Inicialmente, la OPEP surgió de la iniciativa del entonces ministro de Minas e Hidrocarburos de Venezuela, Juan Pablo Pérez Alfonzo, quien logró formar alianza con los principales productores mundiales para crear una institución capaz de fijar políticas petroleras que condujeran a la estabilidad del mercado mundial. La institución quedó establecida el 14 de septiembre de 1960 con sede social en Viena, Austria.
Los países fundadores fueron Venezuela, Irak, Kuwait y Arabia Saudí. Más tarde se fueron sumando Qatar, Libia, Indonesia, Emiratos Árabes Unidos, Argelia y Nigeria. Hacia 1974 también se unió Gabón, que se retiró en 1995. Su alcance en cuanto al control de petróleo llega al 43% en lo que se refiere a la producción y el 75% de las reservas. De la misma manera, tiene el dominio del 51% de las exportaciones de crudo.
En primera medida, la institución quedó avalada por los países miembros y en 1962 se registró ante la ONU y fue reconocida como una organización del Consejo Superior Económico en 1965.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tiene desde su creación la finalidad de hacer un frente común para la defensa de sus intereses y tratar de estabilizar los precios mediante una regulación de la producción.
La urgencia en crear una institución de estas características surgió tras la gran caída en el precio del petróleo producida en 1960 en virtud de los acuerdos que entonces llevaron a cabo de forma unilateral las grandes distribuidoras de crudo.
La estructura se encuentra configurada de la siguiente manera: la Conferencia Ministerial, compuesta por los ministros de Petróleo de los Estados miembros, se reúne dos veces al año, constituida como la máxima autoridad de la OPEP. A dichas reuniones pueden asistir países invitados. Asimismo, existe un Consejo de Gobierno encargado de velar por el cumplimiento de las resoluciones, un consejero por cada uno de los países integrantes y un Secretariado del que dependen diferentes sectores o departamentos de análisis. Actualmente, su secretario general es el libio Abdel Salem El-Badri.
Entre los países que no forman parte de la organización, pero que participan en las reuniones ordinarias se encuentran: México, Noruega, Sudán, Kazajistán, Omán y Egipto.
Su poder se sustenta en el dominio que logró alcanzar a nivel mundial en virtud del petróleo que controla. Una de las épocas de máximo esplendor en cuanto a la escalada del precio se registró en las décadas de 1980 y 1990, producto de la guerra Irak-Irán y, luego, durante la guerra del Golfo.
Los precios se mantuvieron relativamente estables hasta 1998; tras el año 2000 el barril alcanzó por primera vez un precio de entre 22 y 26 dólares y, en 2008, ascendió a 80 dólares, alcanzado una de las cifras más altas de la historia.
La OPEP sufrió dos crisis importantes: la de 1973, en la que la organización decidió no vender petróleo a aquellos países que colaboraran con Israel; y en 1979, cuando, iniciada la guerra entre Irak e Irán, el precio del barril alcanzó los 39 dólares e Irán congeló todas sus exportaciones, repercutiendo en una subida de precios que afectó al mercado global de petróleo.
A mediados de diciembre de 2008 el secretario general de la OPEP habló en una conferencia en Argelia de la necesidad de recortar la cuota de producción, debido a la sobreoferta que había en el mercado.
Hoy, 2017, Venezuela sigue siendo un país con iniciativa dentro de la OPEP.
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