(Washington, 18 octubre. EFE).- Las astronautas estadounidenses Jessica Meir y Christina Koch hicieron historia el pasado viernes con el primer paseo espacial íntegramente femenino para reemplazar un control de carga de baterías solares en la Estación Espacial Internacional (EEI); todo un hito en la historia de la NASA y del mundo.
La caminata espacial comenzó a las 11.38 hora GMT y se prolongó durante siete horas y diecisiete minutos, durante las cuales las astronautas recibieron una llamada del presidente Donald Trump.
El paseo pudo seguirse directo por internet: Al principio aparecieron las dos figuras de las astronautas -primero Koch, ingeniera de profesión, y luego Meir, bióloga- con sus trajes blancos trabajando fuera de la EEI, lo que contrastaba con el fondo oscuro del espacio.
En el video en vivo se podía ver a las dos mujeres hablando entre ellas y con cámaras en sus cascos que enseñaban las vistas fuera de la EEI.
Tras unos momentos de adaptación para moverse por el vacío del espacio, las astronautas prepararon las herramientas para comenzar las labores de reparación.
Koch y Meir reemplazaron una unidad de carga y descarga de las baterías que colectan energía de los paneles solares en la viga de babor de la EEI, una estructura que se traslada a más de 27.000 kilómetros por hora en una órbita a unos 485 kilómetros de la Tierra.
Esta ha sido la cuarta caminata espacial para Koch, de 40 años, quien podría convertirse en la mujer que ha permanecido más tiempo en el espacio tras llegar a la EEI el pasado 14 de marzo, ya que su misión está programada para que dure 328 días, con el fin de estudiar el efecto de la ausencia de gravedad en el cuerpo femenino, como preparación para los viajes a Marte.
El actual récord femenino lo marcó la estadounidense Peggy Whitson, con 288 días.
En el caso de Meir, esta fue su primer caminata espacial.
Durante las tareas de reparación, ambas recibieron una llamada de Trump desde la sala Roosevelt de la Casa Blanca en Washington, que les pidió que no se pusieran nerviosas por aparecer en televisión.
«Felicitaciones por este acontecimiento histórico -señaló el presidente-. Ahora mismo, están en televisión en todo el mundo, por lo que no se pongan nerviosas».
Trump estaba flanqueado por su hija y asesora presidencial, Ivanka Trump; el vicepresidente, Mike Pence, y el administrador de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), Jim Bridenstine.
La llamada comenzó con un «Estación (Espacial), es el presidente Donald Trump, ¿me oyen?»
Tras unos segundos, las astronautas respondieron «le oímos», a lo que el mandatario contestó: «Me estaba empezando a preocupar por ustedes, están en un sitio especial, el trabajo que están haciendo es genial, estamos encantados de hablar con ustedes».
«Esta es la primera vez que hay dos mujeres en un paseo espacial, haciendo un trabajo a gran altura, una altura a la que poca gente ha llegado», señaló el presidente, que calificó a las astronautas de «valientes».
Meir destacó, por su parte, que ella y Koch no desean atribuirse «un gran mérito».
«Muchas mujeres que nos precedieron han avanzado este camino -añadió-. Nos hemos entrenado por años para hacer este trabajo y estamos en una larga fila de científicas, ingenieras, astronautas, mujeres que nos precedieron».
Este hito en la historia de la exploración extraterrestre se produce mientras la NASA se prepara para enviar a la primera mujer a la Luna en 2024 dentro del programa Artemisa -la diosa griega de la caza, la Luna y la castidad, y hermana gemela de Apolo.
La NASA dio el nombre de Apolo a la serie de misiones durante las décadas de 1960 y 1979 que llevaron a la Luna los primeros hombres.
Mientras las mujeres salían al exterior de la EEI, los cuatro hombres adentro les daban apoyo desde el interior de esa instalación.
En seis décadas y media de exploración espacial con tripulantes, quince mujeres han participado en 221 de esos paseos orbitales siempre acompañadas por hombres.
La primera astronauta en llevar a cabo un paseo espacial fue la soviética Svetlana Savistskaya en 1984, junto a Vladímir Dzhanibekov.
La primera caminata exclusivamente femenina estaba programada para marzo y en ella debía participar la astronauta Anne McClain, pero la NASA encontró entonces que no tenía trajes adecuados para dos mujeres y McClain retornó a tierra durante el verano.
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