(Caracas, 01 de octubre – Noticias24).- A finales de septiembre, Estambul sufrió por dos fuertes sismos de magnitudes 4,7 y 5,7 que tuvieron dos días de diferencia. El epicentro del segundo terremoto, el más fuerte en la región en 20 años, se localizó a 70 kilómetros del mar de Mármara.
Estos movimientos de las placas tectónicas parecen haber provocado la activación de una de las estructuras geológicas más peligrosas del mundo.
La tensión tectónica
La ciudad más grande de Turquía se encuentra en la llamada falla de «Anatolia del Norte», que separa las placas tectónicas de Eurasia y Anatolia. Durante muchos años los geólogos han advertido al mundo que esta «frontera» geológica, podría llegar a causar un devastador terremoto en cualquier momento.
La tensión tectónica, que se acumula a lo largo de la falla de Anatolia del Norte, fue la causante del último gran terremoto que golpeó el noroeste de Turquía hace 20 años: el terremoto de Izmit, de magnitud 7,4, que acabó con la vida de más de 17.000 personas en 1999.
Una posible colisión de las placas
Expertos del Centro de Investigación de Geociencias de Alemania (GFZ), junto con colegas de Francia y Turquía, han estado estudiando las mediciones del fondo marino. Su informe, publicado en julio en la revista Nature, afirma el riesgo de un terremoto inminente cerca de Estambul.
Según señalan los expertos, la tensión tectónica de la falla es aún mayor que en 1999. Resulta que en lugar de divergir entre sí, las placas de Eurasia y Anatolia se chocan. Los investigadores informan que el resultado de tal colisión podría ser un terremoto de magnitud entre 7,1 y 7,4.
Con información de RT
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