Los agarraron. Se creían sobrados y los
agarraron. Sus caras corrieron por la redes, sonrientes, demasiado
sonrientes… Sus caras, desconocidas para la mayoría de los venezolanos.
Sus nombres, ni hablar. Esos funcionarios que nadie señala la hora de
hablar de corrupción, porque no se exponen, porque no tienen que dar la
cara todos los días… esos que tienen tanto poder para jodernos y que
nadie sabe quiénes son.
Ayer fue la directiva de Citgo. Cayeron
sabroso, jurando que nunca iban a caer. Uno de ellos, acorralado, tuvo
la impudicia de declararse “ciudadano americano”, exigiendo que
contactaran a su embajada, todo esto a pesar de haber nacido en Falcón.
¡Qué escenita más deplorable!
Los muy bichos vendían al país
llenándose los bolsillos y dándole una “ayudaíta” al gobierno gringo en
la imposible tarea de tumbar al gobierno bolivariano. Entre sus socios
de marramuncias, un venezolano de Weston, opositor decente y pensante,
de esos que dicen horrorizados que el gobierno chavista es el más
corrupto de toda la historia, o sea guácatelas, ¡Maduro vete ya!
Raspacupos de élite envidiados en su entorno, “Fulanito coronó”. Todo un
nauseabundo mar de doble moral e hipocresía.
Bien hecho, plátano hecho, cayeron. Y en
los medios opositores donde tanto hablan de corrupción, del yate de
Aristobulo, del Reverón de Jessy, de la fortuna de María Gabriela, de
los zapatos de Delcy, del oligopolio de Diosdado, dueño de todo lo
visible e invisible, amén… En esos medios, la captura de la directiva de
Citgo, no es noticia de primera plana.
Es que no solo cayeron unos corruptos,
cayeron unos agentes infiltrados que además de entregarles la empresa a
los gringos, les pasaban información sensible sobre la reestructuración
de la deuda venezolana, para que nos pudieran joder más y mejor. Para
que pasemos todo tipo de calamidades “culpemaduro”. Con razón el
falconiano con ínfulas de Joe dijo ser “ciudadano americano”, porque el
pobre diablo jura que lo es… ¡Ciudadano americano my ass!
Agentes infiltrados como la rubia
oxigenada que huyó en una moto y que permitió que estas cosas pasaran a
pesar de las denuncias, a pesar de que el presidente Maduro había pedido
una investigación. “Separación de poderes”, decía ella mientras
separaba sus piernas para los gringos. Agentes infiltrados en nuestras
instituciones, decir esto hace unos años parecía conspiranoia, hoy los
hechos nos dicen que todo lo terrible que intuimos sobre la guerra
contra el chavismo, puede siempre ser peor.
Con la huída de la rubia falsa más allá
del color de su pelo, llega Tarek, nuestro fiscal que no solo tiene
pinta de súper héroe sino que está decidido a serlo, y asume el
compromiso de destapar el pozo séptico más podrido, aquel sobre el que
se sentaba la rubia, y así empieza a flotar la mierda.
Y empiezan a salir nombres y caras, y
peces gordos que uno no sabe como llegaron hasta ahí, que nadie sino su
mamá oyó de ellos, que nunca dieron la cara, que si llegara el día en
que nos vinieran a buscar a los chavistas, tan como la misma oposición
nos lo vive prometiendo con su “a ver a donde te vas a meter”, a esos
directivos, y altos gerentes, nadie los iría a buscar. Peor, los
veríamos liderando la cacería… Y todo esto me da mucho asco… y pienso en
cuántos “sin caras, sin nombre” hay en cuántas instituciones, en esos
cargos que la mayoría no sabemos que existen. Y ellos ahí enquistados, y
la eterna denuncia de los chavistas de “mi jefe en tal ministerio es
escuálido”, la leyenda urbana, que no es leyenda, de los directivos de
tal institución descorchando botellas aquella tristísima tarde del 5 de
marzo de 2013… ¡Coño de la madre!
Ya no más. El principio del esperado fin
les ha llegado y no empujen que hay para todos. Tarek, siguiendo la
petición del presidente Maduro, mete el ojo en PDVSA, CADIVI -¡Madre
mía, CADIVI!- , y ayer Nicolás avisó que también el ministerio de
alimentación. No empujen, malditos, que ya viene su sábado.
Y el profundo asco que me produce cada
caso que se destapa, lo supera la alegría y el alivio de saber que se
está luchando efectivamente contra la corrupción, y me recreo imaginando
las caras de cagados de esos bichos que salían tan sonrientes en las
fotos. Y sueño con penas para ellos proporcionales al daño que nos
hicieron. Y si esas penas no existen, que la Asamblea Nacional
Constituyente las vaya pensando. Me imagino una ley bien bonita que diga
400 años de cárcel para el falconiano gringo, o para Pedro -el tal
Topocho- de la faja del Orinoco, 200 para el actorsucho ese que llaman
Coco… Sí, un pocototón de años que pueden ser menos, digamos 20, en la
medida en que devuelvan lo robado, en que reparen los daños hechos a la
nación ¡Sería tan lindo!
Lo que hace años venimos clamando que
suceda está sucediendo. No es poca cosa: estamos presenciando, por
primera vez en la vida, a un gobierno atacar la corrupción dentro de sus
propias filas. Eso requiere honradez y valentía. Eso lo está haciendo
el gobierno chavista, el gobierno de Nicolás. ¡Sigan subestimándolo,
gafitos todos!
Y así, mientras en la vida de los de los
rabos de paja hay sobresaltos y maletas preparadas por si acaso, en la
mía hay orgullo, esperanzas y cotufas para la próxima rueda de prensa de
nuestro Fiscal Tarek.
(Por: Carola Chávez)
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