Caracas, agosto 6 - Las muchas versiones cantadas de "Píntame angelitos negros" habla de la trascendencia del poema de Andrés Eloy Blanco (1896-1955), al punto de que es considerado todo un himno contra la discriminación.
Este lunes 6 de agosto, cuando se cumplen 122 años del natalicio de este insigne venezolano, se le recordará no solo por su obra poética con sentido social, sino también, como lo ha señalado el intelectual Juan Liscano, por su “noble condición humana, su idealismo de otro tiempo, su caballerosidad, su adhesión a la causa de la libertad y de la democracia, la cual le costó cárceles, confinamientos y exilios”.
Nacido en Cumaná, estado Sucre, Blanco se destacó como abogado, cuentista, dramaturgo, humorista, periodista, ensayista y un convincente orador. Su talento literario trascendió a la actividad política, donde consiguió terreno fértil para su irreductible vocación social.
Andrés Eloy Blanco fue parte de la “Generación del 28”, movimiento académico y estudiantil que se levantó contra el régimen de Juan Vicente Gómez.
Como consecuencia, estuvo preso hasta 1933 en La Rotunda. Fue trasladado al Castillo Libertador de Puerto Cabello y luego fue confinado en Valera.
De su paso por las cárceles gomecistas surgen obras de gran dramatismo como Barco de piedra. Tras la muerte de Gómez, fue servidor público en el gobierno de López Contreras y fundó el Partido Democrático Nacional, que se integró luego a Acción Democrática.
En 1941 participó en la creación del semanario humorístico El morrocoy azul. Dos años más tarde de casa con Lilina Iturbe, con quien tuvo dos hijos.
Presidió la Asamblea Nacional Constituyente convocada en 1947 para la reforma de la Carta Magna, donde se consagra el voto universal. Fue también Canciller de la República.
Participó de forma activa en la campaña de Rómulo Gallegos, quien resultó electo Presidente en 1948 y lo nombra ministro de Relaciones Exteriores. Tras el derrocamiento del también escritor, Andrés Eloy Blanco se marchó al destierro, primero en Cuba y luego en México, donde falleció en un accidente de tránsito en 1955.
Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 2 de julio de 1981. Su legado incluye el poemario Poda, que incluye los famosos Las uvas del tiempo, Silencio y La hilandera. Su poema Coloquio bajo la palma, es una exaltación al espíritu de superación del ser humano.
Este lunes 6 de agosto, cuando se cumplen 122 años del natalicio de este insigne venezolano, se le recordará no solo por su obra poética con sentido social, sino también, como lo ha señalado el intelectual Juan Liscano, por su “noble condición humana, su idealismo de otro tiempo, su caballerosidad, su adhesión a la causa de la libertad y de la democracia, la cual le costó cárceles, confinamientos y exilios”.
Nacido en Cumaná, estado Sucre, Blanco se destacó como abogado, cuentista, dramaturgo, humorista, periodista, ensayista y un convincente orador. Su talento literario trascendió a la actividad política, donde consiguió terreno fértil para su irreductible vocación social.
Andrés Eloy Blanco fue parte de la “Generación del 28”, movimiento académico y estudiantil que se levantó contra el régimen de Juan Vicente Gómez.
Como consecuencia, estuvo preso hasta 1933 en La Rotunda. Fue trasladado al Castillo Libertador de Puerto Cabello y luego fue confinado en Valera.
De su paso por las cárceles gomecistas surgen obras de gran dramatismo como Barco de piedra. Tras la muerte de Gómez, fue servidor público en el gobierno de López Contreras y fundó el Partido Democrático Nacional, que se integró luego a Acción Democrática.
En 1941 participó en la creación del semanario humorístico El morrocoy azul. Dos años más tarde de casa con Lilina Iturbe, con quien tuvo dos hijos.
Presidió la Asamblea Nacional Constituyente convocada en 1947 para la reforma de la Carta Magna, donde se consagra el voto universal. Fue también Canciller de la República.
Participó de forma activa en la campaña de Rómulo Gallegos, quien resultó electo Presidente en 1948 y lo nombra ministro de Relaciones Exteriores. Tras el derrocamiento del también escritor, Andrés Eloy Blanco se marchó al destierro, primero en Cuba y luego en México, donde falleció en un accidente de tránsito en 1955.
Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 2 de julio de 1981. Su legado incluye el poemario Poda, que incluye los famosos Las uvas del tiempo, Silencio y La hilandera. Su poema Coloquio bajo la palma, es una exaltación al espíritu de superación del ser humano.
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