El líder revolucionario Fidel Castro se negó completamente a realizarse un procedimiento quirúrgico, tras calificarlo como “humillante”. Así también, el líder comunista calificó su enfermedad como un "secreto de estado".
Con la muerte de Fidel Castro avanza el tiempo y el siglo XX queda un poco más atrás. Era el último gran líder revolucionario que seguía vivo.Al frente de una revolución que puso a Cuba en el centro de la escena internacional y de un régimen que se ha prolongado 57 años, Castro fue actor y superviviente destacado en el tablero de las complejas tensiones de la segunda mitad del siglo XX entre socialismo y capitalismo, norte y sur y ricos y pobres.
Fue tan admirado como mito revolucionario como acusado de dictador, pero hasta sus enemigos le reconocieron carisma y una capacidad de liderazgo fuera de lo común: a nadie dejó indiferente su polémica personalidad que reveló desde joven, cuando advirtió que solo buscaría el juicio de la historia. “Condenadme, no me importa, la Historia me absolverá”, fue la famosa frase que pronunció en 1953, con 27 años, ante el tribunal que lo condenó por el asalto al cuartel de Moncada, su primera acción armada contra la dictadura de Fulgencio Batista y que se considera el arranque de la revolución cubana.
Fidel anticipó su adiós en el último congreso del Partido Comunista de Cuba y dejó sus ideas como legado
En aquella intervención el líder de la revolución hizo un repaso a su historia, a cómo formó su ideología y señaló como mayor amenaza para la vida humana “el armamento moderno que podría socavar la paz del planeta”.
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