“Para mí siempre es un eterno empezar” expresaba José Ignacio Cabrujas cada vez que le preguntaban por su experiencia en las distintas áreas en la que se desempeñó.
En el teatro tocó en sus historias temas que se relacionaban directamente con la realidad cotidiana del venezolano. Escribió, entre otros, contenidos sobre el hombre común, el fracaso, las tradiciones y la superstición, enfocándose en entender esta tierra, quiénes la habitan y su trayectoria en el tiempo.Fue un hombre humilde quien desde pequeño estuvo interesado por la lectura, escritura y las artes, y que ya de adulto abandonó sus estudios de derecho para convertirse en dramaturgo, actor, productor, director, guionista, locutor y cronista, contando el país arriba de las tablas, sobre el papel del periódico, en el cine, la radio y la televisión.
Su preocupación por el país y la política, también lo llevó a involucrarse con el medio que tradicionalmente ha permitido transmitir opiniones directas a la población, como lo es la prensa, donde se convirtió en una guía del pensamiento crítico-político, y en la que a pesar de no tener formación como periodista, implantó una nueva forma de escribir con sus crónicas y artículos.
Por otra parte, no es extraño que un hombre que innovó en las tablas y en la prensa, también llegara a hacerlo en el cine y en la televisión.
Producciones dramáticas como La Señora de Cárdenas, y Silvia Rivas divorciada, entre otras, lo hicieron pionero de la llamada “telenovela cultural” debido a que mostró los problemas de la sociedad venezolana de forma cruda y contundente, relatando a personajes que se expresaban y vivían como cualquier otro venezolano.
A su vez, con los diferentes guiones cinematográficos que escribió, marcó su huella creadora en el trémulo del cine venezolano.
La radio fue otro medio en el que también se desenvolvió, en ella siempre su trabajo estuvo abocado a impartir conocimiento y llevar cultura a todos sus oyentes.
José Ignacio Cabrujas, tuvo una obra tan diversa e influyente que lo consagra como una de las personalidades más importantes de la vida cultura de Venezuela.
Hoy se cumplen 22 años de su muerte acaecida el 21 de octubre de 1995 en Porlamar, Margarita. Quizás el estrés, la cantidad de humo en sus pulmones, la mala alimentación y el exceso de trabajo fueron las causas para que a los 58 años de edad, tres meses y catorce días, dejara las artes, sus seres queridos y el país, pero también una valiosa herencia intelectual condensada en sus obras teatrales, artículos de prensa, programas y telenovelas.
Su viuda, Isabel palacios, en una entrevista manifestó que “a la sociedad venezolana y a Latinoamérica, José Ignacio le dejó el honor y el orgullo de esta nacionalidad. Nadie fue más venezolano y más caraqueño que Cabrujas. Nos explicó quiénes éramos y nos explicó este continente. Yo creo que eso lo han hecho sólo dos personas en este país: a su manera Arturo Uslar Pietri, y con el humor y naturalidad, José Ignacio Cabrujas”.
Con 58 años, Cabrujas murió en el país al que retrató como el “mientras tanto y por si acaso”, no sin antes legar su obra como hombre de televisión, dramaturgo, director y articulista, hilvanada por una sola idea, amén de su neurosis confesa: “El tema que me importa es el fracaso”, diría en 1991 en una carta enviada a la embajada de Venezuela en Alemania.
Su amigo y co-fundador junto a Román Chalbaud de El Nuevo Grupo, Isaac Chocrón, se referiría a él en el prólogo de la reedición de Acto Cultural (1997) como “el talento más versátil de todo el teatro venezolano actual. Dramaturgo, director, actor, sobresaliendo en cada una de estas especialidades hasta el punto que resulta controversial jerarquizárselas. Cabrujas brilla en todas porque al igual que los grandes teatreros de la historia, encauza su descomunal talento, su curiosidad intelectual y su entusiasmo para trabajar, en la dirección que se proponga, ‘al son que le tocan baila’, pero baila también al son que él quiera tocar”. Aunque, a decir verdad, José Ignacio no sabía bailar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario