamiento.
Para comer con todo
El casabe es muy versátil y se puede consumir de maneras diversas. Funciona como base de un desayuno o cena bien sea que se le agregue queso, atún o vegetales. Es el acompañante ideal de sancochos y sopas, así como la pareja perfecta de las salsas o dips en una celebración.
Además, es el componente básico del dulce llamado “naiboa”, que consiste en una especie de sándwich hecho con dos tortas de casabe y relleno con papelón rallado o melaza.
El casabe que consumimos normalmente en Venezuela es elaborado en varias versiones: el tipo galleta (delgado y crujiente, que tiene solo una capa de harina de yuca) y el familiar (más grande y con dos capas).
Recientemente, y ante su evidente potencial como acompañante, su formato ha sido reducido a pequeños discos conocidos como casabitos que se han ido ganando su lugar en los anaqueles y mesas venezolanas.
Este alimento se elabora principalmente en algunas comunidades de los estados Bolívar, Monagas, Anzoátegui, Sucre, Miranda, Guárico y Carabobo, pero debido a que en los últimos años este producto ha alcanzado altos niveles de consumo, particularmente en la región oriental, su elaboración continúa expandiéndose a otras áreas de la geografía nacional.
Aunque se han elaborado varias frases que relacionan al casabe con la falta de sabor, pueden llamarle insípido pero de su textura y cualidades nutricionales nadie reniega.
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