Pacientes acuden a Malariología con la esperanza de conseguir el tratamiento / Foto: Rafael Salazar
La escasez del tratamiento contra el paludismo que esgrimen las autoridades regionales de salud, junto con la distribución en seleccionados puntos que realiza el Gobierno nacional, originó, a juicio de quienes padecen la enfermedad, un nuevo nicho para el bachaquerismo: la venta del fármaco.Pacientes que a diario hacen fila en la sede del Instituto de Salud Pública del estado, mejor conocido como Malariología, indicaron que un tratamiento para siete días puede costar entre Bs 350 mil y Bs 500 mil.
“Yo no sé como hace esa gente que lo vende, porque tu vienes aquí (Malariología) y te dicen que no hay, vas a un CDI y es lo mismo, pero entonces viene alguien y te dice que lo tiene, pero hay que pagar. Ya para esto también hay mafías”, indicó la señora Rita Aular.
Aular, quien tiene a su hija mayor con paludismo falciparum, sostuvo que en la zona rural de El Rincón, donde reside, se ha creado un mercado para estas medicinas, por ser una de las áreas donde la enfermedad ha golpeado con fuerza.
“A mi hija le diagnosticaron el paludismo falciparum y no conseguimos tratamiento y esta gente lo posee. Tienen que estar en una mafia porque aquí nos dicen que no hay y que el tratamiento ahora sólo lo están aplicando en los CDI”, dijo.
Escasez y regalos
Así como se hacen filas de personas en la sede de Malariología, ubicada en el sector 29 de Marzo de Barcelona, con la esperanza de conseguir el tratamiento, en el Centro de Diagnostico Integral (CDI) Fabricio Ojeda de Puerto La Cruz se repite la misma historia.
El pasado jueves, más de 100 personas madrugaron para solicitar la respectiva dosis del tratamiento. Sin embargo, la molestia fue general cuando les dijeron que no había.
“Se supone que aquí es donde te colocan el tratamiento y ahora te dicen que no hay. Cómo hacemos nosotros entonces. Aquí hay niños y ancianos que necesitan la medicina. No tenemos cómo pagar lo que cuesta bachaqueado”, indicó uno de los pacientes que esperaba en la entrada del CDI.
El director del hospital Luis Razetti de Barcelona, Yuri Prieto, refirió que restringieron la entrada de personas a la emergencia del nosocomio porque acudían a “regalar” los medicamentos contra la enfermedad.
“Nadie puede venir aquí a obsequiar tratamientos sin conocer la historia del paciente y muchos menos hablar con los médicos, por eso restringimos la entrada a la emergencia”.
El pasado jueves, la malaria cobró dos víctimas para elevar la lista a 32. Con este panorama, las filas de personas que se forman para conseguir el tratamiento, tanto en Malariología como a los CDI, seguirán incrementándose a diario.
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