jueves, 19 de septiembre de 2019

Francisco de Miranda: Héroe de la Batalla de Valmy


Animado con la posibilidad de recibir apoyo del Gobierno revolucionario de Francia en sus planes para independizar Suramérica, Francisco de Miranda llega a París en marzo de 1792. Lleva consigo cartas de recomendación para el alcalde Jérôme Pétion, miembro del partido girondino. Durante su estadía de meses en esta capital palpa los extremos tumultuosos que se suscitaron cuando, en reacción a amenazas contra Francia proferidas por el general prusiano Carlos Guillermo Fernando Brunswick, el pueblo llano –radicalizando el proceso político– asalte el 10 de agosto de aquel año el Palacio de las Tullerías, donde se refugiaba Luis XVI y su familia.

MIRANDA EN EL EJÉRCITO

Consciente de la experiencia bélica de Miranda, Pétion le ofrece incorporarlo al Ejército del Norte con un alto cargo. Francia por entonces adolecía de buenos y curtidos estrategas, poniendo el caraqueño como condición que en un futuro Francia le diese apoyo en los planes de independizar las colonias españolas de América. El 24 de agosto se le informa a Miranda que ha sido nombrado Mariscal de Campo, a las órdenes de Charles François Dumouriez ante quien se presenta el 11 de septiembre. De inmediato se le designa jefe del ala izquierda del Ejército del Norte.

ARGONNE

En cumplimiento de su amenaza, Brunswick, al frente de las fuerzas prusianas y austríacas, y tras capturar Longwy y Verdún, se dispone avanzar hacia París, para liberar al monarca prisionero. Con premura el jefe del ejército envía una vanguardia de 2 mil hombres a cuyo frente estaba Francisco de Miranda, y quien se encuentra con el enemigo el 19 de septiembre en los desfiladeros de Argonne. Con este choque por primera vez se hace retroceder -como recuerda Caracciolo Parra-Pérez- a los prusianos, y ello provoca un entusiasmo inusitado en las tropas francesas. Miranda es encomiado por sus superiores.

LA COLINA DE VALMY

En Argonne se midieron pequeñas fuerzas. El grueso de ambos contendientes se verán en torno a la colina de Valmy el día 20 de septiembre de 1792. Y la jornada de Valmy sin constituir en términos numéricos -y en palabras de Johann W. Goethe- ninguna gran batalla como la de Waterloo, sí significará “…el inicio de una nueva fase en la historia del mundo”. Por primera vez Francia, con un ejército constituido en su gran mayoría por soldados novicios, demostró a Europa que la Revolución podía ganar batallas ante ejércitos reputados como los de Prusia y Austria, los mejores de Europa.

LOS EFECTOS

Al analizar la jornada de Valmy numerosos historiadores sostienen que de haber triunfado la coalición austro-prusiana “… La República francesa no existiría…y las nuestras tampoco en América Latina; y Europa no sería lo que es hoy sin la Revolución Francesa”, según la curadora Claudia Isabel Navas. Al enterarse del triunfo el pueblo de París, se incrementa la euforia revolucionaria en medio de las dramáticas querellas interpartidistas escenificadas en el seno de la Convención. El 3 de octubre, a dos semanas de Valmy, Miranda es elevado al grado de general de división.

“SI A MIRANDA LE BATEN…»

“Dantón saltó a la tribuna: ‘¡Conmino a todos los buenos ciudadanos, dijo con voz de trueno, para que no abandonen su puesto! ¿Olvidáis la posición en que nos hallamos? Si a Miranda, cuyo ejército está enfrente de Clerfayt le baten, y esto no es imposible, Dumouriez envuelto, se verá en el caso de abatir sus armas (…) Es preciso adoptar al instante mismo las medidas para organizar definitivamente la institución que la audacia de los contrarrevolucionarios ha hecho necesaria’. Y hace votar el envío de comisarios a las secciones de la capital, para obligar a los ciudadanos a correr en defensa de Bélgica” [Caracciolo Parra-Pérez en Miranda y la Revolución Francesa]

———————————————————————


No hay comentarios.:

Publicar un comentario